¿Qué pasa cuando el intestino se paraliza?

Parálisis intestinal: riesgos y consecuencias potencialmente mortales

La parálisis intestinal es una afección grave que se produce cuando el intestino pierde su capacidad de contraerse y mover los alimentos y los líquidos. Esta parálisis puede producirse debido a diversas causas, como cirugía, traumatismo o infecciones.

Riesgos asociados a la parálisis intestinal

La parálisis intestinal acarrea graves riesgos para la salud, entre los que destacan:

• Alteraciones electrolíticas: El intestino juega un papel crucial en la absorción de electrolitos, como sodio, potasio y cloro. Cuando el intestino está paralizado, se interrumpe la absorción de estos electrolitos, lo que puede provocar desequilibrios electrolíticos potentially peligrosos.
• Deshidratación: El intestino también absorbe agua, por lo que la parálisis intestinal puede provocar deshidratación, especialmente en las personas que ya están enfermas o tienen un sistema inmunitario debilitado.
• Perforaciones intestinales: La parálisis intestinal puede provocar un aumento de la presión dentro del intestino, lo que puede provocar perforaciones intestinales. Estas perforaciones pueden ser potencialmente mortales si no se tratan con prontitud.
• Sepsis: Las perforaciones intestinales pueden permitir que las bacterias intestinales se filtren a la cavidad peritoneal, provocando sepsis, una infección grave que puede poner en peligro la vida.
• Malnutrición: La parálisis intestinal impide que el cuerpo absorba nutrientes esenciales, lo que puede provocar malnutrición y otros problemas de salud relacionados.

Tratamiento de la parálisis intestinal

El tratamiento de la parálisis intestinal depende de la causa subyacente y puede incluir:

• Medicamentos para reducir la inflamación
• Antibióticos para tratar las infecciones
• Nutrición parenteral para proporcionar nutrientes
• Cirugía para reparar las perforaciones intestinales

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una parálisis intestinal para minimizar los riesgos y recibir el tratamiento adecuado. La intervención temprana puede mejorar significativamente el pronóstico y reducir el riesgo de complicaciones potencialmente mortales.