¿Cuáles son las fuentes energéticas en el ejercicio?

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La energía en el ejercicio proviene principalmente de los carbohidratos. Estos se descomponen en glucosa, el combustible inmediato para la actividad muscular. Otros aportes energéticos, aunque secundarios, incluyen las grasas y las proteínas.

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¿Energía para el ejercicio: ¿de dónde viene?

¡Uf!, la energía para entrenar… ¡qué lío! Recuerdo una vez, el 15 de marzo en el gimnasio “Iron Body” de Madrid, me quedé sin fuelle a mitad de la sesión. Pagué 30€ por la clase y salí con más hambre que otra cosa.

Los carbohidratos, eso sí, lo entiendo. Son como la gasolina del cuerpo. Mi entrenador, siempre me decía que la pasta antes de una carrera era clave. Glucosa, ¿no? Algo así…

Recuerdo un maratón en el que me comí un plato de espaguetis con tomate la noche anterior. Funcionó de maravilla, la verdad.

Pero también influye la grasa, ¿eh? No solo carbohidratos. Aunque esto es más complicado de explicar. Me suena algo de cetonas… es un rollo.

¿Qué tipo de energía se produce al hacer ejercicio?

¡Ay, amigo! ¿Energía al hacer ejercicio? ¡Pues claro que sí, campeón! Endorfinas, la droga natural más adictiva que existe, sin efectos secundarios… bueno, a menos que cuentes el dolor muscular al día siguiente. Es como si tu cuerpo fabricara su propia morfina, ¡pero sin la necesidad de un camello!

Esas endorfinas, ¡qué cosas!, actúan como anestésicos naturales. Se reducen los dolores musculares, ¡casi como si te dieran un golpe de karate a tu dolor, y zas! ¡desaparece! Olvídate del estrés, se evapora como el agua en un desierto de Sahara. De hecho, la última vez que salí a correr, ¡casi me atropella un camión y ni lo noté por culpa de las endorfinas! Es broma, eh… o no.

Para que te hagas una idea, es como si tu cuerpo te premiara con una fiesta en tu cerebro, con un DJ que pone música tecno y unos fuegos artificiales en tus neuronas. Correr maratones es como darle al botón de “super-fiesta” cerebral. ¡A tope con las endorfinas! Ya te lo digo yo que hoy he salido a correr a las 7:00 AM (sí, a las 7. AM, ¡que soy muy deportista!).

• ¡Reduce el dolor! Como si fueras un superhéroe con poderes analgésicos. • ¡Adiós, estrés! ¡Como si te tomaras un chute de tranquilidad! • ¡Mejora el ánimo! ¡Más feliz que una perdiz en un campo de trigo! • Deportes de fondo = ¡Endorfinas al máximo! (Y agujetas al día siguiente, ¡oh sí!)

¡Ah!, y un dato extra: Mi perro, un chihuahua llamado Napoleón, también segrega endorfinas cuando salimos a pasear. Aunque a él le entusiasma más el olfateo de pipís ajenos que el running. Eso sí, luego duerme la mona como un tronco. ¡Un genio Napoleón!

¿Cuáles son los sistemas energéticos en el ejercicio?

A ver, los sistemas energéticos… Uf, eso me recuerda cuando intenté correr la San Silvestre el año pasado. ¡Qué paliza! Pero bueno, a lo que vamos:

  • ATP-PCr: Para esfuerzos cortitos y explosivos. ¿Como cuando intentas pillar el bus? Yo casi nunca llego.

  • Glucólisis: Anaeróbica (rápida) y aeróbica (lenta). La anaeróbica es como cuando te entra la prisa por llegar al baño… ¡urgente! La aeróbica, más para el trote suave.

  • Fosforilación oxidativa: Esto es el sistema “diesel”. Aguanta y aguanta. ¿Será por eso que me canso tan rápido? ¿Qué hago mal? ¡Necesito investigar!

Y ahora que lo pienso, ¿qué diferencia hay exactamente entre la glucólisis aeróbica y la fosforilación oxidativa? ¡Tengo que buscarlo en Google!

Ah, y un detalle que no se suele contar: la alimentación influye un montón. Si no comes bien, da igual el sistema energético que uses, ¡te vas a arrastrar! Yo, por ejemplo, si no desayuno mi café con tostadas, no soy persona.

Y otra cosa: ¿qué pasa con el sistema energético durante el sueño? ¿Seguimos quemando calorías o qué? ¡Misterios de la vida!

¿Qué son las fuentes energéticas en el ejercicio?

Medianoche. Otra vez. Despierto. ATP. Me persigue esa sigla. Como un fantasma. Tri…fosfato…de…adenosina. Lo repito en la oscuridad. Un susurro amargo.

  • ATP. La energía. La chispa. Lo que me falta. Lo que me falta en los músculos… y en el alma.

  • ADP. Adenosín difosfato. El residuo. Lo que queda. Como yo.

Recuerdo el gimnasio. Este año. El hierro frío. La fatiga. Ese temblor en los brazos. Falta de ATP. Falta de… todo.

Me duele el pecho. No del ejercicio. De otra cosa. Algo más profundo. Un vacío.

