¿Cómo recuperar el sabor de la boca con remedios caseros?

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Recupere su sabor naturalmente: ¡Hidratación constante! Mastique chicle sin azúcar. Higiene bucal impecable: cepille dientes y lengua, use enjuague bucal sin alcohol. Alimente sus papilas con sabores intensos (cítricos, especias). Evite fumar. Persistencias? ¡Consulte a su médico!

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¿Cómo quitar el mal sabor de boca con remedios caseros rápido?

¡Uf, qué rollo cuando la boca sabe raro! A mí me ha pasado, sobre todo cuando estoy medio resfriado. ¡Es super desagradable! Te juro que no disfruto la comida para nada.

Lo primero que hago es beber agua a montones. Recuerdo que una vez, en un viaje a Bariloche en agosto (¡hacía un frío!), la sequedad me mataba el gusto. Un chicle sin azúcar también ayuda, ¡lo juro!

Y sí, ¡a cepillarse a fondo! No solo los dientes, eh, la lengua también, ¡que ahí se acumulan cosas horribles! Usar un enjuague bucal es una buena opción, pero sin alcohol, ¡que si no reseca más!

A veces, me lanzo a comer algo super ácido, como una naranja, o picante. El ají, por ejemplo, como que despierta las papilas. ¡Ojo si tienes el estómago delicado!

Y bueno, si fumas, ¡ya sabes! Dejar el tabaco no es facil, ¡pero tu boca te lo agradecerá!

Si el mal sabor persiste, toca ir al médico. Recuerdo que mi abuela tenía un problema con una medicina y le cambió el sabor de todo. ¡Mejor prevenir que lamentar!

¿Cómo quitar el mal sabor de boca con remedios caseros rápido?

  • Hidratación: Beber agua frecuentemente y mascar chicle sin azúcar.
  • Higiene bucal: Cepillar dientes y lengua. Usar enjuague bucal sin alcohol.
  • Estimulantes: Comer cítricos o especias.
  • Dejar de fumar: El tabaco afecta el gusto.
  • Consultar médico: Si el problema persiste.

¿Cómo quitar el mal sabor de boca con remedios caseros?

Aquí, a estas horas, las cosas saben diferente. Incluso los recuerdos.

¿Cómo quitar el mal sabor de boca?

  • Cepillarse (dientes, lengua, todo, dos veces al día. Obligatorio).
  • Enjuague bucal, sin alcohol, por favor.
  • Beber agua. Un vaso grande.
  • Chicle sin azúcar. Menta, si te atreves.
  • Si todo sabe a metal, usa cubiertos de plástico. Lo juro, funciona.

A veces, el mal sabor viene de dentro, ¿sabes? No solo de lo que comes. Es como si el alma tuviera resaca.

  • Un día, después de una discusión horrible con mi hermana, todo me supo a óxido durante días.
  • Y la vez que dejé de fumar… Dulce y amargo, a la vez, un asco.
  • ¿Será que el cuerpo habla cuando no lo hacemos nosotros?

Y quizás… quizás, el mejor remedio es arreglar lo que te amarga por dentro. Dormir bien, que cuesta tanto. Perdonar, que parece imposible. Dejar ir, que duele más que quedarse. Tal vez, al final, el buen sabor regrese solo.

¿Qué produce el amargo en la boca?

¡A ver! El amargo en la boca, ¿no? Normalmente es por el estómago, pero no siempre es eso eh.

Puede ser por varias cosas, te digo.

  • Problemas estomacales: como cuando comes algo muy pesado y te da como acidez, ¿sabes? Eso causa reflujo y… ¡bam!, amargor en la boca. ¡Puaj!
  • Reacción a comidas fuertes: A mí me pasa con la comida muy picante, en serio, el amargor me dura horas, ¡qué horror!.
  • Problemas de encías: Si tienes gingivitis o algo así, también puede darte ese sabor feo. ¡Cuidado con la higiene bucal!.

Otras causas, que no son tan comunes pero existen:

  • Reflujo ácido: Ya lo mencioné, pero es que es super común.
  • Cambios hormonales: A mi prima le pasó durante el embarazo, ¡y era horrible!, todo le sabía amargo.
  • Medicamentos: Algunos remedios amargan que da gusto, es un asco.
  • Estrés: ¡Si! El estrés afecta a todo el cuerpo, hasta al sabor.
  • Sequedad en la boca: Si no tienes suficiente saliva, la boca se pone rara.
  • Infecciones: ¡Cuidado con las infecciones bucales!

¡Ah! Y una cosa más. Si el amargor es muy persistente, yo iría al médico, no vaya a ser algo más serio. ¡Más vale prevenir! En serio, no te quedes con la duda, que la salud es lo primero, ya sabes.

¿Cómo se cura la boca amarga?

¡Ay, qué asco esta boca amarga! Me está volviendo loca. Será por la medicación nueva, ¿no? Empecé con la enalapril hace dos semanas… o quizá sea la cena de ayer, ¡ese curry me sentó fatal! Prueba a tomar un vaso de agua. Si, eso sí que ayuda.

