¿Cómo funciona el eliminador de sarro?

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El eliminador de sarro, generalmente ultrasónico, genera vibraciones de alta frecuencia que desestabilizan la estructura del sarro (cálculo dental). Estas vibraciones crean microburbujas de cavitación que implosionan, liberando energía que fragmenta el sarro. Simultáneamente, un irrigador de agua elimina los fragmentos desprendidos. En algunos casos, se emplea un instrumento manual para la eliminación de sarro más resistente. El proceso finaliza con un pulido dental para eliminar la rugosidad superficial y prevenir la reaparición del sarro.
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La eliminación efectiva del sarro, ese depósito mineralizado que se acumula en los dientes y encías, es crucial para mantener una buena salud bucodental. Afortunadamente, la tecnología moderna ofrece métodos eficientes para combatir este problema, siendo el eliminador de sarro ultrasónico uno de los más comunes y efectivos. Pero, ¿cómo funciona exactamente este dispositivo que nos libra de las molestias y problemas asociados con la acumulación de sarro?

El proceso se basa principalmente en el fenómeno de la cavitación ultrasónica. El eliminador de sarro, una herramienta manejada por el odontólogo, genera vibraciones de alta frecuencia, generalmente en el rango de los 25 a 30 kHz. Estas vibraciones, imperceptibles para el oído humano, se transmiten a través de la punta del instrumento, que está en contacto directo con la superficie del diente. La alta frecuencia crea ondas de presión en el líquido (generalmente agua) que rodea la punta del instrumento. Estas ondas generan microburbujas, un fenómeno conocido como nucleación.

Estas microburbujas, minúsculas burbujas de vacío, crecen rápidamente a medida que absorben más energía de las ondas ultrasónicas. Al alcanzar un cierto tamaño crítico, implosionan violentamente, liberando una enorme cantidad de energía en un espacio microscópico. Este proceso de implosión, conocido como cavitación, es la clave para la eliminación del sarro. La energía liberada durante la implosión crea ondas de choque microscópicas que desestabilizan y fragmentan la estructura cristalina del sarro, separándolo de la superficie del diente.

Simultáneamente, un flujo constante de agua, proporcionado por un sistema de irrigación integrado en el eliminador de sarro, elimina los fragmentos desprendidos. Este flujo de agua no solo limpia la zona de trabajo, sino que también ayuda a controlar la temperatura y a mantener la zona de tratamiento humedecida, lo que minimiza el riesgo de daño al tejido blando.

Sin embargo, en ciertos casos, el sarro puede ser particularmente resistente, especialmente en zonas de difícil acceso o en casos de acumulación severa. En estas situaciones, el odontólogo puede recurrir a instrumentos manuales, como las curetas, para eliminar manualmente los restos de sarro que la acción ultrasónica no ha logrado desintegrar completamente. Estos instrumentos, con diferentes formas y tamaños, permiten un acceso preciso y una eliminación controlada del sarro.

Finalmente, para lograr un resultado óptimo y prevenir la rápida reaparición del sarro, el odontólogo realiza un pulido dental. Esta etapa del procedimiento consiste en alisar la superficie de los dientes, eliminando cualquier rugosidad que pueda facilitar la acumulación futura de placa bacteriana y, consecuentemente, de sarro. El pulido se realiza con pastas de pulir de grano fino y cepillos especiales, dejando la superficie dental lisa y brillante.

En resumen, el eliminador de sarro ultrasónico es un instrumento sofisticado que combina la potencia de la cavitación ultrasónica con la precisión de los instrumentos manuales y el poder de limpieza del agua a presión para lograr una eliminación eficaz y cómoda del sarro. Este procedimiento, realizado por un profesional cualificado, es fundamental para la prevención de enfermedades periodontales y el mantenimiento de una sonrisa sana y brillante a lo largo del tiempo.