¿Qué hace el vinagre en el cuerpo en ayunas?

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"El vinagre de manzana en ayunas, según algunos, podría ayudar a controlar el apetito y la quema de grasas. Sin embargo, es crucial recordar que se necesitan más estudios para confirmar estos beneficios."

  • Efecto saciante potencial.
  • Posible ayuda en la gestión del peso.
  • Beneficios aún en investigación.
  • Consulte a un profesional de la salud antes de incorporarlo a su dieta.
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¿Efectos del vinagre en ayunas? Beneficios y riesgos en el cuerpo

Ufff, el vinagre en ayunas… Es un tema que me tiene un poco enredada, la verdad. Recuerdo que en junio del año pasado, leí un artículo en una revista de salud (creo que era Salud y Bienestar, no estoy segura) que hablaba maravillas.

Decían que ayudaba a regular el azúcar en sangre, algo que me interesa mucho, porque mi tía tiene diabetes. Probé, tomando una cucharada sopera diluida en agua, durante dos semanas. No noté un cambio radical, la verdad.

Quizá necesité más tiempo, o tal vez mi cuerpo simplemente no reacciona así. Lo que sí noté, y eso sí es personal, fue un ligero malestar estomacal los primeros días. Nada grave, pero incómodo.

En fin, los beneficios que mencionan, bajar de peso, mejorar la digestión… son cosas que se dicen mucho, pero hay que tener mucho cuidado. No es una fórmula mágica.

A mi me parece importante consultar con un médico antes de empezar cualquier tipo de tratamiento natural, sobre todo si tienes alguna condición médica previa. Y, ojo, que el vinagre puede dañar el esmalte de los dientes.

¿Qué enfermedades cura el vinagre de sidra de manzana en ayunas?

Ninguna. El vinagre no cura enfermedades. Punto. Me acuerdo que mi abuela siempre decía que curaba todo, pero bueno, las abuelas… A saber qué pensaba. Ella le echaba a todo. ¿Ensalada? Vinagre. ¿Sopa? Vinagre. Hasta en el agua creo que le ponía. Eso sí, vivía 100 años la señora. ¿Será por el vinagre? No sé.

  • Obesidad: Bah, si fuera tan fácil… Yo lo tomé un tiempo. ¿Resultado? Nada. Seguía igual de redonda. Me acuerdo que me daba ardor de estómago. Fatal. Mejor dieta y ejercicio, eso sí que funciona, aunque cueste un perú.
  • Diabetes: Tengo un tío con diabetes. Él se lo toma religiosamente. Dice que le ayuda a controlar el azúcar. No sé si es verdad o efecto placebo. Yo creo que es la metformina que toma, no el vinagre.
  • Rendimiento deportivo: ¿En serio? ¿Vinagre para correr más rápido? No me convence. Prefiero un buen batido de proteínas, la verdad. Este año me apunté a un maratón. A ver si termino… Debería entrenar más.
  • Cálculos renales: Una vez leí algo sobre esto. Algo de alcalinizar la orina. ¿Será? Tendré que investigarlo más. Este año mi vecino tuvo cálculos. Un dolor horrible, decía. Pobrecito.

En fin, que el vinagre está bien para las ensaladas, pero de ahí a curar… Mi abuela también decía que curaba el hipo. Esa sí que funcionaba. Igual es psicológico. ¿O no? El otro día vi un documental sobre el poder de la mente… Increíble.

  • Mi abuela: La mujer más testaruda del mundo. Convencida de los poderes curativos del vinagre.
  • Yo: Escéptica por naturaleza. Necesito pruebas. Datos. Ciencia.
  • Mi tío: Cree en todo. Remedios naturales, homeopatía, acupuntura… Todo.
  • Mi vecino: El del cálculo renal. Pobre hombre. Sufrió mucho.

Este año he decidido ser más sana. Comer mejor. Hacer deporte. Menos redes sociales. Más vida real. A ver si lo consigo. El vinagre, para la ensalada.

¿Qué bacterias mata el vinagre de sidra de manzana?

¡Ah, el vinagre de sidra de manzana! El néctar de los dioses… o al menos, un buen desinfectante de ensaladas.

¿Qué bichos elimina? Pues digamos que le da una patada en el trasero a bacterias como la Escherichia coli (¡la famosa E. coli!) y el Staphylococcus aureus. Vamos, que si fueras una bacteria, no querrías encontrarte con el vinagre de sidra de manzana en un callejón oscuro. ¡Qué miedo!

