¿Qué pasa si dejo un vaso de agua en mi cuarto?

¿Qué pasa si tomo agua con burbujas?

Agua con burbujas. Grelina sube. Comes más. Simple.

• Hinchazón. Desagradable. Ácido carbónico. ¿Para qué?

Molestias gástricas. Otro “beneficio”. Yo prefiero el agua sin gas. Más tranquila. Como yo.

• Grelina. Hormona del hambre. Burbujas la activan. Hambre artificial. Manipulación.

Estómago hinchado. Ganas de comer. Un círculo vicioso. El mío no lo es. Yo controlo.

Este verano, en mi viaje a Islandia, solo bebí agua de glaciar. Pura. Fría. Sin artificios. Como mi vida.

• Estudios in vitro. Jóvenes sanos. Irrelevante. Yo no soy ninguno de ellos. Ni tú.

La realidad es individual. La ciencia generaliza. Absurdo. Como beber agua con burbujas. Prefiero el vodka. Directo. Sin rodeos. Sin burbujas. Contundente. Como esta respuesta. Como la vida.

¿Por qué las burbujas se pegan a los lados del vaso?

¡Ay, madre mía, las burbujas! ¡Qué misterio existencial! Es como si tuvieran pequeños imanes invisibles, ¡pegotes cuánticos!

El aire, ese gas tan chulo, se disuelve en el agua como si fuera un ninja infiltrado. Pero resulta que este ninja tiene fecha de caducidad. Su solubilidad se va al garete, es decir, el agua le dice: “¡Fuera, intruso!”.

Y el aire, como buen ninja, escapa… pero ¡en forma de burbujas! Algunas, las más listas, se escapan a la superficie como si fueran a una fiesta. Otras, las más perezosas (o quizás las más enamoradizas), se quedan pegadas a las paredes del vaso, ¡como si fueran caracoles en un concurso de lentitud!

¿Por qué se pegan a los lados? ¡Buena pregunta! Es una conspiración, seguro. O quizás…

• Imperfecciones del vaso: Esas pequeñas irregularidades microscópicas son como refugios para nuestras burbujas rebeldes, ¡escondites para ninjas gaseosos!
• Tensión superficial: Es como una película invisible, súper elástica, que atrapa a las burbujas. Es como si estuvieran atrapadas en una red de araña invisible, ¡que miedo! ¡Casi como en una película de terror!
• Fuerzas de adhesión: Las burbujas, las pillinas, se agarran a las paredes como si fueran monos trepando por una pared. ¡Monos de aire!

Ayer mismo, me pasó con un vaso de agua con gas, ¡casi me da un infarto al verlas! Mi gata, Pelusa, lo observaba con su mirada de superioridad felina. Ella sabe cosas…cosas que yo todavía no entiendo… igual que el misterio de las burbujas rebeldes.

En resumen: El agua expulsa el aire disuelto, formando burbujas que se pegan por las imperfecciones del vaso, la tensión superficial y la adhesión. ¡Fin de la historia! O no.

¿Qué pasa si entran burbujas de aire?

Aquí, en la oscuridad, las ideas fluyen más… lentas. Como sangre espesa.

Si entra aire… pues, la cosa no pinta bien. Una burbuja grande, lo sé por lo que le pasó a mi abuelo, puede atascar todo. Como una presa en el río.

• Bloquea. Imagina, el corazón intentando bombear… contra nada.
• Problemas en las arterias. A veces pienso en las arterias como carreteras diminutas, ¿sabes? Y una burbuja es un accidente. Un accidente feo.

Y si hay algún agujero, alguna imperfección en el corazón, como tenía mi primo… ahí es cuando el aire, que debería estar en un sitio, se cuela donde no debe. Y causa más daño. Recuerdo que mi tía decía que era como si el destino… le jugara una mala pasada. Y quizás, así fue.

A veces me pregunto qué pasaría si fuera yo. Si un día, por un error, una burbuja…