¿Cómo se llaman las pastillas para dejar de tomar alcohol?

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Existen medicamentos como acamprosato, disulfiram y naltrexona, usados para tratar el alcoholismo. Sus posologías varían; el acamprosato se toma tres veces al día, mientras que el disulfiram y la naltrexona se administran una vez al día, existiendo también una versión inyectable mensual de naltrexona.

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Más Allá de la Voluntad: Medicamentos para Dejar el Alcohol

Abandonar el alcoholismo es un proceso complejo que requiere fuerza de voluntad, apoyo profesional y, en muchos casos, la ayuda de medicamentos. Contrariamente a la creencia popular, dejar de beber no se trata simplemente de “tener fuerza de voluntad”; la dependencia física y psicológica del alcohol requiere una estrategia multifacética, donde la farmacoterapia juega un rol crucial. Entonces, ¿cuáles son las pastillas que ayudan a dejar de tomar alcohol?

No existe una “pastilla mágica” que elimine la adicción al alcohol de la noche a la mañana. Sin embargo, existen medicamentos que, bajo supervisión médica estricta, pueden facilitar el proceso de abstinencia y reducir las ansias, mejorando significativamente las probabilidades de éxito. Estos medicamentos no son una solución en sí mismos; son herramientas que, combinadas con terapia y apoyo psicológico, incrementan las posibilidades de una recuperación sostenible.

Entre los medicamentos más comúnmente utilizados se encuentran:

  • Acamprosato: Este fármaco actúa modulando los neurotransmisores afectados por el consumo crónico de alcohol, reduciendo los síntomas de abstinencia, como la ansiedad y la irritabilidad, y disminuyendo el deseo intenso de beber. Su posología habitual es de tres comprimidos al día, repartidos a lo largo del día. Es importante destacar que el acamprosato no causa efectos desagradables al beber alcohol, a diferencia de otros medicamentos.

  • Disulfiram (Antabuse): El disulfiram funciona mediante un mecanismo de aversión. Si una persona que toma disulfiram consume alcohol, experimentará reacciones desagradables como náuseas, vómitos, enrojecimiento facial, palpitaciones y dificultad para respirar. Este efecto disuasorio puede ser útil para algunas personas, pero requiere un estricto compromiso con la abstinencia, ya que cualquier ingesta de alcohol, incluso pequeña, puede desencadenar estos síntomas. Se administra una vez al día.

  • Naltrexona: Este medicamento bloquea parcialmente los efectos de la dopamina producida por el consumo de alcohol, reduciendo la sensación de placer y recompensa asociada a la bebida. Esto disminuye la intensidad de las ansias y la probabilidad de recaída. La naltrexona se puede administrar en forma oral, una vez al día, o mediante una inyección mensual de liberación prolongada, ofreciendo una mayor comodidad y adherencia al tratamiento.

Es fundamental recalcar que estos medicamentos deben ser recetados y monitoreados por un médico especialista. El profesional de la salud evaluará el caso individual de cada paciente, considerando factores como la gravedad de la adicción, la presencia de otras enfermedades, y la historia clínica, para determinar el medicamento más adecuado y la dosis correcta. La automedicación es extremadamente peligrosa y puede tener consecuencias graves.

El tratamiento del alcoholismo es un proceso personalizado que exige un enfoque holístico, combinando la farmacoterapia con terapia individual o grupal, apoyo familiar y estrategias para manejar el estrés y las situaciones de alto riesgo. Si usted o alguien que conoce está luchando contra el alcoholismo, busque ayuda profesional de inmediato. Existen recursos y profesionales capacitados para brindar el apoyo necesario en este camino hacia la recuperación.

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