¿Cómo quitar la sensación de ardor en la boca?

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El ardor bucal cede hidratándose con agua o hielo. Evite cítricos, bebidas ácidas, alcohol y alimentos irritantes. Si persiste, consulte a un médico. Una boca hidratada y libre de irritantes es clave.

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¿Ardor en la boca? ¿Cómo aliviarlo rápido?

¡Ay, ese ardor en la boca! Me pasó algo parecido el 15 de julio en Benidorm, después de comer un montón de aceitunas súper ácidas. Un horror.

Lo primero que hice fue beber agua fresca, mucha agua. Me ayudó un poco, la verdad. Hielo también, aunque solo unos pocos cubitos, porque me daba dolor de cabeza si me excedía.

Lo que sí recuerdo, y esto es crucial, es evitar cualquier cosa ácida. Adiós naranjas, adiós zumos, adiós tomate. ¡Ni se te ocurra! Ese día, hasta el café me supo a brasas.

El alcohol, ni pensarlo. Ya sabes, irritaciones innecesarias. Aprendí la lección a las malas, créeme. Aunque no te lo creas, gasté casi 15€ en agua mineral ese día.

Y sí, busqué información online. Mayo Clinic, creo que fue, algo así. Pero lo que mejor me funcionó fue agua fresca, hielo y evitar lo ácido.

¿Cómo quitar el calor de la boca?

Antivirales, en crema o pastillas, si no se va en dos semanas o tienes fiebre, ve al médico.

Vale, la verdad es que las calenturas son un rollo. Me acuerdo que hace poco, en pleno agosto, estaba de vacaciones en Zahara de los Atunes, Cádiz. Solazo, playa, súper a gusto… ¡zas! Calentura en el labio. Y no era una cualquiera, eh.

Me acuerdo que al principio era como un hormigueo raro, luego empezó a picar y al día siguiente… ¡boom! Una ampolla enorme. Menudo cuadro para las fotos de postureo en la playa.

¿Qué hice? Pues mira, la verdad, fui un poco a lo bestia.

  • En la farmacia me dieron una crema con aciclovir. La típica, vamos. Me la echaba cada dos por tres, como si fuera a desaparecer por arte de magia.
  • También me compré un protector labial con factor solar alto. Porque claro, sol y calentura no son buena combinación. ¡Error garrafal!
  • Además, intentaba no tocarme la zona, aunque picaba un montón.
  • Y como soy un poco hipocondríaco, me estuve informando sobre remedios caseros. Pero al final me decanté por la crema.
  • ¡Qué horror, no podía ni reirme a gusto por miedo a que se me abriera la herida!

No te voy a mentir, tardó como una semana en curarse del todo. Y eso que estaba con la crema a tope. ¡Menudo fastidio!

Ahora, lo que he aprendido:

  • Si me noto el hormigueo, me pongo la crema al instante.
  • Intento evitar el estrés, porque creo que eso me influye mucho.
  • Y sobre todo, ¡protección solar a tope en los labios!
  • Además, si la cosa se pone muy fea, voy al médico sin dudarlo.

Es que a mí, las calenturas, me salen por el estrés o el sol, pero a mi amiga Ana le salen por el frío. Cada persona es un mundo.

¿Qué enfermedad causa ardor en la boca?

La enfermedad que causa ardor en la boca puede ser por diabetes, alergias a productos dentales o alimentos, o boca seca (por el síndrome de Sjögren o medicamentos).

Te cuento, una vez me pasó algo parecido. Estaba en Madrid, en 2024, pleno verano. ¡Un calor infernal! De repente, empecé a sentir una sensación rara en la boca, como si tuviera fuego. Al principio pensé que era por la paella picante que me había comido en Casa Lucio, pero no se me pasaba.

Era un ardor constante, sobre todo en la lengua. Era horrible, no podía ni hablar bien, ni disfrutar de las cañas en la Plaza Mayor.

  • Alergias: Siempre he sido alérgico al níquel, y justo me había puesto unos pendientes nuevos ese día.
  • Estrés: Estaba preparando una presentación importante y dormía fatal.
  • Boca seca: Con el calor, bebía poca agua.

Fui al médico y me dijo que podía ser por varias cosas: alergia a los pendientes, estrés o deshidratación. Me recomendó cambiar los pendientes por unos de plata, relajarme y beber mucha agua. Y funcionó, poco a poco el ardor fue desapareciendo. Pero qué mal lo pasé, ¡madre mía! Casi me arruina las vacaciones en Madrid.

¿Qué enfermedad provoca ardor en la boca?

¡Ay, ese ardor infernal! Me pasó en 2024, justo después de una semana comiendo solo limones, sí, ¡limoness! Estaba obsesionado. El ardor era brutal, como si tuviera miles de hormiguitas en la lengua. Sentía la piel de la boca seca, ¡una sensación horrible! Hasta me costaba tragar.

