¿Qué órganos intervienen en la defecación?

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"La defecación involucra principalmente al recto y al ano, que permiten la expulsión de las heces, también llamadas materia fecal o excremento. Estos desechos son el resultado de la digestión, donde el estómago, intestino delgado y colon absorben nutrientes y líquidos."

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¿Qué órganos participan en la defecación?

Uf, qué rollo esto del cuerpo humano, ¿no? Recuerdo una vez, el 15 de junio de 2022, viendo un documental sobre el sistema digestivo… ¡menuda cosa! Me quedé flipando con todo el proceso.

El tema es que, para hacer “caca” – perdón por la vulgaridad – participan varios órganos. El recto y el ano son los protagonistas finales, claro. Pero antes de llegar ahí… ¡madre mía el viaje!

El estómago, el intestino delgado y, sobre todo, el colon, trabajan como locos absorbiendo nutrientes y agua. Lo que sobra, esos residuos, se convierten en heces. Materia fecal, excremento… le dicen de mil formas.

Me acuerdo de una clase de biología en el instituto, en el IES Alhama de Murcia. Fue bastante gráfica, ¡qué asco! Pero aprendí mucho. Ahí fue donde entendí la importancia del colon en este proceso.

¿Qué órganos participan en la defecación? Recto y ano.

¿Otro nombre para las heces? Materia fecal o excremento.

¿De qué están hechas las heces? Residuos de la digestión tras la absorción de nutrientes y líquidos.

¿Qué órganos intervienen en el sistema digestivo?

Digestión: Cadena de órganos implacables.

  • Boca: Inicio brutal. Tritura. Humedece. La saliva es el primer asalto químico.

  • Faringe: Cruce de caminos. Tránsito rápido. Un desvío puede ser fatal.

  • Esófago: Tubo implacable. Conduce sin piedad al estómago. Movimientos peristálticos.

  • Estómago: Caldero ácido. Descompone con furia. Almacena temporalmente el caos. Su acidez podría disolver un clavo.

  • Intestino Delgado: Absorción. Vellosidades microscópicas. Extrae lo valioso. Un laberinto donde se decide tu destino energético.

  • Intestino Grueso: Deshidratación. Condensación de residuos. Preparación para la expulsión. Microbios: un ecosistema en guerra y paz.

  • Recto: Almacén final. Presión creciente.

  • Ano: Puerta de salida. Cierre hermético. Liberación final.

Yo, a los 12 años, casi me atraganto con una uva. El esófago es más importante de lo que parece.

¿Qué órganos participan en la expulsión de la materia fecal?

¡El colon, menuda estrella! Absorbe agua como si fuera una esponja en el desierto. Luego, ¡pum!, aparecen las heces, dignas de un museo de arte moderno, pero con otro olor. Para expulsarlas, dos titanes entran en acción:

  • Recto: El portero de la discoteca, decide cuándo es el momento de la fiesta de despedida.
  • Ano: La puerta de salida, ¡adiós muy buenas!

Yo, personalmente, prefiero que mi portero sea estricto y no me monte una fiesta sorpresa a media tarde en el autobús. Este año, mi récord personal de visitas al baño ha sido… mejor no lo digo, es información clasificada.

El colon es como mi nevera, siempre lleno de cosas que luego no sé ni para qué sirven. Y, oye, absorbe agua que da gusto, casi como yo con las cervezas en verano. ¡Un crack! El recto y el ano, bueno, digamos que son como el cubo de la basura: necesarios, pero poco glamurosos. En fin, que la vida es un ciclo, como el proceso digestivo. Y yo, como siempre, a mi ritmo, que no soy Usain Bolt, ni falta que me hace.

Ah, por cierto, este año descubrí que la fibra es importante. Ahora mi colon está más contento que unas castañuelas. ¡Toma dato!

¿Quién regula la defecación?

La defecación es un proceso complejo orquestado por una sinfonía de elementos: el recto, el ano, la musculatura pélvica y, crucialmente, el sistema nervioso. Cada uno juega su rol para asegurar que la evacuación sea oportuna y controlada. Es como una danza interna, donde cada bailarín debe moverse al compás del otro para evitar el caos.

  • El recto actúa como reservorio, almacenando las heces hasta el momento de la evacuación. Su distensión envía señales al sistema nervioso.
  • El ano, con sus esfínteres interno y externo, regula la salida. El interno es involuntario, el externo, voluntario.
  • Los músculos pélvicos, como el puborrectal, ayudan a mantener la continencia al crear un ángulo que dificulta el paso de las heces.

El sistema nervioso central y el entérico (el “cerebro” del intestino) son los directores de esta orquesta. Controlan tanto la motilidad intestinal como la sensibilidad rectal. Un fallo en esta coordinación puede llevar a problemas como incontinencia o estreñimiento.

Profundizando un poco más, la regulación de la defecación es también un interesante ejemplo de cómo interactúan lo consciente y lo inconsciente en nuestro cuerpo. Podemos elegir cuándo ir al baño (dentro de ciertos límites), pero el proceso en sí está regulado por mecanismos automáticos que escapan a nuestra voluntad directa. Es un recordatorio de que somos seres complejos, habitados por una inteligencia interna que opera más allá de nuestra conciencia.

A nivel personal, recuerdo una vez que, tras una comida particularmente copiosa en un asado con amigos, mi sistema digestivo pareció declarar su propia independencia, ignorando mis planes para el resto de la tarde. En esos momentos, uno aprecia la sutil pero poderosa regulación de la defecación… ¡y la importancia de tener un baño cerca!

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