¿Por qué cuando veo al cielo veo cositas?
Percibes cositas en el cielo porque microscópicas fibras de colágeno, dentro del humor vítreo del ojo, proyectan sombras sobre tu retina. Estas sombras, llamadas miodesopsias o moscas volantes, son inofensivas aunque pueden resultar molestas.
Las “Cositas” en el Cielo: Un Viaje al Interior del Ojo
¿Alguna vez has mirado al cielo, un lienzo azul intenso o la negrura estrellada de la noche, y has percibido pequeñas partículas, hilos o puntos que parecen flotar ante tu vista? Estas “cositas”, a menudo ignoradas o atribuidas a misterios inexplicables, tienen una explicación científica sorprendentemente simple, y reside en el interior mismo de nuestros ojos.
No son extraterrestres, ni polvo cósmico que se filtra a través de la atmósfera. Estas diminutas formas, conocidas médicamente como miodesopsias o moscas volantes, son en realidad sombras proyectadas en nuestra retina. La culpable de este fenómeno es una compleja sustancia gelatinosa que llena el globo ocular: el humor vítreo.
El humor vítreo, una masa transparente y ligeramente gelatinosa compuesta principalmente de agua, colágeno y ácido hialurónico, no es completamente homogéneo. Con el paso del tiempo, y a medida que envejecemos, se producen cambios en su estructura. Fibras de colágeno, microscópicas e invisibles a simple vista, se aglutinan y se condensan. Estas fibras, al igual que pequeñas telarañas flotantes dentro del humor vítreo, proyectan sombras sobre la retina, la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo.
Es estas sombras, y no partículas externas, lo que percibimos como esas “cositas” que parecen bailar en nuestro campo visual, especialmente cuando miramos fondos claros y uniformes, como el cielo despejado. Su movimiento se debe a los cambios de posición de estas fibras de colágeno dentro del humor vítreo al mover los ojos.
Aunque la imagen pueda resultar inquietante para algunos, es importante recalcar que las miodesopsias son, en la gran mayoría de los casos, completamente inofensivas. No representan un peligro para la salud visual y no indican la presencia de una enfermedad grave. Sin embargo, un aumento súbito y significativo en el número de moscas volantes, acompañado de destellos de luz, puede ser un signo de desprendimiento de retina, una condición que requiere atención médica inmediata.
En resumen, la próxima vez que veas esas “cositas” en el cielo, recuerda que estás presenciando un fascinante fenómeno que ocurre dentro de tu propio ojo. Un recordatorio microscópico, pero revelador, de la intrincada y maravillosa maquinaria que nos permite percibir el mundo que nos rodea. Si bien la explicación es simple, la experiencia individual de percibir estas sombras es una prueba de la complejidad y belleza de la óptica humana.
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