¿Qué hace la sal en el entrenamiento?

¿Cómo se toma la sal antes de entrenar?

¡Salero, listo, ya! Para ese bombeo pre-gym, no hace falta convertirse en estatua de sal. Una pizquita en tu batido, y listo. ¡Menos es más, o acabarás como el Mar Muerto! ¿Intra-entreno? Otro pellizco, ¡y a sudar la gota gorda (literalmente)!

• El sodio, ese amigo incomprendido. ¿Sabías que ayuda a regular los fluidos? ¡Como el fontanero de tu cuerpo!
• No te pases de la raya. Demasiada sal y, en vez de Hulk, parecerás un globo hinchado. ¡Y con calambres, eh!
• ¿Y si lo combinas con… limón? ¡Electrolitos potenciados! ¡Como un rayo de energía directo a tus músculos! (No lo intentes en casa, solo es una metáfora).

¿Por qué me sé esto? Digamos que una vez confundí la sal con el azúcar en mi café pre-entreno. ¡Casi levanto una pesa con la mirada del asco! ¡No lo recomiendo!

Dato extra: ¡Ojo con la sal si tienes la tensión alta! ¡Consulta a tu médico, no te hagas el listo!

¿El agua con sal es buena para el gimnasio?

A ver, ¿agua con sal para el gimnasio? ¡Pues depende de si quieres parecer un pepinillo en salmuera sudando!

• Menor riesgo de lesiones, dicen…: La deshidratación es como ser un cactus en el desierto, ¡todo pinchos y nada de alegría! Beber agua con sal podría ser como darle un abrazo húmedo a tus músculos, manteniéndolos flexibles como un contorsionista. Yo recuerdo una vez, que por no hidratarme bien, ¡casi me da un calambre intentando levantar una pesa de 5 kg! ¡Vergüenza total!

• Recuperación más rápida, alegan…: Después de sudar como si estuvieras escapando de un volcán en erupción, necesitas recuperar electrolitos. ¡El agua con sal podría ser como darle un chute de energía a tu cuerpo! Como cuando te tomas ese café después de una noche de fiesta, que te revive hasta el alma. ¡Casi como resucitar de entre los muertos!

Además, para que te hagas una idea, la cosa va de:

• Sodio: Importantísimo para retener líquidos, como ese amigo que te impide irte de la fiesta demasiado pronto.
• Potasio: Otro crack para el equilibrio hídrico, como un equilibrista en la cuerda floja de la hidratación.
• Cloruro: Ayuda a mantener el pH en su sitio, ¡como un árbitro en un partido de fútbol!

¡Pero ojo! No te pases con la sal, que luego pareces una aceituna andante. ¡Todo en su justa medida, como la salsa en los tacos!

¿Qué beber mientras se hace ejercicio?

Agua. Agua, ¿es suficiente? Depende, claro, depende del sudor que derrames, del tiempo que el cuerpo te exija. Depende de la sed, esa vieja amiga que te avisa cuando ya vas tarde. El agua siempre, pero…

Bebidas isotónicas, ahí está la clave cuando el aliento se vuelve fuego y los músculos suplican. Esas bebidas que reponen lo perdido, que calman la tormenta interna. Las recuerdo, frías, casi dulces…

Pero ¿qué hay dentro de esas botellas?

• Sodio: El equilibrista del agua, el que evita el desmayo, el calambre.
• Potasio: El nervio, la chispa que enciende el movimiento.
• Magnesio: El relajante, el que te deja dormir después de la batalla.
• Calcio: Los huesos, la estructura, el sostén.

Yo, corriendo en la playa al atardecer, solo necesito agua, la brisa y el sonido del mar. Pero cuando la pista se vuelve asfalto caliente y la meta se aleja, entonces sí, una bebida isotónica es un oasis. ¿Qué beber? Agua o isotónico, tu cuerpo te lo dirá, solo tienes que escuchar.