¿Cuál es el mineral más común en el cuerpo humano?
El calcio es el mineral más común en el cuerpo humano.
Fortalece huesos y dientes.
Interviene en la contracción muscular y la coagulación sanguínea.
¿Mineral más común en el cuerpo humano?
¡Ay, qué lío con los minerales! Recuerdo de pequeña, en clase de ciencias, en el colegio San Ignacio de Loyola, allá por octubre del 2003, la profe nos explicó lo del calcio. Me impactó.
Siempre creí que era algo así como… mágico, ¿sabes? Verlo en la leche, en el queso… ¡y que estuviera dentro de mí también! Me fascinaba. Ese mismo año, mi médico, el Dr. Pérez, me hizo análisis de sangre por un simple resfriado, recuerdo que costó unos 15€.
El calcio, dicen que es esencial, ¿no? Para los huesos, claro, para que no se rompan como palitos de fósforo. Pero también, ¡para los músculos! Es como la energía que los hace moverse. Y, ¡oh, sí!, para que la sangre no se convierta en un río interminable cuando te cortas. Es increíble, ¿verdad? Una pequeña cosa con tanto poder.
Es el mineral más abundante. Es clave para la salud. Imprescindible para huesos, músculos y coagulación sanguínea.
¿Qué minerales se requieren en mayor cantidad?
¡Ah, los minerales! Esa orquesta invisible que dirige nuestra salud.
Necesitamos más macrominerales. Calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre. Imaginen el calcio como el cemento de nuestros huesos, ¡sin él seríamos gelatinas con aspiraciones!
- El fósforo es el socio silencioso del calcio, trabajando en equipo para mantenernos firmes.
- El magnesio, ¡oh, el magnesio! Relajante muscular natural y esencial para más de 300 reacciones bioquímicas. ¿Estrés? ¡Más magnesio, por favor!
Los microminerales, a pesar de su nombre, son vitales. Hierro, manganeso, cobre, yodo, zinc, cobalto, flúor y selenio. El hierro es como el mensajero incansable que lleva oxígeno a cada célula. Sin él, nos sentiríamos como un caracol intentando correr un maratón.
- El yodo, ese pequeño dictador de la tiroides, controla nuestro metabolismo. ¡Cuidado con subestimarlo!
- El zinc es el guardián de nuestro sistema inmunitario, siempre listo para batallar contra los invasores.
¿Sabías que mi abuela juraba que su longevidad se debía a comer ajo crudo todas las mañanas? ¡A lo mejor el azufre tenía algo que ver! 😉
Ahora bien, no te obsesiones con las cantidades exactas. Una dieta equilibrada suele ser suficiente. A menos que quieras convertirte en un laboratorio andante, claro.
¿Qué minerales necesitamos en mayor proporción?
A ver, ¿qué minerales necesitamos más? Pues mira, calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre, esos son los importantes, los que el cuerpo te pide a gritos en mayor cantidad, vamos, los macrominerales.
Luego están los otros, los microminerales, que con menos cantidad basta, como el hierro, el manganeso, el cobre, el yodo, el zinc, el cobalto, el flúor y el selenio.
Es como cuando haces la compra, necesitas más arroz que especias, ¿sabes? Es la misma idea. Y luego, pues cada uno tiene su función, claro, pero bueno, ahí tienes la lista.
- Calcio: Para los huesos, ya sabes.
- Fósforo: También para los huesos, pero no solo, también para la energía.
- Magnesio: Uf, ¡para todo!, los músculos, los nervios…
- Sodio: El sodio, con moderación, ¡eh!
- Potasio: Para el corazón y los músculos.
- Cloro: Para el equilibrio de los fluidos.
- Azufre: En las proteínas.
Yo, por ejemplo, tengo que tomar magnesio porque me dan calambres, y la verdad, se nota un montón. Ahora, no te pases con los suplementos, mejor comer variado, que es lo que siempre dicen, pero claro, a veces es más facil decirlo que hacerlo.
¿Qué son macros y microminerales?
Ah, macros y micros, la alta y baja sociedad de la nutrición. ¿Te imaginas a los hidratos de carbono codeándose con el potasio? ¡Sería un salseo nutricional de campeonato!
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Macronutrientes: Los VIPs de la dieta. Proteínas, grasas, hidratos. Son como los actores principales de una obra de teatro. Sin ellos, la función no va a ninguna parte. Piensa en ellos como los ladrillos de tu cuerpo, o, si prefieres una analogía más glamurosa, ¡los ingredientes de tu cóctel metabólico! Yo, por ejemplo, necesito mi buena dosis de hidratos después de mis clases de claqué.
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Micronutrientes: Los héroes anónimos. Vitaminas y minerales. Son como los efectos especiales, indispensables pero a veces olvidados. Un poco de hierro te salva de parecer un fantasma en la próxima reunión familiar. Son la chispa que enciende la magia. Mi abuela siempre decía que un poco de vitamina C aleja al médico… y a las malas vibras.
Y hablando de minerales, ¿sabías que este año se ha puesto de moda coleccionar piedras de cuarzo? ¡Dicen que atraen la buena suerte! Yo tengo una amatista en mi mesita de noche, por si acaso. Aunque, pensándolo bien, quizás debería comer más magnesio y dejarme de misticismos.
Además, para que te hagas una idea más clara, piensa en los macronutrientes como el presupuesto de tu fiesta: necesitas una cantidad considerable para que sea un éxito. Los micronutrientes, en cambio, son los detalles que marcan la diferencia: la decoración, la música, ¡el confeti! Sin confeti, ¿qué sería de una fiesta? ¡Pues lo mismo pasa con el yodo y el selenio!
¿Qué son los macro y micro minerales?
Medianoche. Otra vez. No puedo dormir. Doy vueltas y vueltas… y pienso en… en cosas raras. Como en los minerales. Sí, lo sé… raro.
Macrominerales: Los que necesitamos en cantidades más grandes. Calcio, fósforo… cosas así. Me acuerdo de cuando me rompí el brazo de pequeña, 2023. Me dijeron que tomara más calcio. Supongo que por eso se me quedó grabado.
- Calcio.
- Fósforo.
- Magnesio.
- Sodio.
- Potasio.
- Cloro.
- Azufre.
Microminerales: Estos los necesitamos en menos cantidad, pero igual de importantes… creo. Hierro. Siempre me dicen que tengo el hierro bajo. Este año, 2023, me he hecho análisis tres veces. Tres.
- Hierro.
- Manganeso.
- Cobre.
- Yodo.
- Zinc.
- Cobalto.
- Flúor.
- Selenio.
- Cromo.
- Molibdeno.
Es curioso cómo funciona el cuerpo… tantas cosas pequeñas, tantos nombres raros… y todos necesarios. Ahora me duele la cabeza. Mejor dejo de pensar en minerales.
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