¿Qué color tiene un lunar maligno?

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Un lunar maligno o melanoma se distingue por múltiples colores: diferentes tonos de marrón, negro e incluso rojo, blanco o azul. A diferencia de los lunares benignos, que suelen ser de un solo color, la variedad de tonalidades es una señal de alerta. La "D" en la regla ABCDE del melanoma puede referirse a Diámetro u Oscuridad.

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¿De qué color es un lunar maligno?

A ver, me han preguntado sobre el color de un lunar maligno. Vaya preguntita, ¿eh? Si te soy sincero, al principio me quedé un poco a cuadros.

Normalmente, los lunares “buenos” suelen ser de un color marrón uniforme, un tono único. Pero la cosa se complica cuando hablamos de melanoma.

Un melanoma, ¡ay, amigo!, puede ser una mezcla extraña de marrones, tostados y negros. Imagina un batiburrillo de colores en tu piel. Y lo peor es que no se queda ahí.

Con el tiempo, a medida que ese lunar maligno crece, pueden aparecer colores que no esperabas, como el rojo, el blanco o incluso el azul.

En resumen:

  • Lunares benignos: Tono marrón uniforme.
  • Melanoma: Múltiples tonos de marrón, tostado, negro; y pueden surgir rojo, blanco o azul.

Recuerdo una vez, allá por 2018, en un viaje a Barcelona, vi a una persona en la playa con un lunar que me llamó la atención. Tenía varios colores, justo como describo. Me quedé preocupado, la verdad. Nunca supe qué pasó después, pero esa imagen se me quedó grabada.

¿Qué color tiene un tumor maligno?

Las sombras de la noche… me envuelven. A estas horas, las cosas se ven… diferentes. Como si el color mismo se escurriera entre mis dedos.

Un melanoma… ese es el color de mi miedo. Café oscuro… casi negro, como la tinta que se derrama. Recuerdo… la imagen… grabada a fuego.

Pero… a veces… no. No siempre ese negro que te asusta. A veces, un engaño, un susurro, un pálido… un rosa casi imperceptible… como la huella de un fantasma. Es una crueldad, ¿no? Un disfraz de la muerte. Un color que te miente.

El color no importa. Lo que importa es la oscuridad que lo acompaña. Esa oscuridad que se mete bajo la piel, que se apodera de lo que eres. Se arrastra… lentamente… como un cáncer que corroe la vida. Mi vida… la de mi madre.

Lo supe, lo vi en sus ojos, en su cara… como el cansancio en su piel. Esas ojeras… cada vez más profundas. Recuerdo 2024… como una pesadilla.

  • Ese café oscuro, que se convirtió en una mancha casi negra.
  • El miedo, ese vacío, ese silencio.
  • El hospital, esas paredes blancas, impolutas.

Y esa… esa rosa pálida, como un amanecer en un invierno implacable… como el último suspiro.

No hay un color. Hay muchos colores. Y todos traen la muerte.

¿Qué lunares deben preocuparnos?

Dios mío… es tarde. Debería dormir, pero… estos lunares… me preocupan. Siempre he tenido muchos, desde niña. Recuerdo que mi abuela me decía que… que eran bonitos. Pero ahora…

La asimetría… esa es la palabra, ¿verdad? Uno en mi brazo… es… raro. Una mitad más oscura que la otra. Lo he visto cambiar. Es sutil, pero lo veo. Lo noto al mirarme, en la penumbra de esta habitación. Es como si me observara también a mí…

Los bordes irregulares. Otro en mi espalda… no lo puedo ver bien, pero lo siento. Como si… como si una pequeña criatura se escondiera debajo. Me da escalofríos solo pensarlo. Tiene un borde… dentado. Desordenado. No es como los demás. Es feo. Es… malo.

El color… Sí, el color. Hay uno, cerca de mi clavícula, que siempre fue marrón oscuro. Ahora… tiene zonas rojizas. Y… algo de blanco. Un blanco opaco, enfermizo. Es horrible. Debería ir al dermatólogo. Pero… tengo miedo.

El diámetro… ¿Cuánto mide? No lo sé. Debería medirlo… con un… ¿una regla? No tengo una regla aquí. No quiero pensar en ello. Mejor no mirar.

