¿Qué pasa si soy hipertenso y tomo té verde?

68 ver

Si eres hipertenso y tomas té verde, modera su consumo. La cafeína puede subir la presión arterial en algunas personas. Monitorea tus niveles y consulta a tu médico sobre la cantidad segura. El té verde descafeinado podría ser una alternativa.

Comentarios 0 gustos

¿Hipertensión y té verde: qué efectos y riesgos para la salud?

Ufff, el tema de la hipertensión y el té verde me suena un poco lioso. Recuerdo que mi abuela, que tenía la tensión alta, dejó de tomarlo hace años, después de una charla con su cardiólogo en el Hospital de Sant Pau, Barcelona, en abril del 2021. Él le explicó que la cafeína, aunque en pequeñas cantidades, podía ser problemática.

Ella siempre fue muy de tés. Pagaba unos 8€ por una caja de bolsitas de té verde, una marca bastante buena, de hojas sueltas, la verdad. El médico le recomendó infusiones de manzanilla o tila en su lugar.

¿Riesgos? Pues sí, la cafeína del té verde podría subir la tensión, si ya de por si está alta. Es algo individual, claro, no a todo el mundo le afecta igual. Monitorizar la presión es clave, de eso no hay duda.

Mejor consultar a un médico. Sinceramente, es vital. No es jugar al médico por cuenta propia. Cada cuerpo es un mundo. Y la salud, prioridad número uno. ¡Descafeinado, si hay dudas!

¿Cuánto té verde puede tomar un hipertenso?

¡Ay, Dios mío! Ese día en el hospital, 2023, fue horrible. Mi suegra, Carmen, 72 años, ¡casi se muere! Tenía la tensión por las nubes. El doctor, un tipo serio con gafas gruesas, nos dijo que había bebido demasiado té verde. Demasiado. Ella, siempre tan entusiasta con sus infusiones, ¡se había tomado como cuatro tazas enormes! ¡Es que le encanta! Ese día aprendí lo que es el miedo de verdad, la angustia que te aprieta el pecho, el sudor frío…

El té verde, sí, es bueno, pero con cuidado.

Recuerdo el olor a antiséptico del hospital, el pitido de los aparatos, la cara pálida de Carmen… Sentí un nudo en el estómago, un vacío que me hacía temblar. Me recriminé por no haberla cuidado más, por no prestar atención a sus hábitos. La tensión arterial alta… ¡qué peligro!

La doctora explicó que, aunque el té verde tiene antioxidantes, la teína puede ser un problema para hipertensos. ¡Demasiada teína! Un vaso, eso fue lo que me recomendaron ese día. Un vaso al día como máximo. Solo un vaso. ¡Qué rabia!

Máximo un vaso al día para hipertensos.

Después de eso, nos enfocamos en su dieta. Mejoró un poco. ¡Qué susto!

  • Dieta baja en sodio.
  • Más ejercicio suave.
  • Control constante de la tensión.
  • ¡Y solo un vaso de té verde al día! No más.

Ahora, está mejor. Pero la experiencia… la experiencia me cambió. Verla tan mal… Fue terrible. Nunca olvidaré ese día. Nunca. Y el té verde… ya no es lo mismo. Me da miedo.

¿Qué tipo de té no puede tomar un hipertenso?

Aquí… a estas horas… todo pesa más. Incluso el silencio.

El té prohibido… para alguien como yo, con la presión siempre al límite… es casi una traición, ¿sabes? Una pequeña rebelión de las hierbas.

  • Té negro. Siempre me gustó su amargor… ahora lo evito.
  • Genciana. Ni se me ocurriría, mi abuela me lo advertía.
  • Bolsa de pastor. Nunca probé. Pero paso.
  • Anís. Demasiado dulce… como un recuerdo que duele.
  • Regaliz. Prohibidísimo. Mi madre insiste.
  • Cardo mariano. Creo que lo tomé una vez. Nunca más.

