¿Qué no se debe hacer ante una herida?

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Ante una herida, evite respirar directamente sobre ella para prevenir infecciones. No intente limpiar heridas extensas una vez controlado el sangrado, ni retire objetos incrustados profundamente. En estos casos, lo más importante es buscar atención médica profesional para un tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

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Heridas: Lo que NO debes hacer para evitar complicaciones

Una herida, por pequeña que parezca, representa una puerta de entrada para bacterias y otros patógenos. Actuar de forma incorrecta puede agravar la situación, prolongar la recuperación e incluso provocar infecciones graves. Por eso, es crucial saber qué acciones debemos evitar ante cualquier tipo de lesión. Desmintiendo algunos mitos y aclarando procedimientos, vamos a abordar lo que no se debe hacer al enfrentarse a una herida:

1. Soplar sobre la herida: Un gesto instintivo, pero altamente contraproducente. Nuestra boca alberga una gran cantidad de bacterias, y soplar sobre una herida las introduce directamente en la lesión, incrementando el riesgo de infección. En lugar de soplar, utiliza un apósito limpio y estéril para cubrirla.

2. Limpiar excesivamente heridas extensas o profundas: Una vez controlado el sangrado (aplicando presión directa con un paño limpio), no intentes limpiar a fondo heridas extensas o profundas. La manipulación excesiva puede dañar aún más el tejido, remover el coágulo que protege contra infecciones y dificultar la cicatrización. En estos casos, la prioridad es cubrir la herida con un apósito limpio y buscar atención médica inmediatamente.

3. Retirar objetos incrustados: La tentación de sacar un objeto incrustado en la piel puede parecer lógica, pero es un error común. Retirar un objeto profundamente incrustado puede causar un sangrado más severo, generar daño tisular adicional y, si el objeto está contaminado, introducir más gérmenes. Deja la extracción en manos de un profesional médico. El personal sanitario cuenta con las herramientas y el conocimiento necesarios para retirarlo de forma segura y minimizar el riesgo de infección.

4. Usar remedios caseros no probados: Si bien algunos remedios caseros pueden aliviar el dolor o la inflamación superficial, nunca deben sustituir la atención médica profesional, especialmente en heridas profundas, extensas o que presenten signos de infección (enrojecimiento, hinchazón, pus, dolor intenso). Aplicar sustancias caseras sin la supervisión de un médico podría retrasar el tratamiento adecuado e incluso empeorar la situación.

5. Ignorar signos de infección: Presta atención a los signos de infección, como dolor intenso, enrojecimiento que se extiende más allá del área de la herida, hinchazón progresiva, pus, fiebre o escalofríos. Si observas alguno de estos síntomas, busca atención médica inmediata. Una infección no tratada puede tener consecuencias graves, incluyendo sepsis.

En resumen, ante una herida, la mejor opción es la prevención. Mantén limpias las heridas menores, cubre las más profundas con apósitos estériles y busca atención médica profesional cuando la herida sea extensa, profunda, muestre signos de infección o presente objetos incrustados. Recuerda, evitar las acciones incorrectas es tan importante como realizar las correctas para una cicatrización adecuada y prevenir complicaciones.