¿Cómo comienza el cáncer melanoma?

6 ver
El melanoma comienza con mutaciones en el ADN de los melanocitos, células productoras de melanina en la piel. Estas mutaciones, a menudo causadas por la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol o camas de bronceado, hacen que las células crezcan y se dividan sin control. Inicialmente, puede aparecer como un lunar nuevo o un cambio en un lunar existente, presentándose como una lesión asimétrica, con bordes irregulares, coloración variada y diámetro mayor a 6 mm (regla ABCDE).
Comentarios 0 gustos

El Misterioso Origen del Melanoma: Desentrañando el Proceso Cancerígeno

El melanoma, el tipo más agresivo de cáncer de piel, se origina en los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento que da color a nuestra piel y nos protege, en cierta medida, de la radiación solar. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, estas células pueden transformarse en células cancerosas, dando inicio a una patología que, si no se detecta a tiempo, puede ser letal.

El punto de partida del melanoma reside en mutaciones a nivel del ADN de los melanocitos. Estas mutaciones, como errores de copia en el código genético, alteran el funcionamiento normal de la célula, desregulando su ciclo de crecimiento y división. En condiciones normales, los melanocitos se dividen de manera controlada, reemplazando a las células viejas o dañadas. Pero cuando el ADN está dañado, esta regulación se pierde, y las células comienzan a proliferar sin control, formando una masa tumoral que conocemos como melanoma.

La principal causa de estas mutaciones es la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV), ya sea proveniente del sol o de las camas de bronceado. La radiación UV es un agente mutagénico potente que daña directamente el ADN de las células de la piel, incluyendo los melanocitos. Cuanto mayor sea la exposición a la radiación UV, mayor será el riesgo de desarrollar mutaciones que puedan conducir al melanoma. Es crucial entender que la piel guarda memoria de la exposición solar acumulada a lo largo de la vida, lo que significa que incluso quemaduras solares de la infancia pueden aumentar el riesgo de melanoma en la edad adulta.

Inicialmente, el melanoma puede manifestarse de diversas maneras. En muchos casos, aparece como un lunar nuevo, de aspecto inusual, o como un cambio en un lunar preexistente. Es aquí donde la autoexploración de la piel se vuelve crucial. Es importante estar atentos a cualquier lunar que presente características atípicas.

Para ayudar a la detección temprana, se utiliza la regla ABCDE:

  • Asimetría: El lunar no es simétrico, es decir, si lo dividiéramos por la mitad, las dos partes no serían iguales.
  • Bordes irregulares: Los bordes del lunar son desiguales, borrosos o dentados.
  • Coloración variada: El lunar presenta diferentes tonalidades de marrón, negro, rojo, blanco o azul.
  • Diámetro mayor a 6 mm: El lunar tiene un tamaño superior a 6 milímetros, aproximadamente el tamaño de la goma de un lápiz.
  • Evolución: El lunar ha cambiado de tamaño, forma, color o ha empezado a picar, sangrar o doler.

La presencia de cualquiera de estas características debe ser motivo de consulta con un dermatólogo, quien podrá realizar una evaluación exhaustiva y, si es necesario, tomar una biopsia para confirmar o descartar el diagnóstico de melanoma. La detección temprana es fundamental para aumentar las posibilidades de curación, ya que el melanoma, cuando se detecta en sus primeras etapas, suele ser tratable con cirugía.

En resumen, el melanoma comienza con mutaciones en el ADN de los melanocitos, principalmente causadas por la exposición excesiva a la radiación UV. Estas mutaciones conducen a un crecimiento descontrolado de las células, manifestándose inicialmente como un lunar nuevo o un cambio en un lunar existente. La autoexploración y la atención a la regla ABCDE son herramientas cruciales para la detección temprana y la mejora del pronóstico del melanoma. La prevención, mediante la protección solar adecuada, sigue siendo la mejor estrategia para reducir el riesgo de desarrollar esta peligrosa enfermedad.