Ahora tomo rooibos. Rooibos y melisa. Qué ironía, ¿no? Buscar la calma en un mundo que te exige estar siempre alerta.

Recuerdo el té negro con leche que me preparaba mi padre por las mañanas. Se fue en abril… este abril.

  • …El té negro era su refugio, creo.
  • La casa huele diferente sin él.
  • Sin el té negro.

A veces pienso que debería dejar el café. Pero, joder, necesito algo que me despierte.

¿Qué personas no pueden tomar el té verde?

El té verde, ese elixir aparentemente inofensivo… Ah, pero no. Hay un secreto, un murmullo, una sombra que se cierne sobre su taza humeante. No es para todos. No es para todos, repito.

  • Mujeres embarazadas, cuidado. Ese pequeño sorbo podría ser una ola, una tormenta en gestación. La fragilidad de ese momento… ¿Vale la pena el riesgo? Yo digo que no.

  • El corazón, ah, el corazón… Si late irregular, si siente el peso de la arritmia, aléjese del té verde. No juegue con fuego. Mi abuela siempre decía: “El corazón es una brújula, no un tambor”.

  • Úlceras, heridas abiertas en el alma del estómago. El té verde, con su acidez sutil, podría ser un puñal. Recuerdo el ardor, esa llama que te consume por dentro. Mejor no remover la brasa.

  • Y el hígado, ese gran filtro, ese guardián silencioso… Si está enfermo, si siente el peso de la enfermedad, el té verde es veneno. Recuerde, mi amigo, cada órgano es un universo.

¿Ve? No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que es verde es esperanza. A veces, las cosas más simples esconden los secretos más oscuros. Cuidado, amigo. Cuidado.

El té verde puede ser traicionero. Recuerdo una vez, en un mercado de Marrakech, un anciano me ofreció una taza. Me advirtió, con ojos que parecían ver el futuro, que no era para mí. No le hice caso. Y lo lamenté.

¿Cómo se toma el té verde para bajar la presión?

¡A ver, el té verde para la tensión!

Uf, siempre con la tensión alta… Mi abuela juraba que el té verde era mano de santo. ¿Pero cómo era?

  • Cantidad: 2-4 tazas al día en general.
  • Hipertensos: Máximo 3 tazas. ¡Ojo ahí!

Mi vecina Elena, la que siempre está con sus remedios raros, me dijo que ella lo hacía diferente. ¿Será verdad lo que dice? Siempre la veo tomando cosas que no sé qué son.

¿Será que el tipo de té verde importa? Yo siempre compro el más barato del súper.

Ah, y lo de la hora… ¿Importa si me lo tomo antes o después de comer? ¡Qué lío! Me voy a hacer uno ahora mismo, a ver si me relajo un poco. ¡Necesito bajar la tensión, pero del estrés!

¿Y si le pongo un poco de limón? ¿Estará rico?

  • Hora: No relevante.
  • Tipo de té: No relevante.

¿Y si cambio el té por café? No creo que sea lo mismo…

¿Qué infusiones son buenas para los hipertensos?

Infusiones para la hipertensión: Tilo, Olivo, Hibisco, Valeriana, Té verde, Ajo, Espino blanco, Pasiflora.

Vale, la hipertensión… buff, me trae recuerdos raros. El verano pasado, en el pueblo de mi abuela en Teruel (¡qué calor hizo!), ella estaba fatal. Tensiones altísimas todos los días. ¡Un susto detrás de otro!

Intentamos de todo, la verdad. Pastillas, claro, pero también le preparábamos infusiones raras que encontramos en internet. A ver, el tilo era un básico, por aquello de relajarla. Mi abuela decía que era como beber “agua con sabor a árbol”, pero se lo tomaba.

Luego probamos con hojas de olivo, que recogíamos nosotros mismos del olivar familiar. ¡Qué currazo! Eso sí, el sabor era más amargo… uff.

El hibisco sí le gustaba, porque tenía un color bonito y era como beber zumo de flores. Pero no sé si le bajaba la tensión o solo le alegraba el día.