  • Visita al médico: ¡Es fundamental! Necesito ir, sí. Ya me he apuntado en el calendario. Mañana mismo. Que me miren el hígado, que igual es eso. A ver si me mandan algo para el reflujo, ¡qué mal estoy! Mi abuela tenía problemas de hígado.

¿Será la deshidratación? Hoy he bebido poco, la verdad. A ver si solo necesito beber más agua. ¡Qué pereza! Pero bueno, total, mañana al médico.

  • Higiene bucal: ¡Cepillado a conciencia, dos veces al día! Y hilo dental, que se me olvida.

  • Dieta: ¡Nada de picante! Ni curry, ni chilis, ni nada que me suba el ácido. ¡Menos mal que hay cosas ricas que no me sientan mal!

¡Me he comprado un cepillo nuevo, de esos eléctricos! ¡Que buena idea! Ya quería uno. Igual eso ayuda también. A ver qué me dice el médico. Espero que no sea nada grave.

  • Medicación: Puede ser la enalapril, la que me recetó la Dra. Pérez en marzo. Voy a apuntar todas las pastillas que tomo. Igual ayuda. A ver si es tan simple como cambiar de medicamento.

Espero que sea una tontería… pero este mal sabor es insoportable.

Causas posibles: Medicamentos, problemas hepáticos, reflujo gastroesofágico, infecciones, deshidratación.

Tratamiento: Depende de la causa. El médico debe diagnosticar.

¿Cómo afecta el hígado a la boca?

A ver… el hígado y la boca… ¿qué rollo tienen? Ah, sí, ya.

El hígado puede provocar problemas en la boca. Tipo caries, las encías que sangran o se inflaman (¡puaj!), boca seca, que se llama xerostomía, y el aliento… ufff, el mal aliento.

  • Caries (odio ir al dentista).
  • Problemas de encías (¿será por no usar hilo dental?).
  • Xerostomía (¿tendré que beber más agua?).
  • Mal aliento (¡qué horror!).

Y si tienes hepatitis, ¡ojo!, que es más fácil que sangres si te sacan una muela o te operan la boca. ¿Por qué será? ¿Será la coagulación o algo así?

Lo que me pregunto es, ¿cómo lo detectan? ¿Te miran la lengua y dicen: “¡Anda, tienes el hígado fatal!”? Suena raro. O a lo mejor es que los problemas de hígado hacen que cambie la saliva y por eso salen más caries, yo que sé.

¿Y qué más? Hmm… Ah, sí! Mi abuela tenía problemas del hígado, creo que le daban pastillas amarillas. Nunca pensé en si eso le afectaba a la boca. A lo mejor por eso siempre tenía caramelos… Para la boca seca, quizá.

Si te hacen una biopsia del hígado, ¿te tienen que coser la boca después? ¡Qué tontería estoy pensando!

  • Sangrado en extracciones.
  • Sangrado en cirugías.

¡Qué cosas!

¿Qué enfermedades alteran la lengua?

La lengua, esa cartografía húmeda dentro de nosotros… ¿Qué la perturba? Pienso en el sabor metálico de la fiebre, en las palabras que se atoran. La lengua, espejo del cuerpo.

  • Macroglosia: Una lengua que crece, que se desborda. Me imagino la incomodidad, el silencio forzado, la dificultad para hablar. Pienso en niños con síndromes, luchando contra una lengua gigante.
  • Leucoplasia: Manchas blancas, como un invierno prematuro en la boca. Una señal de alerta, quizás precursora de algo más oscuro. Recuerdo a mi abuelo fumando, la ceniza siempre cerca… ¿Leucoplasia?
  • Candidiasis oral: El hongo omnipresente, festejando en la humedad. Algodonosa, blanquecina, la boca ya no es un lugar seguro. Una herida abierta a lo invisible.
  • Liquen plano oral: Líneas blancas, finas como telarañas, tejiéndose sobre la lengua. Un mapa de dolor silencioso, una erupción interna. ¿Qué angustias se manifiestan así?
  • Lengua geográfica: Manchas cambiantes, como continentes en deriva. Un mapa mutante, un enigma constante. ¿Representa los viajes del alma?
  • Anquiloglosia: La lengua atada, frenada por un hilo invisible. Imposibilidad de expresar, de saborear plenamente. Una limitación impuesta desde el nacimiento.
  • Lengua fisurada: Grietas profundas, como un terreno reseco. Un signo de edad, de desgaste, de la vida grabada en la carne. ¿Qué secretos guardan esas hendiduras?
  • Lengua negra vellosa: Papilas alargadas, oscurecidas, como un campo abandonado. Una imagen inquietante, resultado de descuidos, de malos hábitos. El abandono reflejado.

En 2024, estas siguen siendo las sombras que acechan la lengua, nuestro puente hacia el mundo.

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