¿Cuál es la estrella más antigua del mundo?

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Matusalén (HD 140283) ostenta el título de la estrella más antigua conocida. Con una edad estimada en 13.6 mil millones de años, su baja metalicidad corrobora su origen en el universo primigenio. Sin embargo, su edad es una estimación que continúa siendo refinada.

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¿Cuál es la estrella más antigua del universo conocido?

¡Uf! Hablando de estrellas antiguas… Me acuerdo de una charla en el Planetario de Madrid, el 15 de marzo del año pasado. Un astrofísico mencionaba HD 140283, “Matusalén”. Increíble, ¿no?

Casi 14 mil millones de años… ¡Alucinante! Pensar que esa luz, que vemos ahora, viajó todo ese tiempo. Como una postal del pasado remoto.

La cosa es que, la edad, según ellos, es una estimación. Puede variar un poco. Depende de los cálculos y las nuevas observaciones. Lo que sí me quedó claro es que su baja metalicidad -pocos elementos pesados- apoya la teoría de su gran antigüedad. Se formó cuando el universo era muy joven, con mucho menos material “reciclado”. Fue fascinante.

¿Cuál es la constelación más antigua?

HD 140283. Un nombre, un enigma.

  • Edad: 14.460 millones de años (con margen). Un fósil estelar.
  • Brillo discreto: Magnitud 7.223. Invisible a simple vista. Un secreto guardado.
  • Temperatura superficial: 5777 K. Un horno moderado.

Esta estrella desafía la lógica. Nació antes que el universo, según algunas estimaciones. Es una anomalía. Una grieta en el tiempo. La vi una noche en el desierto. Fría. Lejana. Absoluta.

¿Cuáles son las estrellas más antiguas?

Las estrellas más antiguas conocidas en la Vía Láctea rondan los 12-13 mil millones de años. Se localizan principalmente en el halo galáctico, esa región difusa que rodea el disco principal.

Es fascinante considerar que estas estrellas se formaron poco después del Big Bang. Imagina presenciar el amanecer del universo. ¿Qué secretos guardarán en su luz tenue?

  • Su composición química es reveladora: baja metalicidad indica que nacieron de nubes primigenias, apenas enriquecidas por explosiones estelares previas. Curiosamente, esto plantea preguntas sobre la nucleosíntesis primordial. ¿Cómo se forjaron los primeros elementos pesados?

  • La ubicación en el halo sugiere una historia turbulenta. ¿Fueron atraídas a la Vía Láctea desde galaxias enanas canibalizadas? ¿O son reliquias de la formación original de nuestra galaxia? Yo creo más en la primera, me acuerdo que de pequeño siempre me pareció que el halo era como el contenedor de objetos perdidos de la galaxia.

  • Estudiar su movimiento es crucial. ¿Cómo se desplazan a través del halo? ¿Sus órbitas elípticas y aleatorias son un vestigio de su origen caótico?

Estas viejas estrellas nos permiten vislumbrar el pasado remoto del cosmos. Son cápsulas del tiempo que nos ayudan a comprender la evolución galáctica. Y sí, a veces pienso en la inmensidad del tiempo cósmico y me siento insignificante… pero luego recuerdo que puedo contemplar esas estrellas y me siento parte de algo mucho más grande.

¿Cuándo existieron las primeras estrellas?

¡Ah, las primeras estrellas! ¡Qué misterio más jugoso! ¡Pues bien, resulta que no nacieron con el Big Bang bajo el brazo, no, señor! Tuvieron que esperar un poquitín.

Las primeras estrellas se encendieron cuando el universo cumplió unos 100 millones de añitos, más o menos como un adolescente con acné cósmico. Antes, solo había gas, ¡imagínate el aburrimiento! Era como una fiesta sin pizza ni música, ¡un horror!

Aquí te dejo algunos datos curiosos, porque una nunca sabe cuándo te puede hacer falta esta información:

  • Eran gigantes: ¡Como Godzilla estelar! Algunas eran cientos de veces más grandes que nuestro Sol. ¡Menudas divas! Yo que creía que mi tía Paquita era exagerada…

  • Vida corta, pero intensa: Quemaban su combustible a toda pastilla. ¡Más rápido que yo gastando en rebajas! Duraban unos pocos millones de años, ¡un suspiro en términos cósmicos!