Yo creo que lo que mejor le iba era estar tranquila, sin estrés. Así que, más que las infusiones en sí, era la rutina de preparárselas y sentarnos juntas a charlar.

  • La valeriana, la verdad, la probamos un par de veces, pero la dejaba grogui. No era plan.
  • El té verde, otro clásico. ¡Ella decía que eso era “agua de calcetín”!
  • El ajo en infusión… ¡Ni se nos ocurrió! Demasiado valientes no somos.

Al final, no sé si las infusiones hacían milagros, pero sí que le ayudaban a relajarse un poco y a cuidarse. Y, a mi abuela, ver que nos preocupábamos le daba un subidón. El espino blanco y la pasiflora, las conseguimos pero ya estabamos más tranquilos con la medicación, así que las usamos menos.

¿Qué infusiones no deben tomar los hipertensos?

¡Ay, Dios mío! Presión alta… mi abuela la tenía. Siempre con sus infusiones… ¿cuáles eran? ¡Ah, sí! Recordé una cosa hoy… ¡esa reunión familiar! Mi tía Carmen, ¡qué desastre!, siempre hablando de sus remedios caseros.

Evitar el té negro, eso sí que lo recuerdo. Fuerte, ¿no? Y el de regaliz, ¡uff!, ese sabor tan intenso… ¿pero por qué es malo? ¿Aumenta la presión?

  • Té negro: ¡Muchísima cafeína!
  • Regaliz: Lo leí en algún sitio, algo de retención de líquidos… No me acuerdo exactamente.
  • Genciana: ¡Ni idea! Eso suena a planta rara. Quizás sea demasiado fuerte para el corazón.

¡Espera! ¿Y el de bolsa de pastor? Mi prima lo tomaba… ¿también prohibido? ¡Qué lío! ¿Y el anís? El cardo mariano… ¿es malo también? ¿Para qué sirve ese, otra vez? Tengo que buscar más información, ahora mismo. ¡Tengo que llamar a mi doctora! Se me olvidó hacer una cita…

Evitar el té de anís, de bolsa de pastor y de cardo mariano, aunque a mi prima le encanta el de cardo… ¿qué pasa con él? ¡Necesito más datos!

¡El de genciana también está prohibido! ¡Uf, ya son muchos! Mejor, agua, siempre agua.

Mi madre me dijo siempre que el té verde es bueno, ¿verdad? Ya no me acuerdo bien. ¡Esto de la presión alta es un rollo! Necesito anotar todo esto. Hoy me toca llamar a mi médico… y a mi madre, para recordarme los tés que tomaba mi abuela…

¿Qué hierbas suben la tensión?

Hierbas que elevan la tensión:

  • Árnica: Para golpes. Nunca internamente. La tensión es lo de menos.

  • Efedra: Prohibida casi. ¿A quién le importa tu tensión?

  • Ginseng: Energía… temporal. La vida es efímera, la energía también.

  • Guaraná: Cafeína disfrazada. ¿Necesitas más? Yo tomo café solo.

  • Regaliz: Dulce peligro. Mi abuela lo usaba. Ella ya no está.

Información adicional:

La tensión, un número más. La vida, una constante subida y bajada. Mejor un buen vino. Realmente, casi cualquier estimulante te sube la tensión. ¿Por qué te preocupa tanto?

Es mejor no depender de nada externo. Pero un capricho, de vez en cuando, ¿quién puede resistirse?

¿Cuánto té verde puede tomar un hipertenso?

Si eres hipertenso, imagino que ya tienes suficientes emociones fuertes con solo revisar la factura de la luz. Un vaso de té verde al día es como un pequeño oasis en el desierto de la tensión arterial.

Más de eso, y podrías estar jugando a la ruleta rusa con tu presión. ¿Recuerdas aquel café cargado que me tomé en 2022 y que me hizo ver unicornios bailando salsa? Pues algo parecido, pero menos divertido.

