¿Cómo lavar la zona íntima para evitar infecciones?
Higiene íntima: Lava tus genitales externamente con agua tibia y jabón neutro. Evita duchas vaginales; alteran la flora natural y aumentan el riesgo de infecciones. La limpieza suave y externa es suficiente.
Uf, ¿quién diría que algo tan… íntimo, podría ser tan complicado? Lavarse, parece sencillo, ¿no? Pero cuando se trata de esa zona, la cosa cambia. Recuerdo una vez que usé un jabón perfumado… ¡qué desastre! Picazón, irritación, ¡un horror! Aprendí a la mala que menos es más.
Este rollo de la “higiene íntima” a veces parece sacado de un manual de laboratorio. Agua tibia y jabón neutro, dicen. Y tienen razón, eh. Nada de experimentos raros con jabones que huelen a flores del campo o a mil frutas tropicales. Yo, por si acaso, me quedo con lo básico. Es como con la comida, a veces lo simple es lo mejor. ¿Para qué complicarse la vida, no?
Lo de las duchas vaginales… ¡ni se te ocurra! Una amiga mía lo hizo una vez y terminó con una infección tremenda. Parece ser —y no me preguntes de dónde saqué esto, creo que lo leí por ahí— que alteran la flora vaginal, o algo así. Vamos, que te cargas las bacterias buenas que te protegen de las malas. Y luego vienen los problemas. Mejor prevenir que curar, ¿verdad?
Así que, resumiendo: agua tibia, jabón neutro, y limpieza externa. Suave, suavecito, como si estuvieras acariciando un gatito. No hace falta frotar como si estuvieras quitando una mancha de grasa. Con cariño, que la piel de ahí abajo es delicada. Y nada de meterse cosas dentro, que la vagina se limpia sola. Es sabia, la naturaleza. A veces pienso que nos complicamos la vida más de la cuenta. Con lo fácil que es agua y jabón… ¡y a correr!
#Higiene#Intima#LavadoComentar la respuesta:
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