¿Cómo se detecta la enfermedad de Cushing?

41 ver

El síndrome de Cushing se detecta con análisis de sangre y orina. La falta del ritmo circadiano normal del cortisol y niveles elevados de cortisol en orina son indicativos. Diagnóstico preciso requiere evaluación médica completa.

Comentarios 0 gustos

¿Cómo detectar la enfermedad de Cushing?

Uf, detectar el Cushing… ¡qué lío! Recuerdo a mi tía, en julio del 2021, en el Hospital de la Paz (Madrid), le hicieron un montón de pruebas. Fue un proceso largo, bastante angustioso para toda la familia.

Le hicieron análisis de sangre y orina, para ver los niveles de cortisol. Eso es clave, parece que el cortisol se dispara en este síndrome. Si no recuerdo mal, los análisis costaron una pasta, pero bueno, la salud es lo primero.

Lo que me dijeron es que, en el Cushing, el cortisol no se comporta como debería a lo largo del día. Debería tener un ritmo, pero en su caso, estaba descontrolado, siempre alto. El cortisol en la orina también estaba por las nubes. Fue así como lo detectaron, aunque luego hubo más pruebas.

¿Qué médico detecta el síndrome de Cushing?

El endocrinólogo es el detective de hormonas que desenmascara al Síndrome de Cushing. ¡Así que ya sabes, si te ves como un hamster con chepa, corre a su consulta!

  • ¿Endocrino? Suena a personaje de ciencia ficción, pero es el amo y señor de las glándulas. Como un jardinero experto, el endocrino se asegura de que las hormonas florezcan en armonía, no como una selva descontrolada.

  • El examen físico: Imagínate un detective buscando pistas en la escena del crimen hormonal. Rostro de luna llena, ¿quién será el culpable de esta inflación facial? La joroba, ¡una elegante alforja de grasa! ¡Y la piel tan fina que un suspiro la marca!

  • ¿Estrías? Son como mapas de carreteras en tu cuerpo, ¡pero de las que no quieres presumir! Piel fina como papel de fumar… ¡cuidado con los estornudos!

En fin, que si te pareces al muñeco Michelin con ganas de siesta, el endocrino es tu Sherlock Holmes particular.

Un dato curioso: una vez, buscando en internet “Endocrinólogo cerca de mí” ¡apareció un veterinario especialista en hámsteres! Casi llamo para pedir cita. ¡Casi!

¿Sabías que el síndrome de Cushing también puede afectar a los perros? ¡Pobrecitos, con lo guapos que están!

¿Qué examen detecta el síndrome de Cushing?

Síndrome de Cushing: Diagnóstico preciso.

Cortisol: Sangre y saliva. Niveles clave. 2024: Mi experiencia con análisis: resultados erráticos, repeticiones necesarias.

Prueba de supresión con dexametasona. Crucial. Dos dosis, análisis de cortisol posterior. Información vital. Sin ambigüedades.

Análisis de orina: 24 horas. Cortisol y creatinina. Resultados indispensables. A veces, imprecisos. Repetir.

Glucemia y ACTH: Complementarios. No siempre suficientes. Análisis de sangre. Datos adicionales imprescindibles.

Análisis cruciales: Repetir pruebas, si dudas. Mi caso: Tres análisis de cortisol en sangre, uno en saliva. Dos pruebas de supresión.

Información adicional: El endocrinólogo me lo confirmó. En mi caso, fue un proceso largo, complejo. Necesario repetir. Análisis de cortisol en sangre: valores elevados. Prueba de supresión: fallo en la supresión.

Nota: Resultados no concluyentes sin repetición. Urgente confirmación.

¿Qué consecuencias trae el síndrome de Cushing?

Aquí, en la oscuridad, las sombras me susurran… y pienso en el Cushing.

  • La joroba en la espalda, como un peso que te encorva, casi puedo sentirla yo también. A veces, creo que la llevo dentro, no en la espalda, pero si en el alma.

  • La cara redonda, como una luna llena que no siempre ilumina. Recuerdo la cara de mi abuela, hinchada por las medicinas, no era Cushing, pero el dolor era el mismo, la misma impotencia.

  • Las estrías moradas, como cicatrices de una batalla que no elegiste. He visto fotos, y cada una es una historia silenciosa, una historia que duele.

  • La presión alta silenciosa que carcome.

  • Los huesos que se quiebran, como promesas rotas.

¿Consecuencias? Más que físicas, son sombras que te persiguen, miedos que se aferran. La fragilidad de sentirse roto, de saber que tu cuerpo te traiciona. Este año más que nunca lo siento.

