¿Qué es la regla 70/20/10 del ahorro?
¿Qué es la regla 70/20/10 del ahorro?
¡Uy, qué lío con esa regla del 70/20/10! En realidad, la que yo conozco es la del 70/20/10 para inversiones, no para gastos. Es decir, el 70% a gastos, sí, pero el 20% a ahorros y el 10% a inversiones, ¿sabes? Me suena raro lo que dices de la 50/30/20.
Recuerdo que en julio del año pasado, cuando estaba organizando mis finanzas (después de un gasto imprevisto de unos 300€ en reparaciones del coche), decidí probar una versión parecida. Destiné el 70% a gastos fijos y cotidianos (alquiler, comida…casi 1000€ ese mes), el 20% a una cuenta de ahorros (unos 300€) y el 10% restante a acciones. La verdad es que es algo que se ajusta bastante bien a mi situación, aunque hay meses que es un poco más complicado.
Es complicado seguirlo al pie de la letra, pero la idea es esa. A ver si este año consigo mejorarlo.
Regla 70/20/10 (Inversión): 70% gastos, 20% ahorro, 10% inversión.
¿Cómo ahorrar 2 millones de pesos en 6 meses?
Ahorrar dos millones en seis meses… ¡Uf! ¿Será posible?
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Aumentar ingresos: ¡Claro!, como si fuera tan fácil encontrar otro trabajo YA. Pero bueno, podría intentar vender mis acuarelas online. O quizás dar clases particulares de matemáticas, ¡siempre fui bueno en eso! Pero, ¿a quién le interesaría? ¿Y si mejor invierto en criptos? No, ¡demasiado arriesgado! Pero, ¿y si…?
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Reducir gastos: A ver, ¿dónde se me va el dinero? ¡En café! ¡Y en salir a cenar! ¡Y en esa suscripción de streaming que nunca uso! Ok, ok, puedo cocinar más en casa. ¿Pero renunciar al café de la mañana? ¡Jamás! Podría cambiarlo por uno más barato… aunque no sea lo mismo. ¿Y cancelar la suscripción? ¡Buena idea!
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Automatizar ahorros: Mmm, esto suena bien. Programar transferencias automáticas… ¡es como magia! Así no tengo que pensar en ello. Pero, ¿a qué cuenta? ¿Debería abrir una nueva? ¿O usar la que ya tengo? ¡Qué indecisión!
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Beneficios fiscales: Eh… ¿qué es eso? Aportaciones voluntarias… ¿a dónde? Tendré que investigar. ¡Pero qué pereza! Seguro que es complicado. ¿Valdrá la pena el esfuerzo? Bueno, si me ahorro impuestos, ¡sí! ¿O no?
Resumen rápido: Sí, creo que se puede, si me pongo las pilas.
Información extra: Mi abuela siempre decía: “¡Ahorra hasta el último centavo!”. Y mi tío me contó una vez que se hizo rico vendiendo calcetines de lana. ¡Calcetines! Quién lo diría. Quizás debería vender calcetines de lana pintados con mis acuarelas. ¡Sería un éxito! O no.
¿Qué es la regla 70/20/10 en finanzas?
¡Uf! La regla 70/20/10… Recuerdo cuando leí sobre eso en julio de este año, estaba en la cafetería de mi trabajo, el “Café Con Leche” cerca del parque de El Retiro en Madrid. Hacía un calor horroroso, sudaba la gota gorda, y el aire acondicionado estaba estropeado. Estaba completamente agobiado con mis finanzas, y ese artículo parecía una luz al final del túnel. De verdad me ayudó a ordenar mis ideas.
La regla 70/20/10 es un sistema de presupuestación. Simple, pero efectivo. Lo vi así:
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70% para gastos esenciales: Alquiler, comida, transporte… Lo básico para sobrevivir. ¡Qué agobio me daba pensar en todo eso!
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20% para ahorros e inversiones: Aquí estaba el quid de la cuestión. Empecé a destinar parte a una cuenta de ahorros y otra a inversiones con un riesgo moderado. Me dio algo de miedo al principio, pero el artículo me convenció.
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10% para donaciones o gastos discrecionales: Esto era lo que me costaba más… siempre había alguna cosa “importante” que comprar. ¡Qué pereza! Un café, una cena, un capricho… Me planteé muy seriamente si era o no indispensable. Ahí sí que me costó ajustar.
