¿Cómo sacar hongos de los pies con sal?

¿Qué pasa si pongo mis pies en sal?

¡Ay, qué pereza! ¿Pies en sal? ¡Suena raro! ¿Será eso bueno? Me acuerdo que mi abuela usaba sal para todo, hasta para las heridas de mi hermano, ¡qué locura!

Alivia el dolor , eso sí lo recuerdo. ¡Como si te quitasen un peso de encima! Pero, ¿infecciones? Sí, creo que sí. El pie de atleta, ¿no? Recuerdo que mi primo lo tuvo y usaba algo con sal. ¿Será lo mismo?

Propiedades antimicrobianas, eso lo leí por ahí. Algo así como que mata a los bichos malos, ¿no? Debería buscar más información. ¡Pero qué pereza!

• Desinfección, eso es. ¡Claro! Como un antiséptico casero.
• Menos dolor, ya lo dije.
• Pie de atleta, ¡puaj! Eso sí que es desagradable.

Pero, ¡es sal! ¿No será muy agresivo para la piel? Tengo la piel tan sensible… Quizá mejor un poco de agua tibia, ¿no? Después de todo, la sal en exceso, ¿no reseca?

Necesito un rato para pensar en esto. Hoy es lunes, y debo hacer la compra. ¡Uf, necesito café! Ya buscare mejor sobre esto mañana.

Información adicional: La concentración de sal es clave. Demasiada puede irritar. Un baño de pies con 2 cucharadas de sal por litro de agua tibia suele ser suficiente. Siempre mejor consultar a un médico si la infección es seria. Además, no vale para todo tipo de heridas, eh. ¡Ojo con eso! Tengo una cita con el podólogo el viernes, 27 de octubre de 2023. Le preguntaré a él.

¿Qué hace la sal en los pies?

¡Zas! La sal en los pies es magia pura, ¡como encontrar un billete de 50 en un pantalón viejo! Deshincha, que parece que te hubieran picado abejas. Refresca, vamos, como meter los pies en un río de montaña (pero sin las truchas, claro).

• Contra las durezas: Adiós lija, hola pies suaves cual culito de bebé. Yo una vez tenía un callo que parecía el Everest, y con los baños de sal… ¡desapareció! (bueno, casi).
• Hongos: Los deja temblando como flanes. O sea, no es que les pongas sal y salgan corriendo gritando, pero ayuda a combatirlos. A mí me funcionó mejor que las zapatillas de deporte de mi hermano, que olían a queso roquefort.
• Exfoliación: Piel nueva, vida nueva. Es como un peeling, pero sin gastarte un dineral. Eso sí, no esperes que te salgan escamas de sirena.
• Estrés: ¡Fuera! Yo, después de un baño de pies con sal, estoy tan relajado que podría dormir en una hamaca colgada de un hilo. Una vez me quedé dormido con los pies en remojo y casi me ahogo… ¡en el barreño! Menos mal que mi gato, Bigotes, me despertó.
• Dolor: Si te has torcido un tobillo jugando al fútbol (como yo la semana pasada, ¡qué dolor!), un baño de agua con sal te alivia que no veas. No es que te cure milagrosamente, pero ayuda.

En resumen: agua tibia con sal = pies felices. Yo lo hago todas las semanas, y mis pies ahora son la envidia del barrio. Incluso Bigotes les hace la ola.

Y hablando de Bigotes, el otro día le puse un poquito de agua con sal en su bebedero (¡sin que se diera cuenta!), y ahora ronronea más fuerte. No sé si tendrá algo que ver… Pero bueno, eso es otra historia.

¿Cómo utilizar la sal para desinflamar?

Sal. Desinflama. ¿Para qué más?

• Baños de agua con sal gruesa. Simple. Efectivo. Punto.

• Mejora la circulación. Eso dicen. Yo lo he visto. En mis tobillos. 2024.

• Propiedades antisépticas, analgésicas. Palabras. Resultados. Lo importante.

  No es magia. Es química. O física. O ambas. Da igual.

A veces, el agua fría con sal marina ayuda más que las cremas. Lo he comprobado.

Mi abuela usaba sal de mar. Siempre la misma. De la misma playa. La recuerdo. Ese olor.

• Alternativa natural. ¿Natural? Todo es químico. Eficiencia. Punto.

• El efecto es temporal, obvio. No esperes milagros.

• Dosis: A ojo. Depende del tamaño de la bañera. Y de la inflamación. Intuición.

Nota: Experiencia personal. No hay garantías. Consulta a un médico. Eso sí, no te lo tomes a pecho. Yo nunca lo hago.