¿Por qué pasa corriente al tocar otra persona?

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El choque al tocar a alguien se debe a la electricidad estática. Nuestros cuerpos acumulan cargas eléctricas por fricción. Al tocar a otra persona, si hay una diferencia de potencial eléctrico entre ambos, se produce una descarga rápida, generando la sensación de corriente. Este fenómeno, aunque molesto, es inofensivo y reducible con ciertas prácticas.

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La Chispa Inesperada: ¿Por qué “Damos Corriente” al Tocar a Otros?

¿Alguna vez te ha pasado? Un encuentro casual, un saludo amistoso, y de repente, ¡zas! Una pequeña descarga que te hace dar un respingo. La sensación, aunque fugaz, es inconfundible: “di corriente” al tocar a alguien. Pero, ¿por qué sucede esto? La respuesta se encuentra en un fenómeno común y a menudo ignorado: la electricidad estática.

Lejos de ser un fallo en nuestro sistema nervioso o un presagio misterioso, este “choque” se debe a la acumulación de cargas eléctricas en nuestros cuerpos, un proceso que ocurre principalmente por la fricción. Piensa en cómo el arrastre de tus calcetines sobre la alfombra, el roce de tu ropa con el asiento del coche o incluso la simple acción de peinarse pueden generar electricidad. Estos movimientos, aunque aparentemente inofensivos, desprenden electrones de un material y los transfieren a otro, creando un desequilibrio de cargas.

Imagina dos globos: si frotas uno contra tu pelo, acumulará carga negativa. Si acercas ese globo a la pared, se adherirá debido a la atracción entre las cargas negativas del globo y las positivas de la pared. De manera similar, nuestros cuerpos, en contacto constante con diferentes materiales, pueden acumular cargas eléctricas positivas o negativas.

El problema (o la chispa) ocurre cuando entramos en contacto con otra persona. Si existe una diferencia de potencial eléctrico significativa entre tu cuerpo y el de la otra persona (es decir, si uno tiene una carga muy positiva y el otro una carga muy negativa), se produce una descarga rápida. Los electrones “saltan” de un cuerpo a otro en busca de equilibrio. Esta descarga es la que sentimos como una pequeña corriente, un “toque” o incluso una leve sacudida.

La magnitud de esta descarga depende de varios factores, como la cantidad de carga acumulada, la humedad del ambiente (la humedad facilita la disipación de la carga) y la resistencia de la piel. En ambientes secos, la acumulación de electricidad estática es más propensa a ocurrir, lo que explica por qué las descargas son más frecuentes en invierno.

A pesar de la incomodidad que puede generar, es importante destacar que este fenómeno es inofensivo en la mayoría de los casos. La descarga es de muy baja intensidad y duración, por lo que no representa un peligro para la salud. Sin embargo, la sorpresa del momento puede ser desagradable.

La buena noticia es que existen prácticas sencillas que pueden ayudar a reducir la acumulación de electricidad estática y, por lo tanto, disminuir la frecuencia de estos “chispazos”:

  • Aumentar la humedad del ambiente: Utilizar humidificadores, especialmente en invierno, puede ayudar a disipar la carga eléctrica.
  • Elegir materiales naturales: Preferir ropa de algodón, lana o seda en lugar de tejidos sintéticos, que tienden a acumular más carga.
  • Descargar la electricidad: Tocar objetos metálicos antes de entrar en contacto con otras personas puede ayudar a descargar la electricidad acumulada.
  • Utilizar cremas hidratantes: Mantener la piel hidratada reduce la resistencia eléctrica y facilita la disipación de la carga.

En resumen, la próxima vez que sientas esa pequeña descarga al tocar a alguien, recuerda que se trata de electricidad estática, un fenómeno natural e inofensivo. Con unas simples precauciones, puedes minimizar la frecuencia de estos “chispazos” y disfrutar de un contacto más agradable.