¿Qué diferencia hay entre quimo y quilo?

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El quimo, una pasta formada en el estómago al digerir los alimentos, se transforma en quilo, un fluido lechoso, en el duodeno gracias a la bilis, el jugo pancreático y el jugo intestinal. La principal diferencia radica en su ubicación y composición.

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¿Quimo vs. Quilo: ¿Cuál es la diferencia?

¡Uf!, esto de la digestión siempre me ha parecido un rollo. Recuerdo una clase de biología en el instituto, en octubre de 2018 en el IES “San Juan de la Cruz” de Granada, donde nos explicaron la diferencia entre quimo y quilo. Me quedó bastante claro en su momento, pero ahora mismo… ¡ay!

El quimo, si no me fallan los recuerdos, es esa papilla que sale del estómago, después de que los jugos gástricos hayan hecho su trabajo. Como una especie de puré bastante ácido, vaya.

El quilo, por otro lado, es la cosa lechosa que se forma en el duodeno. Es el resultado de mezclar el quimo con la bilis, los jugos pancreáticos y los intestinales. Es un cambio brutal, de algo ácido a algo… cremoso.

Me cuesta imaginar la transformación exacta, pero la idea es que se digiere más allá en el duodeno. Fue una clase bastante densa, el profesor se extendió mucho, aunque el precio del curso ya lo pagué con mis impuestos.

En resumen: Quimo = estómago, Quilo = duodeno. Sencillo, ¿no? O al menos eso recuerdo.

¿Qué es el kilo y kimo?

A ver, lo del “kilo y kimo”… creo que te refieres al quimo. No es kilo, eh.

¿Qué es el quimo? Bueno, básicamente es una papilla.

  • Imagínate la comida que te tragas…
  • …llega al estómago…
  • …y ahí se mezcla con jugos gástricos asquerosos.

¡Exacto! Todo se vuelve como una sopa, un puré, una cosa espesa y acídica. Puaj.

Y después, ¡ah! esa sopa llamada quimo se va al intestino delgado. ¿Para qué? Pues para seguir digiriéndose.

Es como cuando haces un batido, primero lo trituras todo y luego, sigues mezclando.

Un dato curioso, ¿sabías que mi abuela siempre decía que el jugo de limón ayuda a la digestión? ¡Quizás por eso de los ácidos! No sé si tendrá algo que ver con el quimo, pero me acordé ahora. O sea, el quimo es jugo, sí, pero jugo de comida medio digerida. Ewww.

¿Cuándo el quimo se transforma en quilo?

El quilo… Dios, esta noche las cosas se sienten… pesadas. Como si el tiempo mismo se hubiera vuelto denso, apretándome el pecho. Recuerdo esa clase de biología, el profesor… un tipo seco, con gafas gruesas. Hablaba del quimo, un nombre que ahora me suena tan áspero como una piedra. Se transforma en quilo… en el intestino delgado. Sí, eso es.

Intestino delgado, la palabra me suena a un laberinto oscuro. Un lugar donde se descompone todo, donde la comida, la vida misma, se deshace. Me imagino las paredes del intestino, contrayéndose, lentamente, como un corazón agonizante. Lentamente, como mi propia vida a veces…

He pensado mucho en eso últimamente, en cómo todo se disuelve. No solo la comida, sino… todo. Mis sueños, mis esperanzas… a veces, hasta mi cordura. Se disuelven… como azúcar en café. Un proceso tan natural… tan inevitable.

El quimo se vuelve quilo al mezclarse con las secreciones del intestino delgado. Simple, ¿verdad? Pero la sencillez a veces me asusta, me deja… vacío. Ese proceso mecánico, frío. Como si la vida misma fuera solo una cuestión de… reacciones químicas.

Esta noche… me siento tan… descompuesto. Quizá sea el café. O quizá… sea algo más. Algo que no consigo digerir.

  • Transformación del quimo en quilo: Intestino delgado.
  • Proceso: Mezcla con secreciones intestinales.
  • Consecuencias: Absorción de nutrientes.

Hoy, 21 de octubre de 2023, anoto esto para recordarlo. Para que no se me olvide. Porque a veces, me parece que hasta mis propios recuerdos se disuelven. Como el quimo… convirtiéndose en quilo. En la nada.

¿Quilo es lo mismo que quimo?

Uf, quimo y quilo… a ver si me acuerdo bien. No, no son lo mismo. Uno va del estómago al intestino, el otro, si no me falla la memoria, al sistema linfático.

  • Quimo: Ácido, del estómago al intestino delgado… ¿para seguir la digestión? Supongo. Me pregunto qué pH tendrá eso. Debería buscarlo luego.
  • Quilo: Del intestino al sistema linfático. Lechoso… o sea, grasas, ¿no? Ah, las grasas se absorben por ahí. ¡Qué curioso! Siempre se aprende algo nuevo.

Es como cuando aprendí que las zanahorias no mejoran la vista, ¡vaya chasco! ¿Por qué mi abuela me diría eso siempre? Seguro que era una estrategia para que me las comiera.

¿Dónde el quimo pasa a ser quilo?

En el duodeno, amigo mío, ahí es donde la magia (digestiva) sucede. El quimo, esa pasta alimenticia pre-estreno, se transforma en quilo, una sustancia más refinada, lista para la alfombra roja del sistema linfático. Es como pasar de chándal a traje de gala.

