¿Por qué me siento cansada cuando tomo vitaminas?

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El cansancio al tomar vitaminas B podría ser paradójico. Aunque ayudan al metabolismo energético y función nerviosa, algunas personas experimentan fatiga. Esto podría deberse a:

  • Ajuste inicial: El cuerpo se adapta a la mayor actividad metabólica.
  • Dosis: Demasiada cantidad puede ser contraproducente.
  • Calidad: Algunas vitaminas pueden contener ingredientes que no se toleran bien.
  • Interacciones: Podrían interactuar con otros medicamentos o suplementos.
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¡Uf, las vitaminas! A veces las amo, a veces las odio. Te cuento, ¿alguna vez te ha pasado que empiezas a tomar vitaminas para sentirte con más energía y… ¡zas!, te sientes más cansado que antes? A mí me ha pasado varias veces. Y te juro que al principio pensé que estaba haciendo algo mal. ¿Será que las estoy tomando a la hora incorrecta? ¿Con el estómago vacío? ¿Con demasiada comida?

Resulta que hay una explicación, o varias, de hecho. Y no, no estás loco/a.

Me puse a investigar un poco y, mira, parece que el cansancio al tomar vitaminas del grupo B, que se supone que te dan un subidón de energía, es algo más común de lo que pensaba. ¿Irónico, verdad? Que algo que está pensado para revitalizarte te deje hecho polvo…

Aquí te dejo lo que descubrí:

  • Ajuste inicial: Imagínate que le metes turbo a un coche que lleva tiempo parado. Al principio le cuesta arrancar, ¿no? Pues parece que con el cuerpo pasa algo parecido. Se está adaptando a toda esa nueva actividad metabólica que le estás metiendo. Es como si le dijeras: “¡Venga, a quemar energía!” y el pobre necesita un tiempo para responder. ¿Será por eso que al principio me sentía tan rara?

  • Dosis: Aquí está la clave, creo yo. Porque, a ver, ¿quién no ha pensado alguna vez: “Si una es buena, dos son mejores”? Pues con las vitaminas no siempre funciona así. Demasiada cantidad puede ser contraproducente. Es como con el café, ¿no? Una taza te espabila, pero tres te dejan temblando. Me acuerdo una vez que me pasé con la vitamina C y terminé con un dolor de estómago… ¡De campeonato!

  • Calidad: ¡Ojo con esto! No todas las vitaminas son iguales. Algunas pueden tener ingredientes que no te sientan bien. Rellenos raros, colorantes artificiales… Yo ahora siempre miro bien la etiqueta y busco marcas que sean más naturales. ¿Será que las baratas al final salen caras?

  • Interacciones: Esto es más serio. Si estás tomando otros medicamentos o suplementos, las vitaminas podrían interactuar con ellos. Imagínate que es como mezclar productos de limpieza, ¡un desastre! Así que lo mejor es hablar con tu médico antes de empezar a tomar cualquier cosa, ¿no crees? Porque la salud es lo primero.

En fin, después de investigar todo esto, me siento un poco más tranquila, la verdad. Saber que no soy la única a la que le pasa esto me da un poco de paz mental. Y, sobre todo, me ayuda a estar más atenta a lo que le doy a mi cuerpo. Porque, al final, es lo más importante, ¿no?