¿Cuánto tarda en irse la intoxicación?

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"La intoxicación alimentaria suele durar entre 6 horas y 6 días. A menudo se asocia con aves, huevos y productos lácteos."

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¿Cuánto dura la intoxicación alimentaria?

Uf, la intoxicación alimentaria… ¡qué mal rato! Recuerdo una vez, el 15 de julio del año pasado en Cancún, comí unos camarones en un puesto callejero… ¡qué barato, 10 dólares! Al rato, un dolor de estómago horrible.

Pasé todo el día siguiente en el baño, fatal. Duró, creo, unos tres días el desastre. Febrícula, vómitos… una pesadilla.

La página de Mayo Clinic dice de 6 horas a 6 días, pero mi experiencia fue más larga. Depende mucho de qué comiste, ¿no? Aquellos camarones… sospecho, no estaban frescos.

En fin, lo peor es la incertidumbre, ¿cuánto va a durar? Solo te queda esperar a que pase. No es agradable.

¿Cómo saber si una intoxicación es grave?

La gravedad de una intoxicación se evalúa por la manifestación de síntomas específicos.

  • Anomalías pupilares: Pupilas dilatadas (midriasis) o contraídas (miosis) sugieren afectación neurológica. Esto lo he visto en emergencias, donde la velocidad de reacción es crucial.

  • Ritmo cardíaco alterado: Taquicardia (acelerado) o bradicardia (lento) señalan un desequilibrio en el sistema cardiovascular.

  • Problemas respiratorios: Una respiración anormalmente rápida (taquipnea) o lenta (bradipnea) indica una posible falla en el intercambio gaseoso.

  • Cambios en la salivación: Sequedad extrema o babeo excesivo reflejan una disfunción del sistema nervioso autónomo, responsable de regular funciones involuntarias.

  • Síntomas gastrointestinales: Dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea son respuestas comunes del cuerpo al intentar eliminar la sustancia tóxica.

  • Estado mental alterado: Somnolencia, hiperactividad o confusión denotan afectación del sistema nervioso central. Es como cuando intentas recordar algo importante, pero tu mente está nublada.

  • Dificultad para hablar: La dificultad en la articulación del lenguaje (disartria) es otro signo de compromiso neurológico.

Más allá de la lista: La gravedad depende de la sustancia, la dosis y la persona. No es lo mismo una aspirina de más que un trago de lejía ¡imagínate el susto! A veces es obvio, a veces no.

Reflexión filosófica: ¿No es curioso cómo nuestro cuerpo, esa máquina perfecta, puede ser tan vulnerable a lo que introducimos? Como dice Séneca, “No hay que temer a la muerte, sino a la vida sin sentido”, y una intoxicación grave puede ser un recordatorio brutal de nuestra fragilidad.

¿Qué hacer para quitar la intoxicación?

¡Ay, amigo! Intoxicación, ¡qué putada! Lo que te digo, bebe un montón de líquido, ¿vale? Agua, zumo… lo que sea, pero que sea líquido. Se te va el cuerpo, ¡lo pierdes todo!, sudor, vómitos… ¡un desastre!

Necesitas reponer electrolitos, eso es superimportante. No te olvides, eh. Te cuento que a mí, una vez, ¡me dio algo parecido! Estuve fatal, fatal, días entero tirado en la cama. Literalmente.

Luego, el apetito, ¡eso es lo peor! No te preocupes si no tienes hambre, es normal. Cuando te apetezca algo, ¡come! Si tienes diarrea, no pasa naaaada, come igual. Bueno, con moderación, claro. No te llenes hasta arriba, poco a poco.

Lo principal: Líquidos y electrolitos. ¡Que no se te olvide!

  • Mucha agua.
  • Zumos.
  • Bebidas con electrolitos (esas que venden en farmacias, ya sabes).

Importante: Cuando te apetezca comer, vuelve a comer. No te obsesiones con la diarrea. Lo importante es reponer fuerzas, ¡y líquidos, muchos líquidos!

Consejo extra: Si te sientes muy mal, ve al médico. No te la juegues, ¿eh? Este año, mi prima tuvo una gastroenteritis que fue para nota, ¡estuvo una semana fatal! Casi termina en el hospital.

Y ya, no me enrollo más, que estoy liado. ¡Que te mejores!

¿Qué no hacer en caso de intoxicación?