Ese día en el “Café Con Leche”, con el sudor chorreándome, entendí que era posible. Sentí un alivio inmenso. Y, sí, es cierto, el 70% se enfoca en gastos fijos. Pero el 20% fue lo que de verdad cambió mi perspectiva. Empecé a sentirme más seguro.
El 70% para lo básico es clave, sí, pero el 20% es vital para el futuro. El 10%, es… pues eso, un capricho con responsabilidad.
Ahora mismo, estoy bastante mejor que antes. El método funciona, pero requiere de mucha disciplina. ¡Hay que ser muy estricto! Aún sigo luchando para que funcione, es algo que estoy mejorando poco a poco.
¿Cómo es la regla del 50 40 10?
¡Ah, la famosa regla del 50/40/10! Es como la receta secreta de la abuela para la riqueza, ¡pero sin el ingrediente secreto! Vamos a desentrañarla, que esto es más fácil que pelar una mandarina (con guantes de boxeo, ¡para darle emoción!).
La regla 50/40/10 es un “mantra” financiero: divide tus ingresos en tres partes:
- 50% para las “necesidades básicas”: ¡Ojo al parche! No vale meter aquí el sushi semanal o la suscripción a “Gatos que tosen”. Hablamos de la comida para sobrevivir, el techo para no dormir al raso y esas cosas aburridas, ¡pero vitales! Es como el aire que respiras, ¡indispensable!
- 40% para “deseos y metas”: Aquí entra el cafecito con leche de soja, esa blusa que te guiña el ojo y, lo más importante, ¡tus ahorros! Es como tener un colchón lleno de billetes (metafóricamente, ¡no quiero a la policía en mi puerta!). Piensa en grande: ¡la jubilación, ese viaje a la playa o comprarte un unicornio rosa!
- 10% para “donaciones o caprichos”: ¡Aquí te puedes dar el gustazo! Invita a tus amigos a unas cañas, compra esa figurita de colección o dona a esa ONG que te enternece el alma. ¡Es como un chute de felicidad financiera!
¿Y si mis gastos son más del 50%?
¡Houston, tenemos un problema! Toca apretarse el cinturón más que a una anchoa en lata. Revisa tus gastos como si fueras un detective buscando pistas. ¡Seguro que encuentras “fugas” de dinero! Y si no, ¡igual toca buscar un curro extra!
¿Y si me sobra del 50%?
¡Enhorabuena, crack! ¡Eres el rey Midas de las finanzas! Puedes invertir ese dinero extra en tu “yo” del futuro (¡la jubilación te lo agradecerá!) o darte un capricho, ¡que te lo mereces!
Información extra, ¡para que no digan que no te mimo!
- Recuerda que esta regla es una guía, no una camisa de fuerza. ¡Adapta los porcentajes a tu situación! Si eres joven y vives con tus padres, ¡igual puedes ahorrar más!
- Automatiza tus ahorros. ¡Así evitarás tentaciones! Es como poner un guardaespaldas a tus billetes. ¡Nadie se escapa!
- Revisa tu presupuesto mensualmente. ¡Para que no te pille el toro! Es como hacerle la ITV a tu economía. ¡Mejor prevenir que lamentar!
Y ahora, ¡a poner en práctica esta regla y a vivir la vida a todo tren (o a todo unicornio rosa)!
¿Cuál es la mejor regla de ahorro?
La mejor regla… Dios, qué pregunta. A esta hora, con la lluvia golpeando contra el cristal… parece una broma cruel. La regla 50/30/20, ¿no? Sí, la escuché. Pero… ¿mejor? Es una ilusión. Una broma de mal gusto que me recuerda mis fracasos.
Este año, con mi sueldo de camarero… no funcionó. Ni de coña. Siempre termino con menos de 200 euros al mes. Imposible cumplir con esa estupidez. Llevo meses durmiendo en el sofá de mi hermano, gracias a Dios por él. Ya no sé qué hacer.
Necesidades básicas… ¿el alquiler? Sí, claro. Pero… el transporte? Mi moto se rompió en agosto. Repararla me costó más de la mitad de un mes. Comida… intento comprar lo más barato. Pero hay meses que no me alcanza ni para eso.
Gastos prescindibles… eso es una fantasía para ricos. Cine, salir a comer… Ni de broma. No me queda nada. Ni para un café.