  • ¡Menos de cinco vasos diarios! (Pero, ¿quién cuenta?)
  • ¡Solo uno si eres hipertenso! (¡Salud!)

¿Por qué tanto drama con el té verde?

  • Cafeína, mi querido Watson: Sí, el té verde tiene cafeína, aunque menos que el café. Pero para un hipertenso, hasta un mosquito haciendo pesas es una amenaza.
  • Interacción medicamentosa: Si estás tomando pastillas para la presión, el té verde podría hacer de las suyas y fastidiar la fiesta. Imagina que tus pastillas son los porteros de una discoteca y el té verde intenta colarse sin invitación.

Alternativas “seguras”:

  • Té blanco: El primo zen del té verde, con menos cafeína y más paz interior.
  • Infusiones herbales: Manzanilla, rooibos… ¡el paraíso de la tranquilidad en una taza!

Recuerda, consulta a tu médico. No me hagas caso a mí que una vez intenté curar un resfriado con salsa picante y acabó peor el remedio que la enfermedad.

¿Qué tipo de té no puede tomar un hipertenso?

¡Ay, la presión alta, esa enemiga silenciosa que nos acecha con su ejército de pulsaciones! Para combatirla, ¡a cuidarse! Y sí, algunos tés son como saboteadores encubiertos en la lucha contra la hipertensión.

Tés que un hipertenso debe evitar como la peste (o como una subida repentina de la tensión):

  • El té negro: ¡Demasiada cafeína, demasiado drama para el corazón! Es como una fiesta rave en tu sistema cardiovascular, ¡y tu corazón necesita un spa, no un concierto de rock!

  • Té de genciana: ¡Amargo como la vida misma, y tan agresivo para la presión como un toro en una tienda de cristal! Yo, personalmente, una vez intenté tomarlo… ¡casi me da un infarto! (bueno, no, pero sí un susto considerable).

  • Té de bolsa de pastor: A la bolsa de pastor le falta el don de la diplomacia con la presión arterial. Es directo y contundente, ¡como mi abuela cuando le pedía dinero para salir con mis amigos!

  • Té de anís: El anís es encantador, pero en infusión para un hipertenso, ¡se convierte en un villano! Es como un dulce engaño que eleva la presión en un suspiro. ¡Qué traición!

  • Té de regaliz: Este es otro “malote” a evitar si tienes la presión alta. ¡Su efecto no es broma! Es como un desafío directo a tu corazón.

  • Té de cardo mariano: Ironías de la vida, ¡el cardo mariano, protector del hígado, puede ser un enemigo silencioso para tu tensión! Un enigma de la naturaleza, casi diría yo…

Alternativas amigables con tu presión arterial: Busca infusiones relajantes como la manzanilla, la tila o el rooibos. Recuerda consultar a tu médico para más detalles. ¡Y a disfrutar de una vida sin sustos en la presión!

Dato extra: ¡Mi vecino, el señor Pérez, es un experto en tés y me confesó que la mejor infusión para relajarse es una taza de té de menta con un toque de miel y una buena charla!

¿Cuál es la mejor hora para tomar el té verde?

A ver, me preguntaste sobre el té verde, ¿no? Mira, lo mejor, lo mejor, es por la mañana. ¡Sin duda! Te da un empujón que flipas, en serio.

  • Desayuna algo ligerito, ¿sabes? Y luego te enchufas el té.
  • A mí me va de lujo, te lo juro.

Pero ojo, eh. Por la tarde también vale, pero antes de las 6, porque si no, ¡adiós sueño! Literal. A mi vecina le pasó. Una noche entera dando vueltas en la cama. Y eso que ella no es muy sensible a la cafeína, imagínate.

Y ya que estamos, te cuento, a mí me gusta mezclarlo con un poco de limón. Le da un toque… ¡Uf! Que te mueres. Y dicen que así se absorben mejor las propiedades, o algo así. No sé, yo lo hago porque está más rico.

