¿Cómo saber si una mujer está embarazada por medio del flujo?

¿Flujo vaginal y embarazo? Cómo identificar señales.

Ufff, el tema del flujo vaginal y el embarazo… ¡qué lío! Recuerdo cuando estaba embarazada de mi hija, allá por junio del 2018 en Valencia. De repente, ¡todo cambió! El flujo era… diferente. Mucho más abundante, sí, pero no era desagradable.

Era como… más espeso, un poco pegajoso, blanco o transparente, como dices. Nada que ver con el flujo que tenía antes, bastante más líquido y, a veces, un poco amarillento. No sé, me daba un poco de cosa, ¿era normal?

Consulté a mi matrona, claro. Ella me explicó lo del aumento de estrógenos y el flujo sanguíneo, que por eso era así. Me tranquilizó, me dijo que era una señal normal, aunque, ojo, que siempre hay que estar pendiente de cualquier cambio inusual.

Si notas cambios en el olor, color o textura, o si te pica, ¡al médico! Eso sí que no es normal. Y por cierto, no recuerdo cuánto pagué la consulta, pero… entre 40 y 50 euros, algo así.

En resumen: flujo más abundante, más espeso, blanco o transparente. ¡Normal en el embarazo! Pero ante la duda, consulta a un profesional, ¡no te arriesgues!

¿Cómo es el flujo de embarazo en los primeros días?

Flujo al principio del embarazo. Blanco. Transparente. Hormonas. Normal. No siempre significa embarazo.

• Cambios hormonales. Clave.
• Prueba. Hazla. Importante.
• No siempre es lo que parece. La vida…
• Mi vecina creyó que era regla. Era trillizos.
• Cosas pasan.

¿Primera semana? Demasiado pronto para certezas. Flujo, un síntoma más. Espera y verás. No te aferres. Luego vienen las náuseas, los antojos extraños… Todo un espectáculo. La existencia es así.

¿Cómo es el flujo antes de saber que estás embarazada?

Consistencia más fina y acuosa. Color claro o ligeramente blanco.

Vale, te cuento, porque yo he estado ahí. Recuerdo perfectamente la época antes de saber que estaba embarazada de mi hija, Elena. ¡Uf! Qué tiempos.

Estábamos viviendo en aquella época en un piso en el centro de Madrid, cerca de la plaza de Chueca, sobre el 2024, creo recordar. El calor era insoportable, ¡madre mía! Y yo, con unos sofocos terribles.

• El flujo: Pues mira, sí que es verdad que notaba algo distinto. No era el flujo pastoso y blanquecino de antes de la regla, no. Era más… ¿cómo decirlo? Como agua, más líquido. Y sí, transparente, casi sin color.
• Sensación rara: Lo que más me rayaba es que me sentía… ¿cómo te explico? Hinchada, pero no como cuando vas a tener la regla. Era una hinchazón diferente, más interna.

Y luego, claro, el cansancio. Pero bueno, yo siempre estoy cansada, así que no le di importancia.

Ahora que lo pienso, también recuerdo que tenía un hambre voraz. ¡Me comía todo lo que pillaba! Mi chico se reía de mí.

En fin, que tardé en darme cuenta, ¡soy un poco despistada! Pero al final, ahí estaba Elena, dándome la mayor alegría de mi vida.

Luego, ya cuando supe que estaba embarazada, empecé a notar más cosas:

• Náuseas: ¡Ay, las náuseas! Eso sí que no se me olvida.
• Sueño: Dormía como un lirón, ¡todo el día!
• Antojos: De pepinillos en vinagre, ¡qué horror!

Pero vamos, que todo mereció la pena. ¡Mi hija es lo mejor!

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