¿Cuándo empieza la angustia de separación?
El Adiós Dificil: La Angustia de Separación en los Pequeños
Todos los padres han experimentado el inevitable momento: dejar a su hijo en la guardería, con un familiar o en alguna otra situación donde se separan. Para algunos niños, esta separación se produce sin mayor problema, pero para otros, el adiós puede convertirse en un torbellino de emociones, en un estado que conocemos como “angustia de separación”.
¿Cuándo empieza la angustia de separación?
La angustia de separación es un proceso natural que generalmente se presenta entre los 6 meses y los 3 años de edad. Durante este período, los pequeños comienzan a entender que su cuidador principal (usualmente la mamá) es una persona independiente, y la separación de ella se vuelve una experiencia angustiante.
¿Cómo se manifiesta la angustia de separación?
La angustia de separación puede manifestarse de diferentes maneras, incluyendo:
- Llorar y gritar: El llanto y los gritos son las reacciones más comunes, y a veces pueden ser intensos y prolongados.
- Angustia y preocupación: El niño puede mostrar signos de ansiedad, inquietud o miedo cuando no se encuentra con su cuidador principal.
- Rechazo a la separación: Puede negarse a ser dejado solo, abrazarse al cuidador principal, aferrarse a las piernas o esconderse.
- Problemas para dormir: Puede tener dificultad para conciliar el sueño o despertarse con frecuencia durante la noche.
- Malestar físico: Algunos niños pueden presentar síntomas físicos como dolores de cabeza, dolor de estómago o vómitos.
¿Es normal la angustia de separación?
Es importante recordar que la angustia de separación es un proceso normal del desarrollo. Es una señal de que el niño está formando un vínculo fuerte y sano con su cuidador principal.
¿Qué podemos hacer?
A pesar de que la angustia de separación es normal, existen algunas estrategias para minimizar la ansiedad:
- Comunicación clara: Hablar con el niño sobre la separación, explicando dónde estará, cuánto tiempo estará ausente y cuándo volverá.
- Tranquilidad y seguridad: Mantener una actitud tranquila y segura frente al niño, transmitiendo confianza y amor.
- Ritual de despedida: Crear un ritual de despedida, como un abrazo, un beso o un juguete especial que el niño lleve consigo.
- Objetos de transición: Un objeto familiar como una manta o un peluche puede ayudar al niño a sentirse más seguro durante la separación.
- Consistency: Mantener la rutina y la constancia en las separaciones y reunificaciones, creando seguridad para el niño.
La angustia de separación es un proceso que suele ser transitorio, y la mayoría de los niños la superan con el tiempo. Con paciencia, comprensión y estrategias adecuadas, podemos ayudar a nuestros pequeños a superar este desafío y a desarrollar una independencia sana y segura.
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