¿Qué enfermedad impide la absorción de hierro?
La absorción deficiente de hierro puede ser causada por trastornos digestivos como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn, así como por intervenciones quirúrgicas, incluyendo la derivación gástrica, que alteran el proceso de absorción intestinal.
El Hierro Escondido: Enfermedades que Obstaculizan su Absorción
La anemia ferropénica, causada por una deficiencia de hierro, es un problema de salud global que afecta a millones de personas. Mientras que la ingesta insuficiente de hierro a través de la dieta es una causa común, a menudo se pasa por alto un factor crucial: la incapacidad del cuerpo para absorber el hierro disponible. Esta malabsorción puede ser el resultado de diversas enfermedades y procedimientos médicos que comprometen la compleja maquinaria intestinal responsable de este proceso vital.
La absorción del hierro no es un proceso pasivo; requiere una cuidadosa coordinación de factores como la acidez gástrica, la presencia de proteínas transportadoras y la integridad de la mucosa intestinal. Cualquier disrupción en este delicado equilibrio puede llevar a una deficiencia, incluso con una dieta rica en hierro.
Entre las enfermedades que más comúnmente impiden la absorción adecuada del hierro se encuentran las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La inflamación crónica de la mucosa intestinal, característica de estas patologías, daña las células encargadas del transporte de hierro, reduciendo significativamente su absorción. La inflamación también puede interferir con la producción de factores necesarios para la correcta asimilación del mineral.
Otra enfermedad que afecta notablemente la absorción de hierro es la enfermedad celíaca. En esta afección autoinmune, la ingesta de gluten provoca una reacción inflamatoria que daña las vellosidades intestinales, estructuras vitales para la absorción de nutrientes, incluyendo el hierro. La atrofia de las vellosidades reduce drásticamente la superficie de absorción, resultando en una deficiencia.
Más allá de las enfermedades inflamatorias, ciertas intervenciones quirúrgicas pueden tener un impacto significativo en la absorción de hierro. Las cirugías bariátricas, especialmente la derivación gástrica, alteran significativamente la anatomía del estómago y el intestino delgado, acortando el trayecto del alimento y reduciendo el tiempo disponible para la absorción de nutrientes, incluyendo el hierro. La disminución de la acidez gástrica, un efecto secundario común de estas cirugías, también afecta negativamente la solubilidad del hierro, dificultando su absorción.
Además de las mencionadas, otras condiciones como la gastritis atrófica, la anemia perniciosa, la pancreatitis crónica y ciertas infecciones parasitarias pueden contribuir a la malabsorción de hierro. Es crucial diagnosticar y tratar la causa subyacente de la deficiencia para asegurar una correcta absorción y prevenir las consecuencias a largo plazo de la anemia ferropénica, como fatiga crónica, debilidad, dificultad respiratoria y problemas cognitivos. Si se sospecha una mala absorción de hierro, es fundamental consultar a un médico para realizar un diagnóstico preciso y determinar el mejor plan de tratamiento, que puede incluir suplementos de hierro y/o el manejo de la enfermedad subyacente.
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