¿Cómo se pone la boca cuando hay infección?

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Cuando hay una infección en la boca, pueden aparecer llagas conocidas como aftas bucales. Estas llagas son redondas y blanquecinas o amarillentas, con un borde rojo. Suelen aparecer en el interior de los labios, las mejillas o la lengua y pueden causar ardor u hormigueo antes de su aparición.

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La Boca en Señal de Alarma: Reconociendo los Signos de Infección

La boca, puerta de entrada a nuestro sistema digestivo, es un ecosistema complejo y delicado. Cuando este equilibrio se rompe, una infección puede manifestarse de diversas maneras, alterando significativamente su apariencia y funcionalidad. Si bien la simple presencia de una boca “irritada” no siempre indica una infección grave, es crucial aprender a identificar los signos para buscar atención médica oportuna.

Más allá del malestar generalizado, como dolor o inflamación, la boca presenta señales específicas que pueden alertarnos sobre una posible infección. Uno de los indicadores más comunes son las aftas bucales, también conocidas como úlceras aftosas. Estas llagas, lejos de ser simplemente “ampollas”, son pequeñas erosiones de la mucosa oral que se presentan con características particulares:

  • Forma y color: Generalmente son redondas u ovaladas, con un centro blanquecino o amarillento, rodeado por un halo rojo inflamado. Su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta un centímetro.
  • Ubicación: Suelen aparecer en la parte interna de los labios, las mejillas, la lengua o el piso de la boca, raramente en las encías o el paladar duro.
  • Síntomas previos: En muchos casos, la aparición de la afta se anticipa con una sensación de hormigueo o ardor en la zona afectada, incluso un ligero dolor días antes de su visualización.
  • Dolor: Las aftas son notablemente dolorosas, dificultando a veces la masticación, la deglución e incluso el habla.

Sin embargo, las aftas no son la única manifestación de una infección oral. Otras señales de alerta pueden incluir:

  • Enrojecimiento generalizado: Una inflamación difusa de la mucosa oral, que se presenta como una coloración roja e incluso violácea.
  • Hinchazón de las encías: Las encías pueden estar inflamadas, sensibles al tacto y sangrar con facilidad. Esto puede ser síntoma de gingivitis o periodontitis.
  • Mal aliento persistente (halitosis): Un aliento fétido que no se alivia con el cepillado dental puede indicar la presencia de una infección bacteriana.
  • Pus o secreción: La presencia de pus o una secreción inusual en la boca puede ser un indicio de absceso dental u otra infección grave.
  • Fiebre y ganglios inflamados: En casos de infecciones más severas, pueden aparecer síntomas sistémicos como fiebre y ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

Es importante recordar que este artículo ofrece información general y no debe considerarse un diagnóstico. Ante cualquier sospecha de infección oral, es fundamental consultar a un dentista o médico. Un profesional de la salud podrá realizar un examen adecuado, determinar la causa de la infección y recomendar el tratamiento más apropiado, evitando complicaciones innecesarias. El autodiagnóstico y la automedicación pueden ser perjudiciales y retrasar la recuperación.

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