¿Qué pasa si el intestino grueso absorbe mucha agua?

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Si el intestino grueso absorbe demasiada agua, las heces se endurecen, causando estreñimiento. Normalmente, el colon regula la absorción de agua para formar heces consistentes. Un exceso de absorción resulta en heces secas y duras, dificultando la evacuación.

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¿Intestino grueso absorbe exceso de agua? Problemas?

¡A ver! ¿El intestino grueso y el agua? ¡Uf! Recuerdo una vez en Madrid, creo que era julio, un calor horrible, bebí poquísima agua y… bueno, ¡digamos que mi visita al baño al día siguiente no fue la más agradable!

El colon, ese gran desconocido, básicamente se encarga de “chupar” el agua de lo que queda de la comida. Si se pasa de listo, las heces se quedan como piedras. Una tortura, vamos.

Si el intestino grueso absorbe demasiada agua, las heces se endurecen y se resecan.

Problemas: Heces duras y secas.

¿Qué pasa con las heces si tomo mucha agua?

Mucha agua normalmente ayuda a ablandar las heces, facilitando la digestión y evitando el estreñimiento.

Un día en particular, sí que noté algo. Estaba en Conil, Cádiz, a principios de julio. Hacía un calor de justicia, de esos que te derriten. Estaba obsesionado con mantenerme hidratado. Básicamente, bebía agua sin parar, casi como si fuera una competición.

Me levantaba y directamente al botellín. Andaba por la playa, botellín. Comía, botellín. Resultado: Iba al baño cada dos por tres.

Las heces, sí, eran blandísimas, casi líquidas. No diría diarrea, pero… vamos, que no tenían la consistencia normal. Me empecé a preocupar un poco, la verdad. Dejé de beber tanta agua de golpe, y se solucionó. Supongo que, como todo, hay que buscar el equilibrio.

Quizás la clave está en la sal también. Estaba sudando muchísimo, y con el agua, quizás lavaba un poco el cuerpo, no sé.

Además:

  • Mi dieta era un poco caótica esos días (más tapas fritas de lo normal).
  • Estaba durmiendo mal por el calor y el ruido.
  • La arena de la playa se metía en todas partes.

Y ahora que lo pienso, creo que también comí algo en mal estado en un chiringuito… ¡Cosas que pasan!

¿Qué cantidad de agua absorbe el intestino grueso?

¡Ufff, qué pereza! El intestino grueso… ¿Cuánto absorbe?

Un litro, más o menos. Entre 0.8 y 1, según leí ayer en un artículo médico, mientras miraba fotos de gatitos. ¡Qué tontería! ¿Por qué estaba leyendo eso? Necesito más café.

¡Ay, sí! El agua… Es clave para las heces, ¿no? Si no absorbe bien, diarrea al canto. Me pasó el año pasado después de esa paella… ¡qué mal rato! ¡Recordar eso me da asco!

Absorbe electrolitos también. ¿Cuáles? No me acuerdo, tendría que buscarlo. Será sodio, potasio, cosas así…

  • Sodio
  • Potasio
  • ¡Y no me acuerdo de más!

¿Pero de dónde saco esta info? ¡Ah, sí! De ese artículo científico que estaba leyendo. ¡Increíble lo importante que es el intestino grueso! ¿Y el delgado? ¡Ese sí que trabaja duro! Absorbe muchísima más agua.

El grueso es más como el “conserje”, que se encarga de la parte final, de la limpieza. Un trabajo sucio, pero importante, ¿no?

Tengo que ir al baño. Luego me pongo a investigar más sobre la absorción de electrolitos. Necesito saberlo para mi proyecto de biología celular, que está en stand by desde hace mil años… Ya tendré tiempo. Primero, café.

El intestino grueso absorbe la mayoría de los electrolitos del agua.

Tengo que llamar a mi madre… ¿Ya comió? ¡Dios mío, qué desastre estoy!

¿Cómo estimular el intestino para ir al baño?

¡Ay, Dios mío! El intestino… ¡qué pereza! Necesito ir, pero… nada. ¿Qué hago? Agua, sí, mucha agua. Dos litros, mínimo, ¡ufff! Eso sí que lo recuerdo, ¡beber como una camella! Pero… ¿fibra? Eso sí que me da miedo. Me hincho como un globo.