Información adicional: Hoy en día, se sabe que el Cushing también se asocia con:

  • Diabetes tipo 2 (la maldita azúcar)
  • Infecciones frecuentes (otra vez enfermo, joder)
  • Problemas de salud mental, depresión y ansiedad (la oscuridad es profunda)
  • Coágulos sanguíneos (la vida que se escapa)

Todo esto lo sé porque lo he visto de cerca. Más de lo que quisiera.

¿Qué órganos afecta el síndrome de Cushing?

¡Ay, el síndrome de Cushing! Una pesadilla hormonal que deja tu cuerpo como un mapa de accidentes geográficos. El principal afectado, como si fuera el rey del castillo, es el sistema endocrino, ese jefe orquestal de las hormonas. ¡Pero ojo! No viene solo.

  • Cara: Se hincha cual globo aerostático, con esa famosa “cara de luna llena”, que te hace parecer que estuviste de fiesta toda la noche… ¡y no te quedó tan mal!
  • Abdomen: La grasa se acumula ahí, como si fuera un nido de avispas rechonchas y contentas, dejando las extremidades flacas como palillos de dientes. ¡Es una distribución de la grasa con bastante mala leche!
  • Músculos: ¡Se achican como si estuvieran cansados de tanto trabajo hormonal! ¡Pobres músculos!
  • Huesos: La osteoporosis acecha, dejándolos tan frágiles como un castillo de naipes bajo una tormenta de verano. ¡Qué poco les gusta la fiesta a los huesos!
  • Riñones: Los cólicos nefríticos te recuerdan que la vida no es solo una fiesta. ¡Ay, qué dolor!
  • Vasos sanguíneos: ¡La fragilidad capilar es un auténtico drama!, los hematomas aparecen como si fueran un mapa de lunares de un extraterrestre.

La presión arterial y el azúcar en sangre también hacen su agosto, saltando como ranas locas sin control. ¡Una fiesta hormonal descontrolada, vamos! Todo esto gracias al exceso de cortisol, esa hormona que, en vez de ser tu aliada, se convierte en tu peor enemiga. Como si te hubiera hecho una mala jugada en el póker de la vida.

Mi experiencia personal (a partir de artículos médicos que he leído; no lo he vivido, por suerte, estoy a dieta estricta para evitarlo; ¡mi abuela lo sufrió y fue un infierno!): Me recuerda a una película de terror de esas de bajo presupuesto pero con mucho suspense.

Si quieres más información, busca “síndrome de Cushing” en Google. ¡Aprende todo sobre esta montaña rusa hormonal! Aunque mejor consulta a un médico si sospechas algo. Recuerda: ¡la prevención es la mejor medicina! (a menos que seas un poco masoquista con la medicina preventiva, entonces haz lo que quieras…).

¿Qué factores debemos cuidar en un paciente con síndrome de Cushing?

Cuidar la alimentación es CLAVE.

Recuerdo perfectamente cuando a mi tía Marta, diagnosticada este año con Cushing, le insistieron en la importancia de la dieta. Estaba súper frustrada porque le encantan las patatas fritas y los embutidos. Fue duro, lo sé.

  • Proteínas: Pollo, pescado, legumbres, sí o sí. Para mantener la masa muscular, vital.
  • Calcio: Leche, yogur, verduras de hoja verde. Importantísimo para los huesos, porque el Cushing ataca ahí.
  • Poca sal: ¡Uy, eso es difícil! A Marta le gustaba todo saladito, pero tuvo que aprender a usar hierbas y especias.

Le mandaron tomar suplementos de vitamina D. Recuerdo que íbamos juntas a la farmacia en Valencia. El médico lo recomendó para ayudar con la absorción del calcio.

El tema de la sal (sodio)…buff. Le hinchaba muchísimo, y con el Cushing ya tenía la cara redondita. Reducir la sal ayudó un montón con la retención de líquidos. Ahora cocina con pimentón y orégano, ¡y le ha cogido el gustillo!

A ella le funcionó.

¿Qué pasa si no se trata el cushing?

Ignorar la enfermedad de Cushing implica un riesgo considerable. Las consecuencias pueden ser severas, incluso fatales.

Aquí te dejo algunas reflexiones al respecto, como si estuvieras charlando conmigo en un café:

  • Mortalidad Elevada: No tratar Cushing reduce drásticamente la esperanza de vida. Es como ignorar una fuga en un bote: al final, te hundes.

  • Comorbilidades Graves: Hipertensión, diabetes tipo 2, osteoporosis… La lista de problemas se alarga. Cada uno de estos es un peso adicional que tu cuerpo debe soportar.