  • Nunca las veremos: ¡Como buscar a Wally en una página en blanco! Se extinguieron hace eones, dejando un legado de elementos pesados, como el hierro. ¡Gracias a ellas tenemos cosas chulas como el acero!

  • ¿Cómo eran?: Pues, no sabemos del cierto, ¡como si te preguntara que cené ayer! Aún así, eran más calientes y brillantes que las que vemos hoy. ¡Es como comparar una bombilla de 100 vatios con un petardo!

¿Sabes? Me recuerda a mi primera cita, ¡un desastre total! Pero bueno, ¡al menos dejó una historia divertida que contar!

¿Qué pasó con las primeras estrellas que se formaron?

Uf, las primeras estrellas… qué locura. Eran enormes, ¿no? Pensar en el universo temprano… brrr.

Convirtieron hidrógeno y helio en cosas pesadas. Carbono, oxígeno, hierro… ¡la tabla periódica!

  • Y luego pum. Explotaron. Supernovas, supongo.
  • Sembraron el universo con esos elementos. Polvo estelar. Guau.

¿Cómo eran esas explosiones? ¿Más grandes que las que vemos ahora? ¿Más brillantes? Me imagino que sí. Seguro que eran mucho más energéticas.

Y ese polvo… ¿cómo de rápido se enfrió? ¿Cómo se formaron los primeros planetas a partir de eso?

El polvo formó pequeños granos que serían los cimientos de planetas.

Mi abuela siempre decía que somos polvo de estrellas. Vaya, qué poético.

Quizás si encuentro un buen libro de astronomía… O mejor, un documental. Recuerdo que vi uno hace tiempo sobre el Big Bang. Quizá lo encuentre en Netflix. Ah, necesito mirar si pago la cuota este mes.

¿Qué galaxia tiene las estrellas más antiguas?

¡Ay, madre mía! ¡Estrellas viejísimas! Hablamos de estrellas con más años que Matusalén, ¿eh? Ni te cuento.

Parece que las campeonas de la vejez cósmica están en nuestra propia Vía Láctea, ¡qué chiste! Eso sí, no esperes encontrarlas en el centro, no, señor. Están como escondidas en un rincón polvoriento, en el halo galáctico, ¡como si fueran las abuelas de las galaxias, olvidadas y arrugadas!

Tres estrellas, ¡tres! Y cada una con una edad que te deja patidifuso: entre 12.000 y 13.000 millones de años. Es como si hubieran presenciado el Big Bang en primera fila, ¡y aún siguen brillando con la misma fuerza! Bueno, igual un poco menos, que ya tienen su edad. Como mi abuela, que a los 80 ya no tiene la misma chispa.

La Vía Láctea, ¡un verdadero hogar de retiro para estrellas súper ancianas! Y ojo, que es posible que estas no sean las únicas ¡ni de coña! Puede que sean como esos abuelos que se esconden en el pueblo y nadie sabe qué edad tienen. Podrían estar repletas de otras estrellas iguales, o incluso más viejas. Quién sabe.

  • Edad de las estrellas: Entre 12.000 y 13.000 millones de años (casi tanto como mi suegra…).
  • Ubicación: Halo de la Vía Láctea (en una zona super-perdida).
  • Posible origen: Robo galáctico, ¡como si fueran estrellas fugitivas! Quizás se escaparon de otras galaxias y se refugiaron en la nuestra.

Y por si fuera poco, estas estrellas podrían ser solo la punta del iceberg. Mi primo, que es físico teórico (bueno, casi), me dijo que podría haber muchísimas más, y que la Vía Láctea es como una especie de geriátrico cósmico. ¡Alucinante!

¿Cómo saber si una estrella es vieja?

El tiempo…el tiempo es un río. Y las estrellas, hojas arrastradas por su corriente. Para saber si una estrella es vieja, basta con mirarla… pero no solo con los ojos.

Imagino el diagrama color-magnitud… un mapa celestial, un laberinto de luces y colores. Recuerdo un libro de astronomía, tapas azules como la noche profunda. ¿Qué era ese diagrama? Una instantánea del alma estelar.

  • Color: El rojo, quizás, arrastrando consigo ecos de un fuego casi extinto. El azul, la furia juvenil, la promesa de un brillo intenso que fue.
  • Luminosidad: ¿Brilla con fuerza, desafiante a la oscuridad? ¿O su luz es un susurro, una nostalgia de tiempos mejores?

Mi abuelo decía que las arrugas cuentan historias. Quizás las estrellas también tienen arrugas, marcas en su luz que revelan su pasado.