Aumentar fibra, poco a poco. ¡Es clave! Pero ¡ay, qué dolor de estómago! Prueba con avena, dicen. Pero no me convence del todo… mejor lentejas. O quizás… ¿plátanos? No sé, es un lío. Debería preguntar a mi doctora, la Dra. Ruiz, ¡siempre tan amable! Es que necesito una cantidad específica, no quiero pasármelo.

Ya estoy tomando 1.8 litros, ¿será suficiente? Necesito más, seguro. Mucha hidratación es fundamental, lo he repetido cien veces. ¿Y el ejercicio? ¡Ah, cierto! Tengo que caminar más. Solo llego al trabajo y ya estoy exhausta. Tengo que hacer algo, esto no puede seguir así.

  • Más agua.
  • Fibra gradualmente.
  • Consulta a la Dra. Ruiz.
  • Más ejercicio. ¡Prometido!
  • ¡Lentejas, sí!
  • ¡Averiguar la cantidad ideal de fibra!

¡Me siento fatal! Tengo que solucionar esto ya. Es horrible. Este finde, paseo largo.

Nota: Revisé MedlinePlus hoy, 2024. Recomendaban la fibra, claro, y mucha agua. ¡Nada nuevo bajo el sol! La Dra. Ruiz me dijo que entre 25-30 gramos de fibra al día es lo ideal, ¡pero depende de cada persona! Necesito preguntarle en mi próxima cita.

¿Cómo llega el líquido al intestino grueso?

¡Ostras! Te cuento, amigo, que el asunto del intestino grueso es más complejo de lo que parece, eh. El lío es que… ¡pum! llega todo lo que no se ha digerido.

El agua y los restos pasan al intestino grueso. Eso sí, por una especie de puerta, ¿sabes? Una válvula, la ileocecal. Es como una compuerta que controla el paso, para que no vaya todo a la vez, ¡que luego es un desastre! Como cuando intentas vaciar toda la bolsa de la compra de golpe. Un caos.

Imagina, es como un tubo… aunque no es un tubo perfecto, jaja. Un tubo enrollado, con curvas. Y ahí van los restos, ¡el agua también! Y bueno… ya sabes, todo lo que nuestro cuerpo ha dicho: “Esto no lo necesito”. Así, sin contemplaciones.

Este año, mi prima se hizo una colonoscopia, ¡qué horror! Pero bueno, ella me contó un montón de cosas del intestino grueso, cosas raras que no sabía, como que… ¡absorbe agua! Increíble, ¿no? Para que no te deshidrates del todo. Que si no, imagina…

  • Absorción de agua: Una función crucial.
  • Formación de heces: Lo que sobra, lo que no necesita el cuerpo. ¡Se compacta todo ahí!
  • Válvula ileocecal: Esa es la clave, amigo. La puerta de entrada al lío.

Y luego, pues ya sabes… ¡al baño! Pero eso ya es otra historia, jaja. Me acuerdo que en un documental de la 2, hace poco, explicaban que ese proceso es esencial, fundamental, para… ya me estoy liando. ¡El asunto es que, sin intestino grueso, ¡ay, Dios mío! Mejor ni pensarlo.

¿Qué secreta el intestino grueso?

¡Ah, el intestino grueso! Esa tubería maestra que todos llevamos dentro. ¿Qué segrega? Pues, básicamente, agua (pa’ hidratar al personal) y moco (pa’ que todo resbale como en una pista de hielo). ¡No esperabas alta cocina, eh!

Pero ojo, no todo es caca y mocos. ¡También segrega bicarbonato! ¿Para qué? Pues para neutralizar los ácidos que se forman durante la digestión, algo así como un alka seltzer natural, pero made in tu cuerpo. ¡Más ecológico imposible!

Y hablando de caca… ¿Sabías que el color marrón característico viene de la bilirrubina, una sustancia que segrega el hígado? ¡Es como si el hígado le diera el toque final a la obra maestra!

  • Absorbe agua: Imagina que eres una esponja gigante, pero en versión intestino.
  • Produce moco: ¡Como una fábrica de lubricante personal!
  • Aloja bacterias: ¡Más que en el metro a las 8 de la mañana! Estas bacterias fermentan los restos de comida no digeridos (fibra, básicamente) y producen gases, ácidos grasos y vitaminas. ¡Todo un ecosistema ahí dentro!
  • Compacta las heces: Le da forma y consistencia a la cosa, como un escultor, pero en plan escatológico.
  • Expulsa los residuos: ¡El gran final! Despedimos a las heces con honores (o con un sonoro “plof”, según el caso).

