¿Cuánto es lo normal de azúcar en la sangre para un diabético?

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¡Uf, la diabetes! Mantener el azúcar en sangre a raya es un trabajazo. Personalmente, creo que esos rangos son una guía, ¡pero cada cuerpo es un mundo! Para adultos y adolescentes, entre 90 y 130 suena razonable, aunque yo siempre aspiro a estar más cerca de 100. Con los peques, es más permisivo, ¡y me parece bien! A esas edades, es difícil controlar todo. ¡Lo importante es evitar los picos y las bajadas bruscas!

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¿Cuánto azúcar en sangre es “normal” para un diabético? Ay, Dios mío, esa pregunta… ¡qué lío! ¿Normal? ¿Existe lo normal cuando tienes diabetes? Es una lucha constante, una montaña rusa emocional y, sobre todo, un aprendizaje diario. Recuerdo cuando me diagnosticaron, el mundo se vino abajo. Sentía que me habían quitado el control de mi propio cuerpo, ¿sabes?

Esos rangos… 90-130 mg/dL para adultos y adolescentes, dicen los médicos. Suena bien en teoría, ¿no? Como si fuera una fórmula mágica. Pero, ¡qué va! Yo, por ejemplo, me obsesiono con estar más cerca de los 100, aunque a veces me doy cuenta de que esa obsesión me estresa más que otra cosa. Quizás, ¿es mejor buscar un equilibrio que una obsesión por los números?

Con los niños… ay, con los niños… Es otra historia. Mi sobrina, por ejemplo, tiene diabetes tipo 1 desde los ocho años. Controlar su azúcar es una odisea. ¡Es una niña! Quiere jugar, correr, comer chucherías… Intentar mantenerla dentro de unos rangos estrictos es casi imposible. ¿Qué hago, le quito la alegría de vivir? Claro que no. Se trata, creo yo, de encontrar un punto medio. Es más importante evitar esos picos de azúcar que la matan o esas bajadas que la dejan hecha polvo, que obsesionarse con cifras perfectas. De verdad. ¡No es facil!

Al final, cada cuerpo es un mundo. Lo que funciona para mí, puede que no funcione para otro. Hay días buenos, días malos… días horribles. Lo importante es tener un buen equipo médico, estar atento a tu cuerpo y, sobre todo, no rendirse. Porque, aunque la diabetes sea un reto enorme, la vida sigue, llena de cosas maravillosas que disfrutar. ¡Y hay que disfrutarlo todo! ¿Verdad?