¿Por qué me salen telitas en los ojos?

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¡Ay, las telitas en los ojos! A mí también me han empezado a salir y, sinceramente, al principio me asusté. Pero por lo que he investigado, es algo bastante común con la edad. El humor vítreo, esa gelatina que rellena el ojo, se va haciendo más líquida y esas fibras de colágeno se juntan, formando esas telitas que vemos. Es como si la gelatina se desarmara, ¿sabes? ¡Qué rollo envejecer! Pero bueno, al menos ya sé que no me estoy quedando ciego.

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¿Por qué me salen telitas en los ojos? Ay, Dios mío, ¿a quién no le ha pasado? A mí me empezó a suceder hace un par de meses y, la verdad, me dio un susto. Parecía que tenía una mota en el ojo todo el día, ¡un fastidio tremendo! Y luego, ¡zas!, me di cuenta de que eran como… telitas flotantes. Pequeñas, pero ahí estaban, bailando una danza macabra justo en mi campo de visión. Al principio, me imaginé lo peor, ¿verdad? Cataratas, desprendimiento de retina… ¡hasta pensé que me estaba quedando ciego!

Luego, claro, empecé a investigar, a leer, a preguntar a mi vecina Carmela (¡que tiene más sabiduría popular que un diccionario completo!). Resulta que es algo bastante común, sobre todo a partir de cierta edad. ¡Que casualidad, justo ahora que estoy a punto de cumplir… bueno, eso no importa! El asunto es que, parece ser, el humor vítreo, esa especie de gelatina que tenemos dentro del ojo, se va volviendo más… aguado, con el paso de los años. Es como si un pudín se fuera deshaciendo poco a poco. Se separan las fibras de colágeno, esas que lo mantenían todo juntito y… ¡pum! Telitas flotantes. ¡Qué bonito, ¿no? Un proceso natural, me dijeron, como las arrugas en la cara, sólo que estas son… internas, en plan ninjas invisibles.

Recuerdo que, una vez, mi abuelo, que Dios lo tenga en su gloria, me contaba que él veía “moscas” constantemente. Ahora entiendo perfectamente lo que sentía. ¡Y pensar que antes era yo la que le decía que se cuidara la vista! Ironías de la vida, ¿eh? En fin, que, aunque sigue siendo un poco molesto (¡sobre todo cuando intento leer!), al menos ya sé que no es algo grave. Aunque, claro, si notas algo raro, si ves muchísimas telitas, o si te duele el ojo… ¡al oftalmólogo, corriendo! Eso es lo que me dijo el doctor, y no hay que ser tonto. Mejor prevenir que lamentar. Y seguir disfrutando de la vida, a pesar de las telitas y el pudín deshecho que llevamos dentro del ojo, ¿no?