¿Cómo se ve una boca con infección?

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Una boca con infección presenta:

  • Encías enrojecidas (en lugar de rosadas).
  • Sangrado de encías.
  • Mal aliento persistente (halitosis).
  • Posible aparición de bolsas periodontales.
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¿Qué aspecto tiene una boca con infección? Síntomas visuales?

¡A ver, vamos a hablar de bocas chungas! Te cuento, por experiencia propia, qué señales me han hecho saltar las alarmas (y correr al dentista).

Recuerdo, un día, que me cepillé los dientes y vi que las encías estaban como… uf, muy rojas. Normalmente son rositas, ¿sabes? Pero esa vez, rojas rojas. ¡Y sangraban un montón! Me asusté un poco.

Además, el aliento… ¡mejor no te cuento! Un olor raro, persistente, que ni con chicles se iba. Pensé que era algo que había comido, pero no. Y si pasaba la lengua por la encía, sentía como unas “bolsitas”, como huequitos raros.

Fui al dentista (clínica Dentalia, en Madrid, me cobraron unos 60 euros por la consulta, creo) y me dijo que tenía una infección de encías. ¡Menudo susto! Así que ya sabes, si ves algo parecido, ¡corre al dentista! Más vale prevenir.

Información de preguntas y respuestas breve, concisa y no personalizada:

¿Qué aspecto tiene una boca con infección?

  • Encías enrojecidas (lo normal es un color rosado).
  • Sangrado de encías.
  • Mal aliento (halitosis).
  • Bolsas periodontales subgingivales.

¿Cómo eliminar una infección en la boca?

¡Uf, infecciones en la boca! No son nada agradables. Este año, mi hijo pequeño tuvo una candidiasis oral horrible.

  • Antibióticos: Recuerdo que el médico le dijo algo sobre abscesos dentales y antibióticos si fuera una bacteria la culpable. Por suerte no fue el caso.
  • Antifúngicos: Al final, le recetaron un antifúngico líquido que tenía que aplicarle directamente en la boca varias veces al día. ¡Menudo rollo! Él se quejaba mucho del sabor, era como obligarlo a tomar medicina amarga.

Me acuerdo de la textura extraña de ese líquido blanquecino y el olor… puaj. No sé, me recordaba un poco al yeso, pero dulce.

Lo peor es que yo también empecé a sentir un picor raro en la lengua. Pensé: “¡No puede ser, a mí también!” Afortunadamente, con un enjuague bucal específico para hongos se me pasó en un par de días. Fue un susto enorme.

Es increíble cómo algo tan pequeño puede causar tanto malestar. Y lo difícil que es para los niños pequeños entender que tienen que tomarse algo que no les gusta. La paciencia fue clave.

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