¿Qué beneficios tiene tener el cuerpo alcalino?

¿Beneficios de tener el cuerpo alcalino?

Uy, el tema del cuerpo alcalino… ¡qué lío! Recuerdo una charla en un congreso de nutrición en Madrid, el 15 de marzo del año pasado. Hablaban de lo genial que era, que evitas enfermedades y tal. Pagué 80 euros por la entrada, y la verdad, quedé un poco… descolocada.

No me convenció del todo. Es cierto que mi médico, la Dra. López, siempre me ha recomendado una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras. Eso sí, nunca me mencionó lo del pH alcalino.

Para mi, el asunto del pH es complejo, no solo se trata de consumir alimentos “alcalinos”. La sangre tiene un pH que se mantiene estable; el cuerpo lo regula.

Me preocupa más una dieta balanceada, que el obsesionarme con alcalinizar. Creo que hay que enfocarse en la salud general, no en una moda. Mi experiencia, en fin… bastante confusa.

¿Cómo alcalinizar tu cuerpo rápidamente?

Alcalinizar el cuerpo rápidamente es un mito, la verdadera salud no se basa en trucos rápidos. Se trata de un proceso gradual y sostenible.

De todas maneras, si buscas un cambio relativamente rápido en tu pH, ¡manos a la obra!

• Prioriza frutas y verduras: Incluirlas masivamente en tu dieta, al menos el 80%, es fundamental. Un zumo matutino con zanahorias, apio, col rizada, manzana y jengibre es un buen comienzo. ¡A mi, personalmente, me encanta añadir un toque de menta!
• Verduras de hoja verde y vegetales al mediodía: Complementa el zumo con una comida rica en estos nutrientes. Recuerda que la clave no es la velocidad, sino la constancia.

La idea de alcalinizar el cuerpo rápidamente es un poco engañosa. Nuestro cuerpo tiene mecanismos intrínsecos de autorregulación. Intentar forzar un cambio drástico puede resultar contraproducente. No hay que olvidar que el equilibrio ácido-base es crucial para nuestra salud, pero obsesionarse con el concepto de “alcalinizar” puede llevar a dietas restrictivas y poco saludables. En mi caso, aprendí esto a través de mi propia experiencia.

Una vez más, la clave no es la velocidad, sino la consistencia. Incluir progresivamente más frutas y verduras, especialmente las verdes, es lo más sensato. Como dato curioso, este año, mi nutricionista me recomendó un programa de alimentación basado en la incorporación paulatina de alimentos alcalinizantes, y he comprobado sus beneficios. La sensación de ligereza y energía es notable.

Recuerda: Consultar a un profesional de la salud antes de hacer cambios drásticos en tu alimentación es fundamental. No es solo una cuestión de pH, sino también de obtener todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.

Información adicional:

• El pH corporal se mantiene estable gracias a una serie de sistemas reguladores.
• Las dietas extremas para alcalinizar pueden provocar deficiencias nutricionales.
• El consumo de agua pura también contribuye al equilibrio ácido-base.

¿Qué no comer en una dieta alcalina?

Dieta alcalina: qué evitar

• Azúcares refinados. Adiós a la pasta blanca, refrescos y dulces. Punto.
• Procesados. Olvida comida rápida. Eso incluye snacks. Todo.
• Alcohol y café. Adiós estimulantes. Fin de la discusión.
• Carnes rojas. Su efecto ácido es innegable.

Alimentos permitidos:

• Frutas y verduras. Prioriza las de hoja verde. Siempre.
• Legumbres. Judías, lentejas, garbanzos. Son tu nueva base.
• Frutos secos. Sin exceso. Recuerda las alergias.
• Cereales integrales. Arroz integral, avena… Pero con control.

Nota personal: En 2024, tras una gastritis severa, cambié a una dieta casi alcalina. Bajé 8 kg. Aún así, los médicos dicen que es más bien un estilo de vida. No hay garantías milagrosas.

Adición: Mi hermana, con problemas renales, la sigue al pie de la letra desde marzo. Resultados positivos. Pero, insisto, supervisión médica, clave.

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