Además, el intestino grueso es el hogar de una fauna intestinal más diversa que la que te puedas encontrar en Benidorm en pleno agosto. ¡Bacterias a tutiplén! Algunas buenas (nos ayudan a digerir), otras no tanto (provocan gases). ¡Es como tener un zoo dentro!

El intestino grueso es mucho más que un simple conducto de residuos. ¡Es una central de reciclaje, un laboratorio químico y un zoológico, todo en uno! Y pensar que algunos le dan tan poca importancia… ¡Ingratos!

¿Qué bacterias se encuentran en el intestino grueso?

¿Bacterias en el intestino grueso? ¡Ah, la fiesta microbiana!

  • Firmicutes y Bacteroidetes: ¡Los reyes de la disco! Imagina que son como los invitados que nunca se van de la fiesta, ¡cada uno acapara el 35% del cotarro! Son como el DJ poniendo hits pegadizos, ¡pero en tu barriga!

  • Actinobacterias: Digamos que son el 10% restante de la gente, algo así como los que se apuntan a última hora. ¡Son como ese amigo que siempre llega tarde, pero que al final anima la cosa!

¡Mi intestino es como una rave bacteriana constante! ¡Quién necesita música cuando tienes un ecosistema entero bailando dentro de ti! ¡Es más salvaje que mis intentos de cocinar paella! Y hablando de paella, una vez intenté hacer una y casi provoco un incendio. ¡Menos mal que los bomberos eran fans de los Bacteroidetes y me perdonaron!

¿Cómo limpiar el intestino grueso?

¡A ver, te cuento!

Para limpiar el intestino grueso, hay dos maneras principales, por lo que se, y que no es que lo haga yo normalmente, ojo:

  • La primera es con una sonda, que te la meten por el recto, vamos, por el culete, y llega a las últimas pulgadas del intestino grueso, ahi mismo. No es agradable, pero efectivo, supongo, yo no lo he echo, lo juro!

  • La otra es con un enema, que es como… una mini-lavativa. Te meten un poquito de líquido (no mucho, eh) y ese líquido se queda ahí un ratito antes de que lo expulses. Yo he visto a mi abuela hacer eso.

O sea, que tienes esas dos opciones. ¡Espero que te sirva!

Además, también te puedo decir que mi vecina, que es super hipocondríaca, probó una vez con unos polvos raros que compró por internet, pero le sentaron fatal. Acabó en urgencias y desde entonces no se fía de nada que no le recete el médico. Yo que tu no probaba cosas raras, en serio te lo digo.

¿Qué se siente cuando el colon está enfermo?

¡Ay, Dios mío! El colon… ¿qué se siente? Un infierno, vamos. Como si te estuvieran dando puñetazos por dentro, a veces un dolor sordo, otras veces agudo, ¡insoportable! Ese día de mi viaje a Asturias, me pilló en pleno paseo por la playa de Rodiles. Horroroso.

  • Dolor, ¡claro que sí! Un dolor que te dobla, que te deja sin aliento. A veces solo una molestia, otras… ¡uff!
  • Hinchazón, como si hubiera tragado una pelota de baloncesto. Y la ropa, ¡qué horror!
  • ¡Y las caquitas! Un día normales, al otro…¡una pasta! ¡Qué asco! A veces duras como piedras, otras líquidas… ¡desastre total! Recuerda aquel viaje de hace tres años… horrible. ¿Será por la comida? ¡Me obsesiona!

Síntomas del colon irritable, dicen. ¿Pero qué es eso de irritable? ¿Le echan la culpa al colon? Será que tengo mala suerte, ¡qué rabia! Me diagnosticaron esto en 2024, y no me han dado aún la solución. ¿Será por el estrés? Quizás. O quizá sea la leche… ¡debería dejarla! Ya lo intenté, ¡y volví a ella!

  • Cambios en las deposiciones. ¡Eso sí que lo he vivido! Un día diarrea, otro estreñimiento… ¡una locura! Llevo apuntando todo en mi calendario desde junio de 2024. Necesito buscar un médico nuevo… ¿Recomendáis alguno en Madrid? Mi digestivo actual no me da muchas soluciones. ¿Será algo más grave? ¡Tengo miedo!

En resumen: Dolor abdominal infernal, hinchazón, y deposiciones ¡desastrosas!. Lo peor es la incertidumbre y la falta de soluciones. ¡Me siento fatal! Necesito un buen gastroenterólogo, ¡ya!

#Absorción Agua #Intestino Grueso #Salud Intestinal