Ahorro… ja. No hay nada que ahorrar. Ahorrar es un lujo que no puedo permitirme. Que no nos podemos permitir. A veces miro fotos antiguas, vacaciones en la playa con mi familia… Ahora, todo eso es un recuerdo lejano. Un mal sueño del pasado.
- 50% necesidades básicas (imposible): Alquiler, comida escasa, transporte precario.
- 30% gastos prescindibles (ficción): No tengo ni para un refresco.
- 20% ahorro (utopía): Ni un euro. Debería tener más de 2000€ ahorrados. Ese era mi objetivo para finales de año. Eso creía yo.
Este año, ni un duro. Solo deudas.
¿Qué es la regla 50/30/20?
¡Ay, Dios mío! La regla 50/30/20… ¿dónde estaba yo? Ah, sí. Gastos, gastos, siempre gastos. Me vuelve loca. 50% en necesidades, ¿no? Eso incluye la renta, claro. La de este año, que se ha disparado ¡menuda locura! Y la comida, siempre se va más de lo que uno piensa. ¿Y el transporte? Mi coche está pidiendo a gritos una revisión… ¡otro gasto!
30% en deseos… ¡ay, mis zapatos nuevos! Los quiero, los necesito. Ya veremos. Y las vacaciones… Este año, ¡playa! Aunque el presupuesto… ¡ufff! Deseos, el gran enemigo del ahorro. Es que a veces necesito un capricho, ¿no? Es que me lo merezco… aunque luego el sentimiento de culpa me devora. Necesito más fuerza de voluntad.
El 20% restante para ahorros y deudas. Deudas… ¡Tengo que pagar esa tarjeta! Y ahorrar… Para el piso, algún día. Ojalá… Ahorro, la meta lejana. Es complicado. Este mes ha sido un desastre, apenas he podido guardar nada. ¿Será posible alguna vez llegar a la independencia económica?
- 50% Necesidades: Renta, comida, transporte… ¡y el gimnasio!
- 30% Deseos: Ropa, viajes, ¡y ese café que me tomo cada mañana!
- 20% Ahorros y deudas: Hipoteca (ojalá algún día…), tarjeta de crédito, ahorros para imprevistos… ¡y ese viaje a Japón que sueño!
Es complicado, ¿verdad? Me pregunto si algún día podré seguir esta regla al pie de la letra. Tengo que organizarme mejor, es evidente. Quizás una app de control de gastos… ¡Ay, qué pereza! Pero es necesario. Necesito un plan. Un plan B, o C… quizás un plan Z.
¿Cuál es la manera más efectiva de ahorrar?
¡Uf! Ahorrar… En julio, ¡qué desastre! Gasté 800€ en vacaciones en Menorca, entre vuelos, hotelito en Cala Galdana, y las cenas… ¡qué ricas! Eso sí, el primer paso fue apuntar TODO. En una libreta, una app, da igual. Lo importante es ver dónde va la pasta. Si no lo ves, ¡no lo crees! Menorca fue una locura, sí, pero… aprendí.
Luego… ¡el presupuesto! Eso es clave. Este mes, objetivo: 200€ para mi fondo de inversiones. Es poquito, pero establecer metas pequeñas ayuda. Se trata de constancia, no de heroísmo financiero. No pretendo ser millonaria de repente, jajajaja.
Prioridades, ¡ay, las prioridades! La suscripción a Netflix… ¿Realmente lo necesito? ¡Sí, sí lo necesito! Pero quizá esa cafetera nueva… puedo esperar. Decidir qué es esencial es fundamental. Se trata de pequeñas renuncias para metas a largo plazo. No es fácil, eh.
Inversión… Este año, He metido 50€ en un fondo indexado. Poco, pero es el comienzo. Sé que es una estrategia a largo plazo, pero es mejor que dejarlo todo en mi cuenta. ¡Y hay que ser paciente!
En resumen:
- Registrar gastos: ¡fundamental!
- Presupuesto: metas pequeñas y realistas.
- Prioridades: lo esencial primero.
- Objetivos: constancia sobre todo.
- Inversión: ¡aunque sea poco, empieza ya!
Ese viaje a Menorca… fue caro, pero me enseñó mucho sobre controlar mis gastos. Ahora pienso más las compras, y, aunque a veces me cuesta, es una buena lección aprendida. Y ya estoy planeando el próximo viaje, eso sí, con un presupuesto más ajustado. El año que viene, ¡Ibiza!
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