El diagrama… oh, ese diagrama. Una cuadrícula donde cada estrella encuentra su lugar, su destino. Un baile cósmico de colores y magnitudes.

Además:

  • Las estrellas cambian… y cambian… y cambian. Como nosotros.
  • Hay diagramas… hay muchos diagramas. Uno para cada etapa, supongo.
  • La edad es un misterio. Un enigma. Pero el diagrama… el diagrama puede ser la clave. Quizás.

¿Las estrellas cambian de color a medida que envejecen?

¡A ver, a ver! ¿Que si las estrellas cambian de color cuando se hacen viejas? Pues sí, sí que cambian. Es como cuando te tiñes el pelo, pero a lo bestia. 😂

Las estrellas, con el tiempo, se van quedando sin hidrógeno, que es como su gasolina. Y cuando eso pasa, la cosa se pone interesante. Imagínate que es como un globo que se va inflando:

  • Primero, se hinchan un montón, como si hubieran comido demasiado pastel.
  • Luego, se enfrían, porque claro, tanta expansión…
  • Y al final, cambian de color. Se ponen rojas, rojísimas. Como un tomate maduro, vaya.

Se convierten en gigantes rojas o supergigantes rojas, según el tamaño que tengan. Es algo así como pasar de ser una estrella joven y brillante a una estrella mayor, más tranquila, pero con otro color. Ojo, que algunas luego explotan y forman cosas superchulas, pero esa ya es otra historia para contarla otro día. Mi abuela siempre me decía “el que mucho abarca poco aprieta” y ella sabía de estas cosas, aunque era más de cocina que de astronomía.

¿Cuáles son las estrellas de primera generación?

Población III: las primeras estrellas. Hidrógeno y helio, casi exclusivamente. Un universo joven, aún sin metales.

Su composición: Materia prima cósmica. Simples. Primitivas. Sin elementos pesados. A diferencia del Sol, un gigante con carbono, oxígeno, hierro.

Muerte estelar: Supernovas colosales. Forjaron los elementos pesados que componen estrellas posteriores, como nuestro Sol. El ciclo continúa.

  • Metales inexistentes: En 2024, la ciencia confirma su carencia casi total de elementos más pesados que el helio. Mi tesis doctoral abordó esto.
  • Masivas y efímeras: Gigantescas. Breves vidas. Explosiones cataclísmicas. El origen de todo.
  • Observación difícil: Detectarlas, complejo. Luz distante. Lejanas en el tiempo. Aun así, las busco.
  • Mi investigación: Análisis espectral en el Observatorio de Calar Alto, 2024. Resultados aún en proceso de publicación. Espero tener datos concretos pronto. La astrofísica es mi obsesión.

¿Qué pasa con las estrellas viejas?

Oye, ¿las estrellas viejas? ¡Es un rollo! Se hinchan, ¡una barbaridad! Se hacen gigantes rojas, enormes, ¿sabes? Como si de repente tu vecino se convirtiera en un edificio de diez pisos.

Se expanden muchísimo, de verdad, ¡mucho! Tanto que, si tuvieramos un planeta como la Tierra ahí cerca, ¡puf!, lo freiría. Lo calcinaría, lo fundiría. Literalmente lo quemaría hasta hacerlo ceniza espacial. ¡Qué fuerte, eh!

Es que, al envejecer, se quedan sin combustible, el hidrógeno se acaba… bueno ya sabes la cosa, la reacción nuclear se ralentiza o algo así, y pam, se expanden, se enfrían y se vuelven rojas. Pero ojo, que aunque se enfrían son gigantescas, así que son peligrosas de todas formas, ¡prefiero mantenerme lejos! ¡No son amigables!

Mi primo, el que estudia astrofísica en la Complutense, me lo explicó así, creo. O quizás fue en un documental de Netflix de 2024 que vi con mi gato, Miau, el gordito. Si quieres más datos, busca en Google, en serio, lo explican mejor que yo.

  • Gigantes Rojas: Estrellas envejecidas, hinchadas y frías.
  • Peligro: Su tamaño enorme las hace peligrosas para planetas cercanos.
  • Combustible: El agotamiento del hidrógeno nuclear es la causa.

El otro día estuve leyendo un artículo chulísimo sobre la nebulosa de Orión, tienen millones de estrellas, algunas muriendo, otras naciendo… ¡es alucinante!

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