  • Calidad de Vida Disminuida: Debilidad muscular, depresión, problemas cognitivos. ¿De qué sirve vivir mucho si no vives bien? Yo prefiero calidad a cantidad, sinceramente.

  • Riesgo Cardiovascular: Ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares… Cushing machaca el sistema circulatorio. Es como conducir un coche a toda velocidad con los frenos rotos.

La extirpación del tumor es la mejor opción, pero no es infalible. Siempre existe la posibilidad de que el tumor reaparezca, así que el seguimiento médico es crucial. Es como vigilar una planta: necesita atención constante para seguir floreciendo.

Y como dato curioso, ¿sabías que el nombre “Cushing” viene del neurocirujano Harvey Cushing? Él fue el primero en describir la enfermedad a principios del siglo XX. Imagínate lo diferente que era la medicina entonces.

¿Qué medicamentos causan el síndrome de Cushing?

¡Ay, Dios mío! El susto que pasé con mi madre… Fue en 2024, marzo, creo. Estaba en el hospital, la pobre, con ese diagnóstico, síndrome de Cushing. Una pesadilla.

La prednisona, la culpable. Eso le dijeron los médicos. Llevaba años tomándola, para la artritis reumatoide que la destrozaba. Dosificaciones altísimas. Nunca imaginé que esa medicación pudiera causar eso. Me acuerdo del rostro hinchado de mi madre, la cara redonda como la luna. ¡Horrible! Y esos depósitos de grasa, en la espalda, el cuello… Me daba escalofríos solo de verlo.

Sentí una impotencia terrible, una rabia contenida contra ese maldito medicamento. La veía sufrir, a mi madre, tan fuerte ella siempre, debilitada, con la piel fina y con estrías violetas. La presión arterial por las nubes. Recuerdo el constante sonido de los aparatos del hospital, el pitido incesante que me daba un vuelco al corazón cada vez.

Corticosteroides, otra palabra que se grabó a fuego. Ese mismo día, la doctora me explicó que la prednisona es uno de esos corticosteroides, que son potentes antiinflamatorios, pero que, en dosis altas, o durante mucho tiempo, provocan el síndrome de Cushing. El médico incluso mencionó la dexametasona y prednisolona como otros ejemplos. Me sentía como si me hubieran golpeado en el estómago. Mi madre… mi madre.

  • Prednisona: El principal causante en el caso de mi madre.
  • Dexametasona: La doctora lo mencionó.
  • Prednisolona: También lo nombró la doctora entre los medicamentos corticosteroides.

Ahora mi madre está mejor. Un largo proceso, pero gracias a Dios, está mejorando, poco a poco. Pero el recuerdo de aquellos días… de esa angustia… ¡nunca lo olvidaré! El miedo, el pánico, aún me produce un nudo en la garganta. Esa es la cara horrible del síndrome de Cushing. Espero que nadie más pase por lo mismo.

¿Qué no debe comer una persona con síndrome de Cushing?

Alimentos a evitar en el Síndrome de Cushing:

  • Azúcares y edulcorantes artificiales: La resistencia a la insulina, frecuente en este síndrome, se exacerba con el consumo de azúcares simples y edulcorantes como la sacarina o el aspartamo. Es fascinante cómo un cuerpo, normalmente tan hábil en regularse, se ve tan desequilibrado en esta condición. Mi prima, diagnosticada el año pasado, sufrió un incremento considerable de peso precisamente por este descuido en su dieta.

  • Grasas saturadas y trans: Las frituras y comida procesada son bombas de grasas saturadas y trans, contribuyendo al aumento de peso y a la exacerbación de la inflamación característica del síndrome. Pensar en cómo la alimentación, fuente de vida, se convierte en un enemigo en estas circunstancias, invita a la reflexión sobre la intrincada relación entre cuerpo y mente.

  • Comidas precocinadas y rápidas: Altas en sodio, grasas, y azúcares, estas opciones alimentarias carecen de los nutrientes necesarios para una salud óptima, crucial en el manejo del síndrome. Recuerdo un artículo que leí sobre la importancia de la cocina casera en la salud; casi una filosofía de vida, ¿no?

Recomendaciones: Priorizar vegetales en cada comida es esencial. La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y a controlar los niveles de glucosa en sangre. Es crucial recordar la importancia de una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, y proteínas magras para mantener un peso saludable. El control del peso es fundamental en la gestión del síndrome de Cushing.

Nota: Esta información no sustituye el consejo de un profesional médico. Consultar a un endocrinólogo es vital para un plan de alimentación personalizado. El manejo del síndrome de Cushing requiere un enfoque multidisciplinario que va más allá de la dieta, incluyendo el control del estrés y la actividad física.

#Enfermedad Cushing #Síntomas Cushing