¿Cuál es la diferencia entre el magnesio y el cloruro de magnesio?

¿Magnesio? ¿Cloruro de magnesio? ¡Ay, qué lío! A mí, que siempre me ha costado entender estas cosas de química, me parecía que eran lo mismo, ¿sabes? Como si uno fuera una versión “mejorada” del otro. Pero no, ¡para nada! Me lo explicó una amiga, farmacéutica, y ahora lo entiendo un poco mejor.

Resulta que el magnesio es como… bueno, el magnesio. Un elemento, puro, como el oro o la plata, aunque mucho menos brillante, claro. Se encuentra en la naturaleza, lo tenemos en la tierra, en las plantas… en fin, por todas partes. Recuerdo cuando me rompi una pierna de pequeña, el médico me dijo que necesitaba mucho magnesio para que los huesos se soldaran bien. ¿Te imaginas? ¡Hasta para eso sirve!

Ahora, el cloruro de magnesio… ¡ah, esa es otra historia! Es una sal, un compuesto. Piensa en la sal de mesa, el cloruro de sodio. Pues igual, pero con magnesio en vez de sodio. Tiene magnesio, sí, pero también cloro. ¡Y eso cambia mucho las cosas! Me contó mi amiga que el cuerpo absorbe el magnesio y el cloruro de magnesio de manera completamente diferente. Es como si tuviéramos dos puertas para entrar en la casa, ¿no? Una para el magnesio puro, otra para la “mezcla”. Y esto se traduce en efectos distintos, en cómo lo utiliza el organismo.

Una vez leí que algo así como el 60% de la población tiene déficit de magnesio… ¡un 60%! Me quedé ojiplática. No es que sea una experta, pero yo me tomo un suplemento de magnesio porque a veces me siento agotada, como sin pilas, y me han dicho que puede ayudar. No sé si es placebo o qué, pero me encuentro mejor. Pero eso sí, nunca he tomado cloruro de magnesio, la verdad. Para eso, mejor que me lo explique de nuevo mi amiga, ¡que a ella sí que le entiendo bien!