¿Qué pasa si discuto mucho con mi pareja?

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¡Me preocupa que discutas mucho con tu pareja! Es desgastante y te deja con una sensación horrible en el estómago, ¿verdad? A veces las discusiones ayudan a entenderse, pero si son constantes, algo no anda bien. Se pierde la alegría, la conexión… y el amor se va apagando poco a poco. Si no logran solucionar sus diferencias, busquen ayuda, ¡vale la pena luchar por la relación!

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¿Qué pasa si discuto mucho con mi pareja? Ay, Dios mío, esa pregunta… me resuena, ¿sabes? Como un eco en mi cabeza, un eco amargo a veces. Recuerdo una época, hace unos años, donde era una constante. Sentía esa opresión en el pecho, esa sensación… ¿cómo explicarlo?… como si una mano invisible me estrujara el corazón. Esas discusiones, ¿para qué? A veces sentía que avanzábamos, que entendíamos algo, pero otras… ¡uff! Era como si nos alejáramos cada vez más, como dos barcos en medio de una tormenta, sin rumbo fijo.

¡Es desgastante! Eso lo puedo asegurar, créeme. Te deja vacío, con un sabor horrible en la boca, una sensación de frustración que… ay, ¡es horrible! Recuerdo una vez que discutimos por algo tan tonto como… ¿la forma de doblar la ropa! ¿En serio? Me da risa ahora, pero en ese momento… sentía que el mundo se me venía encima. Nos quedamos en silencio durante horas, un silencio denso, pesado, como una manta húmeda.

Dicen, y yo lo he leído en alguna revista – creo que era una de esas de autoayuda, no recuerdo el nombre – que es normal discutir. Que incluso, a veces, es bueno. Ayuda a sacar cosas que uno tiene guardadas, a ventilar. Sí, sí, entiendo… pero ¿y si es constante? ¿Y si ya no es una ventilada, sino una tormenta perpetua? Entonces… entonces ya no es saludable, ¿verdad?

Se pierde la chispa, esa alegría que sentías al principio… la conexión, ¡la conexión es lo primero que se va! Se van esas miradas cómplices, esas sonrisas que lo decían todo sin necesidad de palabras. Y el amor… el amor se va apagando, poquito a poco, como una vela en una noche de viento. Te lo aseguro, lo he vivido.

Así que si estás ahí, peleando constantemente con tu pareja, y sientes que se está apagando esa llama… busca ayuda. No tengas miedo, eh. Vale la pena luchar, ¡de verdad! Buscar ayuda no es una señal de debilidad, es una señal de valentía, de querer salvar algo importante. A veces, una simple charla con un terapeuta puede cambiar todo. Merece la pena intentarlo, ¿no te parece? A veces, es necesario pedir ayuda para evitar que esa sensación horrible en el estómago… se convierta en un dolor permanente.

#Discusiones #Pareja #Problemas