¿Cuánto dura la ansiedad por separación en un bebé de 9 meses?

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La ansiedad por separación en bebés suele durar entre dos y tres semanas, y puede aparecer en cualquier momento durante la infancia.

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La Ansiedad por Separación a los 9 Meses: Un Mar de Lágrimas y un Océano de Amor

La ansiedad por separación es una etapa del desarrollo infantil que, aunque preocupante para los padres, es completamente normal y, afortunadamente, temporal. A los 9 meses, muchos bebés experimentan esta fase, marcada por la angustia y el llanto intenso cuando se separan de sus cuidadores principales, generalmente la madre o el padre. Contrario a la creencia popular de que dura semanas, la duración y la intensidad de la ansiedad por separación son altamente variables y dependen de diversos factores.

La afirmación de que dura “entre dos y tres semanas” es una simplificación excesiva. Si bien es cierto que puede manifestarse con mayor intensidad durante un periodo corto, la realidad es más matizada. A los 9 meses, un bebé está desarrollando un fuerte apego a sus figuras de cuidado, lo que se manifiesta a través de la ansiedad al percibir la ausencia de estas personas significativas. Esto no significa que el bebé esté sufriendo durante semanas de llanto incesante. En cambio, es más probable que la ansiedad se manifieste en episodios recurrentes de llanto, protesta o inquietud cada vez que el cuidador se aleja, incluso por cortos períodos de tiempo.

La duración de esta fase no se mide en un lapso de tiempo definido, sino más bien en la gradual disminución de la intensidad de la reacción. Algunos bebés pueden mostrar una mejora notable en unas pocas semanas, mientras que otros pueden experimentar episodios de ansiedad hasta bien entrada la primera infancia. La clave está en la graduación de la intensidad de las reacciones. Es decir, con el tiempo, la separación puede provocar menos llanto, menos angustia y una mayor capacidad del bebé para consolarse solo o con un objeto de transición.

Factores que influyen en la duración y la intensidad:

  • Temperamento del bebé: Algunos bebés son naturalmente más sensibles y reactivos que otros.
  • Experiencias previas: Un cambio significativo en el entorno familiar, la introducción de la guardería o una enfermedad pueden intensificar la ansiedad.
  • Estilo de apego: La seguridad del apego establecido con los cuidadores influye en la capacidad del bebé para manejar la separación. Un apego seguro suele brindar mayor resiliencia.
  • Consistencia y sensibilidad de los cuidadores: Una respuesta consistente, cariñosa y comprensiva por parte de los padres ayuda a regular las emociones del bebé y a reducir la ansiedad.

En lugar de enfocarse en una duración específica, es crucial observar la evolución del comportamiento del bebé. Si la ansiedad se intensifica de manera significativa, o si se observa un cambio drástico en el comportamiento, es recomendable consultar con un pediatra o un profesional de la salud infantil. Ellos podrán evaluar la situación individualmente y ofrecer apoyo y orientación a los padres.

En resumen, la ansiedad por separación a los 9 meses es un proceso evolutivo normal, y su duración es subjetiva y variable. La clave reside en la comprensión, la paciencia y el apoyo constante de los padres, creando un ambiente seguro y amoroso que permita al bebé desarrollar la confianza y la independencia necesarias para superar esta etapa crucial de su desarrollo.