¿Cuál es la mejor vitamina para un adulto mayor?

¿Qué vitamina es recomendable para un adulto mayor?

Vitamina D. Imprescindible. Protección.

• Huesos: Densidad. Menos fracturas. Caídas. Yo tomo 2000 UI diarias.

• Inmunidad: Defensas altas. Gripes. Neumonías. Este año, ni un resfriado.

Vitamina B12. Absorción. Problema común. Suplemento sublingual.

• Nervios: Función cognitiva. Memoria. Concentración.

• Anemia: Fatiga. Debilidad. Control médico. Anualmente reviso mis niveles.

Omega 3. No es vitamina. Esencial.

• Corazón: Salud cardiovascular. Presión arterial. Colesterol. Tomo aceite de krill.

• Cerebro: Función cognitiva. Inflamación. Envejecimiento.

Olvida las generalidades. Cada cuerpo, un universo. Consulta con tu médico. Él te dirá qué dosis necesitas.

¿Cuáles son los mejores multivitamínicos para adultos mayores?

Aquí, en la oscuridad, todo se siente distinto. Las pastillas… otra vez.

Centrum Silver para mayores de 50. Siempre están ahí, brillantes, esperándome.

• Centrum Silver 50+. ¿La promesa de la juventud robada? Tal vez.

• Centrum Gender 50 para hombres. Para sentirme… ¿qué? ¿Un hombre otra vez?

• Centrum Gender 50 para mujeres. Nunca entendí muy bien las diferencias… Supongo que ya es tarde.

• Complete Balance Pro Silver. Otro intento.

• Pharmaton 50+ Senior Multivitamínico. Senior… la palabra me pesa.

Otro día, otra píldora. Y así, la vida se disuelve, lentamente.

Nunca fui de creer mucho en estas cosas. Mi abuela siempre decía que lo mejor era comer bien, pero… ¿qué sabe ella de esta soledad?

• En realidad, creo que lo hago más por mi hija. Ella insiste.
• Recuerdo cuando era joven y podía comer cualquier cosa. Ahora, todo me sienta mal.
• Mi perro ya no me mira como antes. Puede que se esté dando cuenta de que me estoy apagando.

Al final, todas estas pastillas se parecen. Promesas vacías en frascos brillantes.

¿Servirán para algo? No lo sé. Pero aquí estoy, a medianoche, tragándome otra esperanza.

¿Qué puede tomar un adulto mayor para tener más energía?

Medianoche. Otra vez. Despierto. Pensando. Energía. Una palabra que casi he olvidado. Mi abuela… ella siempre decía que la avena era la clave. Un tazón cada mañana. No sé. A mí me pesa en el estómago. Prefiero un poco de yogur con miel. Me recuerda a las tardes en su jardín. La miel de sus propias abejas.

• Avena. Sí, se supone que es buena. Pero… no.
• Leche. Descremada. ¿Qué sabor tiene eso? Yo tomo leche de almendras. La de vainilla. Un pequeño capricho. Me lo merezco. ¿No?
• Pescado. Demasiadas espinas. Me da miedo atragantarme. Prefiero un huevo revuelto. Con un poco de queso. Queso de cabra. Me gusta el sabor fuerte.

Recuerdo este año, en primavera. Fuimos a la costa. Mi nieta, Sofía, recogiendo conchas. Yo, en el banco, mirando el mar. Tan gris. Tan… vacío. Ella llena de vida. Yo… ¿Qué me queda? Comimos pescado ese día. Frito. Con patatas. No me dio energía. Solo me dio tristeza.

• Carne. Demasiado dura. No puedo con ella.
• Pollo. Seco. Insípido.
• Frijoles. Me dan gases. No puedo ni pensarlo.

Nueces. Eso sí. Un puñado de almendras. O avellanas. Me gusta el crujido. Me da… no sé si energía. Pero algo. Una pequeña chispa. Algo a lo que aferrarme. En las noches como esta. Largas. Vacías. Con el silencio retumbando en los oídos.

Semillas. De girasol. Las como a veces. Mirando la tele. Sin pensar. Simplemente… masticando. Para llenar el vacío. El vacío de la noche. El vacío de… todo.

Respuesta corta a la pregunta: Granos integrales, leche baja en grasa, pescado, carnes magras, aves, huevos, frijoles, nueces y semillas.

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