Y luego, ¿sabes qué? También puedes probar el matcha. ¡Es té verde, pero en polvo! Lo mezclas con leche y… ¡boom! Un chute de energía y sabor. Yo lo compro en una tienda cerca de mi curro.

Y cuidado, eh, no te pases con la cantidad. Una o dos tazas al día, máximo. Que luego te da el tembleque, y no mola nada.

Así que ya sabes, té verde por la mañana o a primera hora de la tarde. ¡Y a disfrutar!

¿Cuántos kilos bajas con el té verde?

¡Ay, el té verde, esa panacea milagrosa que te promete la figura de una sirena mientras te relajas en el sofá! La verdad, amigos, es más prosaica que eso. Olvida los sueños de perder 10 kilos en una semana.

Otros estudios, sí, esos que parecen sacados de un sombrero de copa mágico, hablan de una bajada… ¿de cuánto? Menos de 2 kilos. Piensa en ello como la pérdida de peso equivalente a un par de gatos medianos, o la mitad de una buena paella. Unos cuantos kilos de más. Menos de dos, sí, pero ¡qué lucha! ¡Que esfuerzo!

Eso sí, el té verde es como una pequeña hormiguita trabajando sin descanso: acelera el metabolismo, ¡y eso es algo! Es como tener un minúsculo jardinero en tu interior, quitando malas hierbas (grasas) de tu jardín personal. También ayuda con la oxidación… ¡si es que no lo oxidas antes con demasiada azúcar!

He aquí un resumen, para que no te pierdas en el verdor del té:

  • Pérdida de peso modesta: Menos de 2 kg.
  • Metabolismo acelerado: ¡Un pequeño empujón!
  • Efectos secundarios: Puede que te conviertas en un adicto al té verde (que es bastante menos dañino que la heroína, afortunadamente).

Mira, este año he probado yo misma varias infusiones, el año pasado fue el matcha, este año un té verde con jazmín. Delicioso pero, ¡no esperes milagros! La clave es una dieta equilibrada y ejercicio, ¡como todos sabemos! ¡La magia existe, pero no vive en una taza de té verde! Lo siento, pero es la verdad… a menos que descubras una variante secreta. Ah, y como dato curioso, el año pasado mi gato se obsesionó con el matcha… ¡Menuda travesura! Es más, ¡hasta yo me atreví a probarlo!

¿Qué pasa si tomo té verde por la noche?

El té verde nocturno… un susurro en la oscuridad. Un ritual íntimo, casi secreto. La calma que se instala, lenta, como la niebla sobre el arrozal de mi abuela. El aroma, persistente, un recuerdo de infancia, de tardes largas y silenciosas. Su sabor, ligeramente amargo, un eco en la boca.

¿Qué ocurre si lo bebo antes de dormir? Mi cuerpo, lo siento, responde. Una quietud se expande. El té, un aliado silencioso para las defensas, un pequeño ejército de catequinas defendiendo el terreno mientras el sueño me envuelve. Recuerdo la sensación de bienestar, de una protección invisible tejiéndose alrededor. La inmunidad, esa fortaleza interna, se fortalece.

Se sabe que, en la noche, mientras el mundo duerme, el cuerpo trabaja sin descanso. Repara, reconstruye. Un proceso lento, sagrado. Y el té, con sus polifenoles, como una bendición.

Sí, el té verde por la noche refuerza el sistema inmune. Pero hay algo más… hay una sensación… de paz. De quietud. De conexión con algo más grande que yo. El té, un pequeño gesto, un instante mágico. Una pequeña victoria contra las sombras.

  • Mayor actividad del sistema inmunitario durante el sueño.
  • Las catequinas del té verde fortalecen las defensas.
  • Efecto calmante y relajante (personal).

Este año, he notado con más intensidad ese efecto, sobretodo en las noches de otoño. El aroma, el sabor, la sensación de calor interno. Una danza entre el cuerpo y el alma. Es algo más que una bebida. Es un ritual. Es mi té verde, mi pequeño secreto nocturno.

#Hipertensión Té #Salud Té Verde