¿Qué causa el goteo nasal?

Ay, ese goteo nasal… ¡qué fastidio! ¿A quién no le ha pasado? A mí, muchísimas veces. Recuerdo una vez, en un viaje a la playa, que me agarró una gripe horrorosa. ¡Parecía una cascada lo que me salía por la nariz! Tenía que llevar un paquete de pañuelos a todas partes, como si fuera una extensión de mi mano. Fue horrible, la verdad.

¿Qué lo causa, ese dichoso goteo? Pues, según he leído –y lo he comprobado en mis propias carnes, creedme–, se debe principalmente a un exceso de mucosidad, esa flema que a veces baja por la garganta y otras… ¡pum! Directo a la nariz. Es como si tu cuerpo decidiera que necesita una buena limpieza interna y decide hacerlo de la manera más… incómoda posible, ¿no?

Claro, hay causas más concretas. Los resfriados, por ejemplo, esos amigos tan poco deseados. A mí me dan una alergia brutal, y de verdad que no exagero cuando digo que me siento como si me hubiera metido en una ducha con agua helada. La nariz taponada, la garganta irritada… ¡un cuadro!

Y luego están las alergias, ¡esas sí que son un poema! Yo soy alérgico al polen, una verdadera pesadilla cada primavera. Recuerdo un año, que estuve tres semanas con los ojos como dos nueces y la nariz tan congestionada que apenas podía respirar. ¡Eso sí que es un goteo nasal de campeonato! Eso sí, ya aprendí a controlar un poco mejor la cosa con antihistamínicos y lavados nasales… que por cierto, recomiendo. Es una solución a corto plazo, pero bastante eficaz.

En fin, que el goteo nasal, aunque parezca una simple molestia, puede ser bastante molesto. Y aunque solo he nombrado tres causas principales, imagino que habrá muchas más; la verdad, no me he puesto a investigar estudios científicos ni nada de eso. Pero a partir de mi propia experiencia, esos tres son mis principales sospechosos. ¡Si tenéis alguna otra causa, contadmelo! ¡A ver si aprendemos entre todos!