¿Qué pasa cuando el contribuyente fallece?
Al fallecer el contribuyente, su obligación tributaria del IR no se extingue. Ahora, el legado del causante debe tributar, y la responsabilidad recae en sus herederos (forzosos o voluntarios), quienes deberán declarar los bienes y rentas recibidas.
¿Qué pasa cuando alguien que quieres, alguien importante… se va? La tristeza, claro, un vacío enorme… pero ¿y las cosas prácticas? ¿Y los impuestos? Ay, sí, los impuestos… uno piensa en tantas otras cosas en esos momentos, ¿verdad? Que no se te ocurra pensar en Hacienda, piensas que ya está, que se acabó todo. Pero no, amigos, no se acaba todo. Al menos no en lo que a impuestos se refiere.
Me pasó con mi tía Elena, que Dios la tenga en su gloria. Qué mujer tan luchadora… Recuerdo las interminables horas que pasamos organizando sus papeles tras su muerte, un auténtico maremagnum de facturas, recibos… y claro, las declaraciones de la renta. ¡Menuda odisea! Resulta que, aunque ella ya no esté, su obligación tributaria con Hacienda no desaparece como por arte de magia. ¿Qué injusticia, no? Uno esperaría un poco de respiro, un margen… pero no, la vida, y sus impuestos, siguen su curso.
La ley es la ley, ¿verdad? Y la responsabilidad, en este caso, recae en los herederos. En el caso de mi tía, sus sobrinos, nosotros, sus herederos. Tuvimos que declarar los bienes y rentas que ella dejó… imagínate, revisar todo eso con el dolor aún fresco. Fue un proceso largo, un poco complicado a veces, sobre todo al principio, y la verdad, no te lo voy a negar, hubo momentos en que sentí que me hundía bajo el peso de la burocracia.
Según leí, y créeme, lo he buscado hasta en la sopa, la herencia tributa… algo así como que el 7% de la masa hereditaria se va… una barbaridad, ¿no? Parece que no se tiene en cuenta el dolor, que se trata de un simple número. Pero bueno… es lo que hay. Al final, lo hicimos, entre lágrimas y muchos cafés, y salimos adelante.
Así que ya sabes, si tienes algún familiar que ya no está, prepárate para este tema. Lo ideal es que tengas una idea de su situación tributaria antes de que esto ocurra. Te ahorrará disgustos, créeme. Y si no… pues, mucho ánimo. Te tocará enfrentarte a ello, y aunque sea doloroso, es algo que tendrás que hacer. No estás solo, busca ayuda profesional si lo necesitas, hay gente que puede ayudarte a navegar ese mar de papeles. Recuerda, el duelo se lleva a cabo de maneras distintas, y aunque gestionar los asuntos de quien se ha ido pueda parecer poco importante comparado con el vacío que se siente, es parte del proceso, y también forma parte de querer y cuidar a esa persona, incluso después de su ausencia.
#Herencia #Sucesión: #TributaciónComentar la respuesta:
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