¿Qué pasa si pongo sal en la piel?
"La sal puede exfoliar profundamente la piel, ayudando a combatir el acné al eliminar el exceso de sebo en pieles grasas y zonas conflictivas de pieles mixtas. Su uso debe ser moderado para evitar la sequedad."
¿Qué ocurre si echo sal en la piel?
A ver, ¿qué pasa si te echas sal en la piel? Yo lo probé una vez, por curiosidad más que nada. Me acuerdo que fue un día en casa de mi abuela, allá en la costa, un 15 de julio de 2018.
Y, la verdad, sí noté algo. La sal como que te raspa un poquito, ¿no? Siento que limpia a fondo, como si sacudiera la suciedad de los poros.
Se supone que la sal ayuda con los granitos porque exfolia y quita la grasa, pero… no sé, a mí me da un poco de cosa usarla así directamente. Prefiero productos específicos para la cara.
Igual, entiendo por qué la gente lo hace. Esa sensación de limpieza profunda… es tentadora. Pero, ¡ojo!, no vaya a ser que te irrites la piel.
¿Qué ocurre si echo sal en la piel?
La sal puede exfoliar la piel y ayudar a eliminar el exceso de sebo, lo que podría ser beneficioso para combatir el acné. Sin embargo, puede ser irritante para algunas pieles.
¿Cómo limpiar el cuerpo con sal?
¡Ay, madre mía, la sal! Como si fuera un ejército de diminutos soldaditos, ¡a desterrar la piel muerta!
Exfoliación con sal: una odisea salada. Olvídate de esas cremas de anuncio, ¡esto es lo real! Mi abuela, que tiene la piel como un durazno de invernadero (sí, ¡a sus 80 tacos!), jura que es la clave de su eterna juventud. O sea, ¡el elixir de la eterna juventud es la sal, amigos!
Pero ojo, que no es cualquier sal. ¡Hablamos de sal marina, la auténtica! Esa que huele a mar y a vacaciones en la playa de Formentera (¡que este año no pude ir, qué rabia!). Ni se te ocurra usar sal de mesa, ¡que eso es para las patatas fritas, no para tu piel!.
¿Cómo hacerlo? Fácil, como respirar… ¡o casi!
- Primero, ducha templadita para abrir los poros, como si fueran las puertas de un castillo medieval.
- Luego, agarras un puñadito de sal (¡como si fueras a hacer un volcán en miniatura!) y ¡a frotar!
- Movimientos circulares, como si estuvieras haciendo un bailecito con las manos. ¡No te olvides de ningún rincón! ¡Hasta las orejas, si quieres!
- ¡Enjuaga! Con agua templada, claro, no vaya a ser que te quedes con la cara como una aceituna.
Extra: Receta secreta de mi tía Concha (para piel seca): mezcla la sal con un poco de aceite de oliva virgen extra (el bueno, el de mi pueblo, claro). ¡Verás qué piel más suavecita te queda! Es como si un ángel te hubiera acariciado con una pluma… ¡de ganso, eso sí, que las de pato pinchan!
¡Peligros! Ojo al dato: no te frotes con la sal como si fueras un oso polar en celo (¡eso duele!). Y si tienes heridas, ¡ni se te ocurra! Que luego te echo la bronca. Y si eres alérgico a la sal… pues no uses sal. ¡Lógico!
¡Ah!, casi se me olvida: después de la sesión, aplica crema hidratante. ¡Eso sí que es un festín para la piel! Y recuerda: consulta a tu dermatólogo si tienes alguna duda. No vaya a ser que termines como un cangrejo, todo rojo y con pinzas.
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.