¿Qué hacer para que la sangre deje de salir?

Detener una hemorragia: Una guía práctica para primeros auxilios

El sangrado, ya sea por un pequeño corte o una herida más profunda, puede ser alarmante. Saber cómo detenerlo rápidamente es crucial, no solo para la comodidad, sino también para prevenir complicaciones. Si bien la asistencia médica profesional siempre es la mejor opción para heridas graves, conocer las técnicas básicas de primeros auxilios puede marcar la diferencia en esos momentos críticos antes de que llegue la ayuda.

Este artículo se centra en las acciones inmediatas que puedes tomar para controlar el sangrado externo. Recuerda que estas recomendaciones no sustituyen la atención médica profesional y que ante cualquier duda, siempre debes consultar con un médico.

Presión directa: El primer y más importante paso.

Tal como se menciona en la premisa inicial, la presión directa sobre la herida es fundamental para detener el sangrado. Esto funciona al interrumpir el flujo sanguíneo y favorecer la coagulación natural. Sin embargo, para que sea efectivo, debemos hacerlo correctamente:

• Usa un material limpio y absorbente: Lo ideal es una gasa estéril, pero en su ausencia, un paño limpio, una toalla o incluso una prenda de vestir servirán. Evita usar algodón, ya que las fibras pueden adherirse a la herida y dificultar la curación.
• Aplica presión firme y constante: Coloca el material directamente sobre la herida y presiona con firmeza usando la palma de tu mano. Mantén la presión constante durante al menos 5-10 minutos. Resiste la tentación de levantar el paño para comprobar si el sangrado ha cesado, ya que esto puede interrumpir el proceso de coagulación.
• Eleva la extremidad afectada: Si la herida está en una extremidad (brazo o pierna), elévala por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a reducir el flujo sanguíneo a la zona y facilita la coagulación.

¿Qué hacer si la sangre empapa el material?

Si el material que estás usando se empapa de sangre, no lo retires. En su lugar, coloca otro material limpio y absorbente encima del primero y continúa aplicando presión. Retirar el material inicial podría desalojar el coágulo que se está formando y reiniciar el sangrado.

Más allá de la presión directa:

• Puntos de presión: En casos de hemorragias más severas, puedes aplicar presión en los puntos de presión arteriales. Estos puntos son lugares donde las arterias principales se encuentran cerca de la superficie de la piel. Aplicar presión en estos puntos puede ayudar a reducir el flujo sanguíneo a la extremidad afectada. Sin embargo, esta técnica requiere conocimiento previo y es recomendable buscar formación específica en primeros auxilios para aplicarla correctamente.
• Vendaje compresivo: Una vez que el sangrado se haya controlado, puedes aplicar un vendaje compresivo sobre la herida para mantener la presión y proteger la zona. El vendaje debe ser firme pero no demasiado apretado para evitar interrumpir la circulación sanguínea.

Cuándo buscar atención médica:

Si la hemorragia es abundante, no se detiene después de 10 minutos de presión directa, o la herida es profunda, busca atención médica inmediata. También debes buscar atención médica si la herida muestra signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón o pus.

Recordar estos pasos y practicarlos puede darte la confianza para actuar con rapidez y eficacia en una situación de emergencia. La preparación y el conocimiento son herramientas cruciales para brindar primeros auxilios y, potencialmente, salvar vidas.

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