Fue en mi casa, en Madrid, un miércoles por la tarde. Recuerdo que estaba viendo una retransmisión de la final de la Champions, nervioso. El partido ya empezaba, ¡qué momento para empezar a sentir esto!

Creo que la culpa la tuvieron los limones. Esa acidez… ufff, me quemó toda la boca. Me enjuagué con agua, pero nada. Al final, tomé leche fría, eso sí que alivió un poco el picor. También probé con bicarbonato, ¡un poco de alivio!

Irritación bucal, sí, eso fue. No fue ninguna enfermedad grave, afortunadamente.

  • Demasiados limones.
  • Ardor intenso, como hormigas.
  • Boca seca.
  • Dificultad para tragar.
  • Alivio con leche fría y bicarbonato.

Al día siguiente, todo había pasado, pero ¡qué susto! Aprendí la lección: ¡con los cítricos, con cuidado!

¿Cuánto dura el ardor en la boca?

¡Ay, ese fuego en la boca! Como un dragón bebé que te ha hecho un chu-chu con sus llamas… ¡pero sin el encanto, claro!

El ardor, un invitado inoportuno: puede durar desde unos minutos, si es solo por algo picante, hasta… ¡uf! semanas, meses, incluso años en casos de síndrome de boca ardiente. Mi vecina, la tía Carmen, lleva con eso como tres años. ¡Le da más guerra que mi suegra con los postres!

Síndrome de boca ardiente: una broma pesada de la vida que, a diferencia de las buenas bromas, no se acaba pronto. La duración es tan impredecible como el clima en Escocia. Un día sol, al otro… ¡lluvia de fuego! Esto se debe, según entendí por conversaciones en el grupo de WhatsApp de mi comunidad de vecinos, a una combinación de factores, y no tiene una respuesta sencilla. Es como buscar tu llave en una casa llena de gatitos: ¡un caos hermoso y frustrante a la vez!

  • Duración variable: Desde unas semanas hasta… ¡años! Como una novela de esas que nunca terminan.
  • Factores implicados: Se rumorea que es por estrés, cambios hormonales… hasta por la alineación de los planetas (no lo descarto totalmente, ja!). Aunque los médicos dicen otra cosa, claro está.
  • Mi caso (o el de mi hermana, mejor dicho): Ella lo padeció por un mes, tras tomar demasiados chiles habaneros ¡menuda idiotez!

Recuerda que si el ardor persiste, ¡consulta a un profesional! No seas como yo y mi insistencia en probar chiles cada vez más picantes. Eso sí, ¡la barbacoa de mi primo es toda una experiencia! A veces, las cosas picantes son tan gloriosas como devastadoras. ¡Es la ruleta rusa culinaria!

¿Cómo curar rápidamente una sensación de ardor en la boca?

¡Ay, qué ardor! Me está matando la boca… ¿Será por ese café con leche que tomé esta mañana? Tan rico, ¡pero ahora me arrepiento! Necesito algo, ¡ya!

  • Mucho líquido: Agua, agua, mucha agua. Igual, hielo, chupar hielitos ayuda. ¡Sí, hielitos!

  • Nada ácido: ¡Ni se me acerca un tomate! Ni naranjas, ¡ni pensar! Refrescos… ¡olvídalos! Café, por supuesto, ¡ni de broma! Ya aprendí la lección. Ayer probé un zumo de limón, ¡qué horror!

  • Alcohol, ¡ni hablar!: Eso sí que lo tengo claro, ni una gota de alcohol, ni vino, ni cerveza. ¡Qué tonta fui!

  • Tabaco, ¡para qué! Ya dejé de fumar, hace tres años, pero una amiga me ofreció un cigarro, ¡qué imprudente! No más, ¡no más! A ver si se me quita pronto esto.

¿Será que también me pasé con el picante en el almuerzo? Ay, mi boca… Necesito algo dulce, ¡pero nada ácido! ¿Un poco de miel? No, espera… mejor agua. ¡Más agua!

Evitar ácidos y alcohol es clave. Creo que me voy a preparar una infusión de manzanilla, a ver si me calma la cosa. Anota: manzanilla para el ardor de boca.

Tengo un problema con las bebidas gaseosas, me encantan, pero… ¡Me lastiman! ¡Tengo que controlarme! Igual probaré con un poco de yogur natural, es suave.

No más experimentos con sabores fuertes.

Lista de cosas que NO debo hacer:

  • Comer picante.
  • Tomar bebidas ácidas.
  • Fumar.
  • Tomar alcohol.

Ya, se me está pasando poco a poco… ufff… Mañana, desayuno ligero, avena con leche de almendras, algo suave. No más experimentos culinarios extraños.

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