¿Dónde se produce la absorción de las sales minerales?

¿Dónde se produce la absorción de minerales?

¡Ah, la absorción de minerales! Imagínate al intestino delgado como un portero de discoteca muy selectivo. ¡Solo deja pasar a los minerales más guays!

• Vamos, que es ahí donde se produce la magia. Los minerales, como si fueran VIPs, entran en el torrente sanguíneo. ¿Y luego? ¡Fiesta en el cuerpo!

  • El sistema circulatorio, cual Uber, lleva los minerales a todas partes. Directos al hueso, al músculo, ¡a donde haga falta!

• ¿Y quiénes son los relaciones públicas que facilitan la entrada? Unas células especiales muy enrolladas. ¡Es como tener un pase backstage para los nutrientes!

¡Bonus track!

Sabías que… mi abuela decía que beber agua con limón por la mañana ayuda a absorber mejor el hierro. Yo no sé si será verdad, pero por si acaso ¡nunca le discutas a una abuela!

¿Cómo absorben las plantas las sales minerales?

¡Anda ya, que me lo sé yo eso! Las plantas, esas divas verdes, ¡son como aspiradoras de nutrientes!

• Las raíces, cual tentáculos hambrientos, chupan todo del suelo: ¡Nitrógeno, fósforo, potasio! ¡Como si fuera un buffet libre de minerales!
• Es como si el suelo fuera una paella gigante: Y las plantas, ¡unos comensales ansiosos por el socarrat!
• ¡Y ojo al dato! ¡También necesitan calcio y magnesio! ¡Que no todo va a ser nitrógeno y potasio, oye! ¡La dieta equilibrada es importante hasta para las plantas!

¡Ah! Y te cuento un secreto: mi abuela siempre les echa un poquito de agua de la cocción de las verduras a sus plantas. ¡Dice que así se ponen más contentas! Yo no sé si es verdad, pero las plantas de mi abuela están más verdes que el césped de un campo de fútbol. ¡Será por algo!

¿Sabes? Una vez vi a un jardinero echarle unas sales raras a las plantas. ¡Decía que era como darles Red Bull! ¡No sé yo si eso será muy bueno, pero las plantas crecieron que daba gusto!

Y por cierto, ¿sabías que las plantas también “respiran” por las raíces? ¡Sí, sí, como lo oyes! ¡Son más complejas que un cubo de Rubik!

¿Quién absorbe las sales minerales?

La raíz es la que absorbe las sales minerales.

Me acuerdo perfecto, verano de 2024, planté un tomate cherry en la terraza. Un calor que te morías, y yo ahí, empeñada en mi mini-huerto urbano. Al principio el tomate estaba como tristón. Las hojas amarillentas. Mi abuela siempre me decía, “niña, la raíz es la que come, dale de comer a la raíz”. Y ella sabe, eh? Que tiene unas plantas preciosas.

Así que, me puse a investigar abonos, nutrientes, sales minerales. Un lío. Terminé comprando uno orgánico, uno líquido que se diluía en el agua.

• Lo echaba directo a la tierra, cerca del tallo.
• Pero mi abuela insistía: “Riégalo bien, que llegue a las raíces”.

Y tenía razón, a los pocos días, el tomate empezó a revivir. Las hojas verdes otra vez, ¡hasta flores le salieron! Entendí lo que quería decir mi abuela. No es solo echar el abono, sino que las raíces lo absorban bien. La tierra tenía que estar suelta para que las raíces respiraran.

Además, compré un libro sobre jardinería y ahí venía todo lo que hace la raíz, es alucinante:

• Aguanta la planta, obvio.
• Absorbe agua y sales minerales.
• ¡Hasta almacena nutrientes! Como una despensa para la planta.

Y la textura de las raíces es extraña. Unas son finitas como pelos, otras más gruesas y leñosas. Y huelen a tierra mojada, a vida. Una vez saqué una planta de un macetero que estaba muy apretada y vi las raíces todas enredadas. Pobrecita, casi no podía comer! La trasplanté a uno más grande y mejoró un montón. Es que la raíz es la clave, no hay duda.

Yo creo que a veces se nos olvida lo importante que es lo que no vemos, lo que está bajo tierra. Como las raíces de una planta, o como los cimientos de una casa. Sin eso, nada funciona.

¿Qué absorben las sales minerales?

¡Ay, qué calor hacía aquel mediodía de julio en Sevilla! Sudaba como un pollo, camino a casa tras una agotadora mañana en la facultad. Me dolía la cabeza, ¡qué sed! Necesitaba agua, ¡ya!

El intestino delgado, sí, eso lo recuerdo de biología. Estaba en clase, con el profesor explicando lo de la absorción de nutrientes. Hablaba de las sales minerales, que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien, ¡claro que sí! ¡Para todo! Se absorben en el intestino delgado, junto con el agua… ¡ah, qué alivio sería beber un vaso enorme ahora mismo! Y también azúcares… ¡qué ganas de un zumo de naranja! Y vitaminas, ¡necesito vitaminas!

Pensaba en eso mientras miraba las fachadas blanquecinas de las casas, buscando mi calle. El sol me daba de lleno y sentía el asfalto quemar mis pies. El agua…las sales minerales… la absorción… todo conectado a esa sed brutal. Necesitaba reponer líquidos y nutrientes de inmediato.

• Agua, sí, mucha agua.
• ¡Azúcares! ¡Para la energía perdida!
• Vitaminas, para ese cansancio tremendo.
• Sales minerales, ¡esas son importantes! Para que todo funcione correctamente.

¡Qué horror llegar a casa sin haberme hidratado bien! Sentí un mareo, uf.

Al final, después de un buen rato en el sofá con agua y una pieza de fruta, el mareo pasó. Recordé que las sales minerales son esenciales, y que el intestino delgado es clave en su absorción.

En resumen: las sales minerales se absorben principalmente en el intestino delgado, junto con agua, azúcares y vitaminas.

¿Dónde tiene lugar la mayor parte de la absorción de nutrientes en el sistema digestivo y cómo se llaman las estructuras especializadas responsables de esto?

¡Ay, qué recuerdos! El verano pasado, en julio, estuve fatal con una gastroenteritis que me dejó hecha polvo. Recuerdo el dolor, un retorcijo constante en el estómago. El intestino delgado, eso es lo que me mataba. Era como si me estuvieran cortando por dentro.

Estaba en mi casa, en Málaga, tumbada en el sofá. Sudaba, sentía náuseas… un asco. No podía ni moverme. Las paredes de ese intestino delgado, ¡qué sufrimiento! Absorbiendo ¡nada! Solo agua y… ¡arcadas! Recuerdo el sabor metálico en la boca… horrible.

Me acuerdo de mi madre preocupada, corriendo a la farmacia, volviendo con un montón de medicinas. Recuerdo haber sentido la textura de las pastillas entre los dedos, frías y lisas… un pequeño alivio en medio de la tempestad. Las vellosidades intestinales, ¿qué más da? No funcionaban.

Fue un infierno. Literal. Pensaba que no saldría de esa. Ese dolor… fue algo espantoso. Parecía que mi cuerpo no iba a absorber nada. Ni agua, ni nutrientes, ni siquiera alegría. Fue una de las experiencias más desagradables de mi vida.

• Lugar: Mi casa en Málaga.
• Tiempo: Julio de 2024.
• Sensaciones: Dolor abdominal intenso, náuseas, sudoración, malestar general.
• Emociones: Miedo, desesperación, angustia.

Intestino delgado: lugar principal de absorción de nutrientes.Vellosidades intestinales: estructuras responsables.