¿Qué le pasa a tu cuerpo después de una ducha caliente?

1 ver

Una ducha caliente hidrata y refresca la piel. Relaja los músculos tensos, calma cuerpo y mente, y facilita el sueño si se toma un par de horas antes de acostarse.

Comentarios 0 gustos

¿Qué le pasa a mi cuerpo después de una ducha caliente? Ay, qué pregunta tan necesaria, ¿verdad? Porque, a veces, después de un día terrible, lo único que me salva es ese chorro de agua caliente cayendo sobre mí… ¡Es puro nirvana!

Te cuento, hidratar la piel, sí, lo hace, ¡claro que sí! Recuerdo una vez, después de una semana de trabajo infernal en la playa, con el sol y el viento resecándome hasta los huesos… ¡Qué alivio! Sentí mi piel como… ¿cómo se dice?… ¡como una segunda piel, nueva! Suavecita, ya no tirante, y no es solo una impresión, ¿eh? He leído que la temperatura del agua abre los poros y ayuda a la absorción de cremas hidratantes, y eso sí que lo noto. Después de una ducha caliente, la crema se absorbe como si mi piel tuviera sed.

Luego está la relajación muscular… ¡Uf! Después de un entrenamiento brutal o una jornada llevando a los niños de un lado para otro, esos músculos gritan a pleno pulmón por un respiro. Y el agua caliente… es magia pura. Como un abrazo enorme, reconfortante. Recuerdo una vez que me torcí el tobillo… ¡Qué dolor! Pero una ducha caliente, con un poquito de aceite esencial de lavanda… ¡un milagro! Me ayudó a dormir, y al día siguiente, el dolor era mucho menor.

Y, claro, el sueño… Si me ducho un par de horitas antes de dormir, ¡duermo como un tronco! Bueno, a veces… a veces la mente sigue dando vueltas, ¡maldita sea! Pero, en general, me ayuda mucho a relajarme. Es como un ritual de desconexión que me prepara para la cama. Si no lo hago, me quedo dando vueltas pensando en las cosas que hice mal ese día, y claro, duermo fatal.

En fin… una ducha caliente… no es solo higiene, ¿eh? Es mucho más que eso. Es un pequeño lujo, un momento de paz, un ritual de autocuidado que todos merecemos. Al menos, yo lo necesito. ¿Y tú?