¿Cómo se hace la terapia de espejo?

2 ver

La terapia de espejo usa un espejo para reflejar el movimiento de la extremidad sana, creando la ilusión de que la extremidad afectada también se mueve. Al realizar movimientos simétricos, se busca engañar al cerebro y estimular la recuperación de la función motora en la extremidad paralizada.

Comentarios 0 gustos

¿Cómo se hace la terapia de espejo, me preguntaba yo misma, hace ya un tiempo? Recuerdo la primera vez que vi ese espejo, enorme y brillante, parecía casi mágico, la verdad. No era una solución milagrosa, claro, pero… ¿quién iba a decir que algo tan simple podría ayudarme tanto?

La terapia de espejo, en resumen, es usar un espejo para engañar al cerebro. Sí, sí, has leído bien. Se coloca el espejo de manera que veas reflejada tu mano sana mientras mueves la mano afectada, aunque esta, por ejemplo, apenas se mueva. Es como si tu cerebro viera, a través del reflejo, que esa mano paralizada, la que me daba tanto pesar, también se movía. Al principio me sentí un poco tonta, ¿de verdad esto iba a funcionar?

Pero poco a poco, movimientos pequeños, casi imperceptibles al principio, empezaron a aparecer. Recuerdo la primera vez que sentí un pequeño tirón en los dedos de mi mano izquierda, la que se había quedado dormida, como me decía el doctor, después del accidente. ¡La emoción fue inmensa! Era como un despertar, una pequeña chispa de esperanza en medio de la oscuridad.

Los terapeutas me decían que se basa en la neuroplasticidad, que es algo así como la capacidad del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales. Me explicaron que se necesitan unas tantas sesiones, unas 20 sesiones, creo recordar, aunque en mi caso creo que fueron más, ya ni me acuerdo bien. Pero… ¿quién cuenta cuando estás luchando por recuperar algo tan valioso como el movimiento de tu mano?

Es un proceso lento, no te voy a engañar. Hubo días que me sentía frustrada, desesperada, pensando que nunca iba a recuperar el movimiento. Pero el espejo siempre estaba ahí, silencioso testigo de mis luchas y de mis pequeños triunfos. Es curioso, ¿no? Un simple espejo que cambia la vida de uno… Ahora, muevo mi mano con más facilidad, ¡aunque a veces aún siento que falta algo de fuerza! Pero ya casi no es un problema, es como un pequeño detalle.