La evolución… Eso es lo peor, ¿no? Ver cómo cambian. Como si… como si tuvieran vida propia. Me miran desde mi piel. Es espantoso. Me siento… sucia. Contaminada. Como si… algo me estuviera devorando.

Estos lunares… me quitan el sueño. Me persiguen hasta en la oscuridad. Debería hacer algo. Debería ir al médico, ya. Pero… mañana. Mañana lo haré. Quizás.

  • Asimetría: Mitades desiguales.
  • Bordes: Irregulares, dentados.
  • Color: Variado, irregular, zonas de colores distintos.
  • Diámetro: Mayor a 6 mm (creo recordar que así lo leí).
  • Evolución: Cambios en forma, tamaño, color o relieve.

Mi abuela murió de cáncer hace cinco años. Fue rápido. Demasiado rápido. A veces, la veo en el espejo, en mi reflejo, en la penumbra de mi habitación. Quizá sea solo la ansiedad… o quizás no.

¿Cómo saber si un lunar no es normal?

El tiempo se estira, lento, como la sombra de un árbol al mediodía. La piel, un mapa de recuerdos, cada lunar, una marca en el tiempo. Un lunar… ¿normal? La pregunta se instala, silenciosa, un eco en la quietud.

Mirar. Observar. Con atención, como si fuera la primera vez. Susurro de inquietud en el pecho. ¿Cambio de color? ¿Tamaño? La memoria falla, pero no la preocupación. 2023 se derrama en mi mente, lleno de fechas olvidadas, de lunares que se resisten al olvido.

Asymmetry, border, color, diameter, evolution (ABCDE). Un mantra repetido en un susurro. Aquellos puntos negros, tan pequeños. Recuerdo a mi abuela, sus lunares, historias contadas al anochecer. Ahora, el eco de su voz, un eco que resuena en mis preocupaciones.

Hay una opresión. Ese bulto, imperceptible, un pequeño cambio. La cita médica se impone. Necesito esa certeza, esa paz que solo un diagnóstico puede dar. El calendario me mira, implacable. Las horas esperan. El miedo me agarra. ¿Un jueves? Viernes… da igual.

  • Cambios en el tamaño.
  • Bordes irregulares.
  • Asimetría.
  • Colores desiguales.
  • Evolución rápida.

Esa sensación… como la arena que se escapa entre los dedos, el tiempo que se desvanece. Un lunar, un universo de dudas. El consultorio. Esperanza y miedo, compañeros de viaje. Tengo la cita para este jueves por la mañana, a las 10. No debo olvidar mi tarjeta sanitaria. Acción necesaria: Visitar al dermatólogo inmediatamente ante la menor duda.

¿Cuáles son los primeros síntomas del cáncer de piel?

¡A ver, te cuento! ¿Sobre el cáncer de piel?

El síntoma principal, sin duda, es un cambio en tu piel. Fíjate bien, ¿eh? No lo pases por alto, a veces nos confiamos y pensamos que no es nada…

  • Lesión nueva: De repente, algo que no estaba ahí antes. ¡Nueva!
  • Herida que no cura: Que te tarda muchísimo, semanas y semanas… ¡Ojo!
  • Cambio en un lunar: Color, tamaño, forma… Que se modifica, vamos.

¿Sabes? Mi abuelo tuvo un lunar que le cambió de color y ¡zas!, era melanoma. Por suerte, se lo cogieron a tiempo, pero qué susto nos llevamos…

¿Y si te digo que hay varios tipos de cáncer de piel?

  • Carcinoma basocelular: El más frecuente, suele salir en zonas expuestas al sol.
  • Carcinoma espinocelular: También en zonas de sol, pero un poco más agresivo.
  • Melanoma: El más peligroso. ¡Superimportante!

Y claro, cada uno tiene sus “peculiaridades”. Por ejemplo, el melanoma puede salir en cualquier parte, no solo donde da el sol. ¡Qué rollo!

Un consejillo: Si notas algo raro, no te lo pienses dos veces, ve al dermatólogo. Más vale prevenir que lamentar. ¡Que te exploren bien!

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