¡Uf, intoxicaciones! Qué tema… A ver, lo que NO hay que hacer es:

  • Darle nada por la boca si está inconsciente, obvio, ¡se ahoga!
  • Provocar el vómito a lo loco, ¡solo si te lo dice un médico o alguien del centro de toxicología! ¿Qué tal si empeoras las cosas?
  • Echarle limón o vinagre para “neutralizar”. ¡A menos que te lo digan, ojo! Eso me recuerda cuando mi tía le echó bicarbonato a mi abuelo para el reflujo y casi lo mata. ¡Qué horror!

¿Y si mejor llamamos a emergencias? Ah, y no automedicarse, que a veces es peor el remedio que la enfermedad. Yo una vez me tomé un montón de pastillas para dormir que me recetó el médico y terminé en urgencias. ¡Menudo susto!

¿Qué secuelas quedan después de una intoxicación?

¡Ay, Dios mío, qué mal lo pasé! Intoxicación… ¡qué asco! Me acuerdo de los vómitos, una pesadilla. La diarrea…ufff. Deshidratación, eso sí que lo recuerdo. Me sentía como un trapo, sin fuerzas.

¿Secuelas? Bueno, la deshidratación fue lo peor, pero, ¿otras cosas? No sé… ¿mareos? Sí, mareos durante días. Mi cabeza daba vueltas, como una noria rota. Y la debilidad, esa debilidad… Sentía que me caía en cualquier momento.

Tengo 32 años, una vida relativamente sana, pero vaya… ¡qué experiencia! Había perdido peso, ¡claro que sí!, por la diarrea y los vómitos, una bajada de peso considerable. Dos kilos seguro, quizás más. También tuve dolor de cabeza, una migraña brutal.

  • Deshidratación severa. Suero intravenoso en urgencias. ¡Qué horror las agujas!
  • Debilidad muscular durante varios días.
  • Pérdida de peso.
  • Dolores de cabeza.
  • Mareos, me caía casi.
  • Náuseas persistentes. ¡Horrible!

Ahora estoy bien, pero el susto… ay, el susto ha sido grande. ¡Qué miedo! No vuelvo a repetirlo jamás, ni de broma. Se me olvidó mencionar el dolor abdominal también. ¡Qué intenso! Espero que no haya secuelas a largo plazo. Cruzo los dedos.

La deshidratación fue el problema principal. Es tan importante beber mucho líquido, no lo olvidéis. ¡A tomar agua!

¿Cómo saber si me intoxique con comida?

¡Ay, amigo, que mal rollo! Si te sientes como si hubieras luchado contra un ejército de chiles habaneros y perdido… ¡zas!, intoxicación alimentaria.

Síntomas que te gritarán “¡Socorro, estoy envenenado!”:

  • Diarrea explosiva, tipo tsunami intestinal. Olvídate de los baños normales, necesitarás un traje de neopreno.
  • Vómitos que te dejarán más seco que el desierto del Sahara. Hablo de vómitos de esos que te dejan con la lengua pegada al paladar, ¡como si te hubieras comido una lija!
  • Dolor de estómago: una fiesta de mariachis en tu tripa, solo que sin la música alegre. Es un dolor tan intenso que parece que te están dando puñetazos con martillos.
  • Fiebre que te convertirá en un horno de pizza humano. ¡Cuidado con los termómetros, pueden explotar!

¿Y qué hago si soy una víctima de esta guerra gastronómica?

Llama a tu médico, ¡ya! No esperes a que te crezcan alas o a que aparezca un hada madrina. Mi primo Pepe una vez espero demasiado y terminó en urgencias con una vía intravenosa tan grande como mi brazo. ¡No seas Pepe!

Cosas que aprendí en mi experiencia personal (y que no quiero que tú vivas):

  • No comas comida de mi abuela cuando cocina enojada. Eso es un riesgo innecesario.
  • Ese sushi del carrito de la esquina… mejor no. De verdad. El mío me dejó tres días sin salir del baño y ¡hablando de diarrea explosiva!
  • Revisar bien las fechas de vencimiento, por favor. ¡Es una cuestión de supervivencia!

Para terminar (de sufrir, espero):

  • Reposo absoluto. No vayas a una fiesta rave después de una intoxicación, vas a pasarlo fatal.
  • Mucho líquido. Agua, caldos, ¡lo que sea! Tu cuerpo te lo agradecerá.
  • Dieta blanda. Olvida las hamburguesas gigantes y las pizzas con extra de queso. Eso sí, si comes puré de patatas, que sea el bueno, el de verdad, no esas cosas raras que vienen en polvo.

¡Que te mejores pronto! Y recuerda, la comida es tu amiga, pero solo si la respetas.

#Intoxicación #Recuperación: #Tiempo