¿Cómo saber si un lunar hizo metástasis?

¿Qué lunares no son normales?

¡Ay, esos lunares! ¡Un universo de manchas en nuestra piel, algunas encantadoras, otras… sospechosas! ¿Qué lunares no son normales? Pues mira, te cuento mi experiencia: el año pasado, mi dermatólogo, un tipo genial con un bigote que desafía la gravedad, me explicó esto:

Un nevo displásico: el lunar rebelde. Piensa en un lunar común como un gatito dócil, tierno, predecible. Un nevo displásico es como un gato siamés, ¡elegante pero impredecible! Más grande, colores extravagantes (desde el beige hasta el marrón oscuro, pasando por el negro, ¡como una paleta de pintor loco!), bordes irregulares (como si lo hubiera dibujado un niño con temblores en la mano), y una superficie que no es lisa, como un paisaje montañoso. ¡Es un lunar que pide a gritos atención!

• Tamaño: Más grande que 6 mm.
• Color: Variado y irregular, ¡un arcoíris en tu piel!
• Bordes: Difusos, irregulares, ¡como una costa llena de calas!
• Superficie: No uniforme, ¡un terreno accidentado!

Ese fue el caso de mi amiga Inés que tuvo un susto con uno de estos lunares, ¡menos mal que lo detectó a tiempo!

A tener en cuenta: No te autodiagnostiques, ¡no seas Sherlock Holmes! Cualquier lunar que te preocupe, ve al dermatólogo. La prevención es la mejor medicina, y en esto, ¡mejor prevenir que lamentar! Es importante revisarlos regularmente. Mejor aún, haz una foto cada año para comparar. ¡Con eso te evitarás muchos disgustos! Mi dermatólogo me recomendó incluso una app para monitorizarlos.

Conclusión rápida: Si ves un lunar que te parece raro, ¡corre al dermatólogo! No es broma. Es mejor prevenir que curar, y en este caso, ¡mucho mejor! Ya sabes, los lunares son como las personas, ¡unos más normales que otros!

¿Cómo saber si un lunar no es normal?

Agh, lunares. Tengo uno en la barbilla, diminuto, pero ahí está. Siempre me ha dado rollo. Mi abuela, la pobre, tenía uno enorme en la espalda. Como una moneda de dos euros, marrón oscuro, con bordes irregulares… Me acuerdo de pequeña, tocándolo con el dedo, y ella me decía quita, quita, no lo toques, que es malo.

Asimetría, me decía el médico el otro día, bordes, color, diámetro y evolución. ABCDE, para acordarse. Es que fui a la revisión anual –¡por fin!– y le pregunté por el de la barbilla. Me dijo que no parecía problemático, pero que me fijara en esos cinco puntos.

Asimetría: si al dividirlo por la mitad, las dos partes no son iguales. El de mi abuela era un desastre, todo irregular. El mío, en cambio, es redondito. Bordes irregulares: como si estuvieran desdibujados, dentados… Color: si tiene varios tonos de marrón, negro, azul, rojo… Diámetro: si mide más de 6 mm, como una goma de borrar de lápiz. Evolución: el más importante, si cambia de tamaño, forma, color, si pica, sangra o supura… Vamos, si hace cosas raras.

• Asimetría
• Bordes
• Color
• Diámetro
• Evolución

Uf, qué calor hace. Me voy a la piscina. Ya os contaré si el lunar sigue igual. Bueno, al final no fui a la piscina, me quedé en casa viendo una peli. Pero el lunar ahí sigue. Igualito. A ver si me acuerdo de apuntarme la fecha de la próxima revisión, que luego me da pereza…

Consulta al médico si un lunar:

• Tiene un aspecto inusual
• Aumenta de tamaño
• Presenta algún cambio.