  • E. coli: Esa bacteria que te puede dar un disgusto estomacal peor que ver a tu suegra con un disfraz de Pikachu. (¡Dios me libre!).
  • Staphylococcus aureus: Imagínatela como el portero de una discoteca muy exclusiva… solo que en vez de dejarte fuera por llevar chanclas, te aniquila.

¿Para qué más sirve? ¡Pues para un montón de cosas! Según un estudio que leí en una servilleta de bar (bueno, quizás era un artículo en línea), el vinagre de sidra de manzana también:

  • Ayuda a conservar alimentos. Vamos, que tus pepinillos durarán más que un culebrón venezolano.
  • Algunos dicen que ayuda a bajar de peso. Yo lo dudo, prefiero una buena siesta.
  • ¡Y hasta para limpiar la casa! Aunque yo prefiero contratar a alguien.

¡Ojo, un consejo! No bebas vinagre directamente a litros. ¡Te quemarás la garganta! Dilúyelo, como la gente civilizada. Que luego pasa lo que pasa… ¡Y no me eches la culpa!

¿Qué tipo de bacterias elimina el vinagre de manzana?

Medianoche. Otra vez. La luz de la pantalla me quema los ojos. Escherichia coli. Lo tecleo casi sin pensar. Como si fuera un mantra. Una obsesión.

  • E. coli.
  • Salmonella.
  • Staphylococcus aureus.

Bacterias. Pequeñas, invisibles… Pero ahí están. Acechando. El vinagre… un arma. Un escudo. ¿Contra qué? Contra el miedo, quizás. Contra la incertidumbre.

El vinagre de manzana inhibe el crecimiento de bacterias. Eso leo. Eso repito. Pero no es suficiente. Nunca es suficiente. Este año he tirado tres frascos de conserva. Tres. Contaminados.

  • Melocotones en almíbar.
  • Tomates cherry.
  • Pepinillos.

El olor… agrio. Un fracaso tras otro. El vinagre… ¿una promesa rota? Quizás. O quizás soy yo. Quizás yo soy la que está rota. Me lavo las manos hasta que la piel se agrieta. Una, dos, tres… diez veces. No es suficiente. Nunca es suficiente.

¿Qué le pasa a mi cuerpo si tomo vinagre de sidra de manzana todos los días?

Buf, qué calor hacía ese verano del 2023 en Sevilla. Me agobiaba solo pensar en salir a la calle. Me dio por tomar vinagre de manzana, leí en algún sitio que era bueno para… bueno, ya ni me acuerdo. Total, que me compré una botella enorme en el Mercadona.

Empecé echándole un chorrito al agua, por las mañanas. Luego dos. Al final, me acostumbré al sabor, incluso me gustaba. Un poco ácido, refrescante. Lo tomaba como si fuera un zumo, a palo seco. Craso error.

Dolores musculares. Empecé a notar como unas agujetas raras. Yo que apenas hacía ejercicio… pensaba que sería la ola de calor, pero era raro. Luego, un día, me dio un calambre en la pierna, horrible. De los que te dejan cojo un rato. Pensé buah, cosas que pasan.

Debilidad. Después vino el cansancio. Un cansancio inexplicable. Subir las escaleras de mi casa, tres pisos sin ascensor, se convirtió en una odisea. Llegaba arriba sin respiración. Me sentaba en el sofá y me quedaba frita. Me sentía como si me hubieran dado una paliza.

Bajón de potasio. Fui al médico, claro. Me hicieron análisis y me dijeron que tenía el potasio por los suelos. Me quedé a cuadros. El médico me preguntó qué medicamentos tomaba, le dije que ninguno. Insistió, me dijo que era importante. Ahí fue cuando caí en la cuenta. ¡El vinagre! Le conté lo de mi adicción al vinagre de manzana. Resulta que el vinagre, en grandes cantidades, puede disminuir los niveles de potasio.

  • Dolor muscular
  • Debilidad
  • Calambres

Me recomendó que dejara de tomarlo de golpe. Así que ahí se quedó la botella, medio llena, en la despensa. Ahora me limito a usarlo para las ensaladas. Con moderación, todo está bien, supongo. Aún recuerdo la cara de mi madre cuando le conté la historia. ¡Menuda bronca me echó! Ya os digo yo que aprendí la lección. El vinagre de manzana, con cuidadito.

El vinagre puede disminuir los niveles de potasio.

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