¿Cuáles son los riesgos de bañarse con agua fría?

¿Bañarse con agua fría? ¡Ay, qué tema! A mí, que soy de las que en invierno casi prefiero la nieve a una ducha caliente, me da un poco de cosa hablar de esto. ¿Será que me estoy jugando la vida cada vez que me meto en la ducha fría como si fuera una foca ártica? Porque sí, reconozco que es mi pequeño ritual, mi forma de despertarme de golpe y sentirme viva, aunque a veces… ¡uff!, ese primer impacto…

El artículo decía algo de choque térmico, ¿no? Y claro, tiene toda la razón. Recuerdo a mi abuelo, que era un hombre de campo, fuerte como un roble, pero… una vez se tiró a un río helado en pleno invierno, pensando que era un tipo joven… ¡qué susto nos llevamos! Casi se desmaya, se quedó todo pálido… Luego le explicaron que la bajada tan brusca de temperatura puede ser terrible para el corazón, sobre todo para gente con problemas previos, ¿verdad? Se puede sobrecargar el sistema cardiovascular, dicen, causando infartos o, en los peores casos, algo muchísimo peor. Me pongo a pensar en eso y… ¡ay, Dios mío!

Y es que, la cosa está en que ahora con las redes sociales, parece que todo el mundo se baña con agua helada, como si fuera la panacea. ¡Si es que parece que te hace invencible, o algo así! Pero, ¿es eso cierto? Claro que no. Se ven vídeos de gente, todos super-sanos y felices, pero… ¿y el que no es tan sano? ¿Y si tiene un problema de corazón y no lo sabe? No hay que minimizar el riesgo, ¡ni mucho menos! Lo del infarto es algo que, aunque uno lo vea en películas o lo lea, no te lo imaginas hasta que te lo cuentan de cerca.

En fin… yo sigo con mi ducha fría, pero con más respeto, claro. No me tiro de golpe como una loca. Voy poco a poco, adaptando mi cuerpo al agua fría. ¡Es mi ritual! Pero siempre con precaución. Y si alguna vez siento algo raro, paro enseguida. A veces, una ducha templada es la mejor opción. ¿Qué opináis vosotros? ¿Agua fría o agua caliente? Y sobre todo… ¿con o sin precaución?