¿Cuánto es lo máximo que se puede cobrar sin declarar?

¿Cuánto es lo máximo que se puede cobrar sin declarar?

La Agencia Tributaria española establece límites para las transacciones en efectivo y otros medios de pago que deben declararse a Hacienda. Estos límites tienen como objetivo combatir el fraude fiscal y el blanqueo de capitales.

Operaciones superiores a 10.000 euros

Cualquier transacción superior a 10.000 euros realizada en efectivo o mediante otros medios de pago, como transferencias bancarias, cheques o criptomonedas, debe ser declarada a Hacienda mediante la Declaración de Movimientos de Medios de Pago. Esta declaración debe realizarse antes de realizar la operación.

Penalizaciones por incumplimiento

El incumplimiento de esta obligación puede acarrear sanciones económicas que oscilan entre el 25% y el 150% del importe no declarado, además de posibles consecuencias penales.

Excepciones

Existen algunas excepciones a este límite de 10.000 euros, como:

• Operaciones entre particulares para la compraventa de bienes o servicios.
• Retiradas de efectivo de cuentas bancarias propias.
• Ingresos en cuentas bancarias propias procedentes de donaciones o herencias.

Otros límites a tener en cuenta

Además del límite de 10.000 euros, existen otros límites a tener en cuenta al realizar transacciones en efectivo:

• Pago a proveedores: A partir de 2.500 euros, el proveedor debe emitir una factura.
• Pago de salarios: A partir de 1.500 euros, el empleador debe declarar el pago a la Seguridad Social.
• Pago de alquileres: A partir de 1.000 euros, el arrendador debe declarar el ingreso a Hacienda.

Recomendaciones

Para evitar sanciones y problemas con la Agencia Tributaria, es recomendable:

• Realizar transacciones superiores a 10.000 euros mediante medios de pago electrónico, como transferencias bancarias o tarjetas de crédito.
• Declarar a Hacienda cualquier operación superior a 10.000 euros antes de realizarla.
• Mantener registros de todas las transacciones económicas, incluso las realizadas en efectivo.

Al cumplir con las obligaciones fiscales, los contribuyentes contribuyen a luchar contra el fraude fiscal y aseguran la transparencia del sistema financiero.