¿Cuál es mejor, agua de mar isotónica o hipertónica?

¿Isotónica o hipertónica? Uff, qué dilema, ¿verdad? A ver, yo, personalmente, me quedo con la isotónica. Sí, ya sé que la hipertónica tiene lo suyo, que si súper concentrada en minerales y tal… Pero, ¿no será demasiado? A mí me da la sensación de que esa bomba de bicarbonatos y magnesio y calcio, todo junto y tan concentrado, como que me va a sentar… rara. Prefiero algo más suave, más equilibrado, ¿sabes?

La isotónica, en cambio, me suena más a “mantenimiento”, a darle a mi cuerpo lo que necesita sin pasarse. Y lo de optimizar la motilidad ciliar… ¡eso sí que me ha convencido! No sé muy bien qué es, lo confieso, suena a algo supercientífico. Pero si me ayuda a estar mejor, ¡adelante! Es como… ¿imagináis? Como si le dieras un empujoncito a tus células para que funcionen a tope.

Una vez, después de una carrera popular (de esas que acabas arrastrándote, más que corriendo), me tomé un buen trago de agua isotónica y, no sé si fue psicológico o qué, pero me recuperé bastante rápido. Con la hipertónica, en cambio, me da miedo que me dé un subidón de no sé qué y luego me encuentre peor.

He leído por ahí que el agua de mar tiene no sé cuántos minerales esenciales… creo que eran más de 70. ¡Una barbaridad! Pero bueno, yo me fío más de lo que me dice mi cuerpo. Y mi cuerpo pide isotónica. Es como más… natural, ¿no? Como darse un bañito en el mar, pero sin la arena pegada después, jeje.