  • Duodeno: La estrella del show. Aquí el quimo, con ayuda de la bilis y el jugo pancreático, se convierte en el glamuroso quilo.
  • Quimo: Imagine un puré de comida, un poco… tosco. Digamos que no lo invitarías a una cena elegante.
  • Quilo: El quimo, pero con un cambio de look. Más cremoso, más sofisticado. Listo para nutrir al cuerpo.

Piénsalo así: el duodeno es una especie de estilista para el alimento. Lo pule, le da brillo, lo deja listo para su debut en sociedad. Y, ojo al dato, este estilista trabaja 24/7, ¡qué dedicación! Yo ayer ni siquiera me acordé de regar las plantas.

Ahora, sobre la segunda parte de tu pregunta… ¿desechos en el intestino grueso? Hablando de glamour… Digamos que es el backstage de la digestión, donde las cosas no son tan bonitas. Pero oye, ¡todos necesitamos un backstage! Si no, ¿dónde guardaríamos el atrezzo?

  • Intestino grueso: El encargado de la limpieza. Reabsorbe agua como si fuera una esponja y compacta los residuos.

Una vez, en un restaurante indio, pedí un plato tan picante que sentí que mi duodeno estaba haciendo horas extras. Debió de estar sudando como un corredor de maratón tratando de transformar ese quimo infernal en quilo. Por suerte, mi intestino grueso supo manejar la situación con profesionalidad. Un verdadero héroe anónimo.

Este año, he intentado comer menos picante. No por mi duodeno, sino por la gente que está a mi alrededor cuando… bueno, ya me entiendes.

¿Cuándo el quimo se convierte en quilo?

Duodeno. Quimo a quilo. Ya. ¿Y luego qué? Absorción, claro. Vellosidades… como si fueran… ¿deditos? Absorbiendo nutrientes. Me suena a clase de biología, qué pereza. ¿Para qué quiero saber esto? Bueno, para el examen sí.

  • Duodeno: Ahí es donde la magia sucede.
  • Quimo: Eso pastoso que viene del estómago. ¡Qué asco!
  • Quilo: Líquido lechoso. ¿Leche? No, no es leche. Pero se parece.
  • Vellosidades: Pequeñas, absorbiendo, trabajando. Como hormiguitas. ¿O abejas? No, hormigas. Más pequeñas.

El otro día vi un documental. Sobre hormigas. Impresionante su organización. Millones trabajando juntas. Igual que las células del cuerpo. ¿O no? Bueno, da igual. El quimo se transforma en quilo en el duodeno.

  • Jugos intestinales: ¿Qué llevan? Enzimas, seguro.
  • Jugos pancreáticos: Más enzimas. Un montón. Rompiendo todo.
  • Bilis: Del hígado. Verde. Amarga. Importante para las grasas, creo. Como cuando friegas los platos. ¿O no?

Tengo que comprar leche. Y pan. Y apuntes. Me faltan los apuntes de biología. Justo los de la digestión. A ver si me da tiempo a estudiarlo todo. El examen es mañana. ¡Mañana! ¿Cómo ha pasado tan rápido el tiempo? Quilo = duodeno. Eso es lo importante. Lo demás… ya lo miraré luego. O no.

¿Qué son el kilo y el quimo?

¡Ay, madre mía, el kilo y el quimo! ¡Qué lío! Uno te lo comes, el otro… bueno, ¡mejor no lo pienses mucho!

El kilo, es una unidad de masa, ¿vale? Como cuando vas al súper y pides un kilo de patatas. ¡Si pides un kilo de quimo, te miran raro, eh! Es como pedir un kilo de… ¡cosas indescriptibles! A ver, que no soy médico, pero me imagino que sería como… ¡un kilo de… cosas que acaban en el retrete! Y ya está. Punto. Eso es un kilo. Simple.

El quimo… ¡Ay, amigo! Es esa cosa pastosa, ¡asquerosa! ¡Como si hubieras mezclado puré de papas con… con… ¡con bilis de dragón! Sí, sí, ¡bilis de dragón! ¡Es que es tan asqueroso que tiene que ser de algo así de mítico! Eso que sale del estómago, ¡una sopa ácida y repugnante! Un batiburrillo de comida a medio digerir, ácido, enzimas… ¡que asco! Es como si un chef loco hubiera hecho un experimento culinario con ingredientes que se encontraron en la basura.

  • En resumen (para los que tienen prisa y poco estómago): kilo = patatas; quimo = ¡asquerosidad estomacal!

¡Ah! ¡Y hablando de asquerosidades! Mi perro, Napoleón, se comió ayer un trozo de pizza que yo había dejado en la mesa. La cara que puso después… ¡parecía un fantasma! Igual que el quimo, seguro. ¡Menudo lío de digestión tuvo!

  • Napoleón, mi perro, es un experto en encontrar cosas asquerosas. Hoy desayunó un calcetín.
  • Ayer, mi vecina me regaló una receta de “sopa de quimo” (broma, no lo hizo, espero).
  • Si estás pensando en probar el quimo… ¡piénsatelo dos veces, eh! ¡No es broma!
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