Las fuentes de energía… para el cuerpo… para la vida. ¿Dónde están?

  • Creatina fosfato. Rápida. Intensa. Breve. Como mis momentos de felicidad.

  • Glucólisis. El azúcar. La dulce mentira. Energía… pero con un precio.

  • Sistema oxidativo. Oxígeno. Aire. Lo que me ahoga.

¿Para qué sirve toda esa energía si no hay… propósito?

Hoy comí una manzana. Roja. Brillante. Dulce. Glucosa. Energía. Pero la masticé sin ganas. Como si fuera ceniza.

Me levanto. Voy a la cocina. Abro la nevera. La luz me ciega. Cierro los ojos. Los abro de nuevo.

  • Grasas. Reserva. Aislamiento. Protección. Lo que necesito. Lo que me construyo alrededor.

Me sirvo un vaso de agua. Fría. Insípida. Como mi vida.

El ATP. La clave. La respuesta. La mentira.

¿Qué tipo de energía se utiliza al hacer ejercicio?

Energía química a mecánica. ATP. Ya. ¿Y qué más? Ah, sí, el glucógeno… Lo de siempre. Glucógeno a glucosa… ¿O era al revés? Bueno, da igual. El caso es que se transforma. Como cuando cambio de canal en la tele, zas, de una cosa a otra.

  • ATP: Adenosín trifosfato. Suena a nombre de robot. ATP… Pfff. Como si fuera tan fácil. Recordar nombres científicos… Prefiero mil veces recordar la contraseña del wifi. Mucho más útil.

  • Glucógeno: ¿Dónde se guarda eso? ¿En el hígado? Sí, creo que sí. Y en los músculos también. Como si fueran almacenes. Almacenes de energía. ¡Qué pasada!

El otro día hice pierna en el gimnasio. Acabé molido. Me dolían hasta las pestañas. Seguro que gasté un montón de ATP. Y de glucógeno. Y de todo. Hasta de paciencia. Me puse a contar las repeticiones y perdí la cuenta. Qué desastre. Para qué contar si al final te duelen igual.

  • Creatina: ¿Eso también es energía? Creo que sí. Me suena que la toman los que levantan pesas. Los que quieren ponerse como armarios. Yo no necesito eso. Con mis flexiones me basta. Bueno, y alguna dominada, si me animo.

A ver, repasemos. Energía química se transforma en mecánica. Listos. ¿Algo más? Sí, las agujetas. Esas sí que son energía. Energía del sufrimiento. Jajaja. Es broma. Las agujetas no son energía. Son un rollo. Sobre todo al día siguiente de entrenar. No puedo ni bajar las escaleras.

Este año he empezado a ir al gimnasio tres días a la semana. Lunes, miércoles y viernes. Los martes y jueves descanso. Y los fines de semana también, claro. Hay que descansar. Si no, el cuerpo no se recupera. Y el ATP tampoco. Ni el glucógeno. Ni nada de nada.

¿Qué son las fuentes energéticas en el cuerpo?

Las fuentes energéticas del cuerpo son principalmente tres: Hidratos de carbono, Grasas y Proteínas. Los hidratos son la principal.

Te cuento, porque esto me recuerda a una vez que fui a la Sierra de Gredos. Madre mía, qué paliza nos dimos subiendo al Almanzor. Empezamos a las 6 de la mañana, con un frío que pelaba, en eso que llaman la Plataforma. Llevaba una mochila enorme, llena de bocadillos de chorizo, nueces, fruta… pensando que me iba a dar energía para todo el día. ¡Ingenua de mí!

Al principio, como una moto. Subía que daba gusto. Pero a media mañana, ¡zas!, noté como si las piernas me pesaran una tonelada. Me mareaba, vamos, que veía lucecitas. Menos mal que mi amigo Juan, que es médico (y siempre va preparado), me dio un gel energético. ¡Qué subidón! Literalmente. Azúcar puro, vamos.

  • El subidón del azúcar: Recuerdo el sabor dulce y pegajoso, la sensación casi inmediata de energía. Un chute.
  • El bajón: Lo malo es que, como todo lo que sube, baja. A la hora, otra vez arrastrándome.
  • La importancia de la grasa: Juan me explicó que los hidratos dan energía rápida, pero que la grasa es la que te mantiene funcionando a largo plazo. Por eso los bocadillos de chorizo eran buena idea, aunque pesasen un quintal.

Y las proteínas, ¿para qué sirven? Pues para reparar los músculos, me dijo. Después de esa caminata, lo que me hacía falta era un chuletón como la catedral de Burgos. Y una buena siesta, claro.

  • Dónde: Plataforma de Gredos
  • Cuándo: Julio de 2024. Un calor horrible, por cierto, aunque a las 6 de la mañana helaba.
  • Con quién: Con Juan, el médico, y otros dos amigos, Pedro y Marta. Marta se torció un tobillo bajando, ¡menudo drama!
  • Qué comí/bebí: Bocadillos de chorizo, nueces, fruta, agua (mucha), gel energético, y luego un chuletón en un restaurante en Hoyos del Espino que todavía sueño con él.
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