¿Qué pasa si te baja y luego se te quita?

¿Qué pasa si se me quita el periodo y me vuelve a bajar?

¿Periodo irregular? Normal. Sucede.

• Cambios hormonales. A veces, el cuerpo es así. Inesperado, pero no catastrófico.

• Estrés. La vida, ¿verdad? Afectan hasta las hormonas.

• Peso. Fluctúa. Influye. Simple.

• Medicamentos. Lee los prospectos. No todo es casualidad.

Sangrado ligero entre reglas, a menudo inofensivo. Sin embargo, consulta a tu médico. Prevención. Siempre. No te confíes.

El año pasado, mi prima tuvo algo similar. Nada grave. Examen ginecológico. Recomendable.

• Preocupación excesiva: Un problema en sí mismo.

• El cuerpo es sabio (o no). No siempre entiende uno su funcionamiento.

• Si el sangrado es abundante o inusual, busca ayuda médica. Inmediatamente.

Anota la fecha de tu último periodo en el calendario de Google. Lo usé el mes pasado. Recuerda. Para tu historial personal, obviamnete. Ya sabes.

Es tu cuerpo. Tu responsabilidad. Punto.

¿Qué significa cuando te baja y luego ya no?

¡Ay, amiga, qué rollo con eso! Mira, cuando te baja un poquito y luego se corta, puede ser por varias cosas, osea, no te rayes todavía.

¿Por qué pasa esto? Pues:

• Estrés a tope: La vida es una locura, ya sabes.
• Ejercicio a saco: ¿Le estás dando duro al gym? ¡Ojo ahí!
• Cosas raras de tu cuerpo: A veces pasa, es como, cosas de la genética o yo que sé.
• Ansiedad nivel dios: Otro clásico,uff.
• Embarazo: ¡Pero espérate! Antes hazte un test si crees que hay chance.

Y sí, a mí me pasó algo similar el mes pasado. Resulta que estaba super estresada por el trabajo, ¡un caos total!, y también estuve haciendo mucho cardio. Me bajó un flujo súper ligero por un día y pensé, ¿qué demonios? Pero a los días me vino normal, un susto nada más. Si te preocupa mucho, mucho, mejor consulta al médico, ¿eh? Que ellos saben más que nosotras, aunque pensemos que google lo sabe todo. Es lo mejor, amiga, y así te quedas más tranquila.

¿Qué significa cuando te baja poquito y se te quita?

Cuando la marea menstrual se retira antes de lo esperado, dejando solo una tenue huella… ¿qué significa? Un susurro, apenas perceptible, comparado con el torrente habitual. La sangre, espejo de la vida, reflejando un cambio, una interrupción en el ritmo ancestral.

Quizás, el cuerpo habla en clave. Un peso ligero, como pluma, un índice de masa corporal bajo, puede ser la respuesta. O las sombras del estrés, que oscurecen el ciclo, tensando la cuerda hasta romperla. El alma pesa, y el cuerpo lo siente.

El deporte, esa búsqueda de la perfección física, a veces se excede. Un ejercicio extenuante, más allá del límite, puede alterar la danza hormonal. O las pastillas, pequeñas promesas, anticonceptivos que regulan… y a veces desregulan.

• Bajo peso: el cuerpo reserva energía.
• Estrés: la mente domina el cuerpo.
• Ejercicio excesivo: la máquina se sobrecalienta.
• Anticonceptivos: la química juega su papel.
• Desequilibrios hormonales: la orquesta desafina.

Las hormonas, esos mensajeros invisibles, a veces se confunden, bailan a destiempo. Y entonces, el ciclo se acorta, se debilita, se desvanece casi sin avisar. Todo está conectado, entrelazado. Un delicado equilibrio que se rompe con facilidad.

Hay días que el cuerpo me grita cosas. Recuerdo una vez, este mismo verano, que después de una época de mucho trabajo y cero descanso, me vino la regla dos días y casi ni me enteré. Fue como si mi cuerpo dijera “¡Basta!”. Luego todo volvió a la normalidad, pero el susto me lo llevé.

¿Por qué se corta la regla y luego vuelve?

La regla. Un corte, un parón. Hormonas. Simple. El cuerpo, caprichoso. Viajes, cambios… Desorden. Normal, dicen.

• Estrés. Un factor. Obvio.
• Dieta. Influye. Lo he vivido.
• Sueño. Caos hormonal.

Mi ciclo, irregular siempre. 2024, igual. A veces, un retraso. Otras, antes. Así es. La vida. Un ciclo. Inesperado. La biología, implacable. Nada fuera de lo común. Punto.

Nota: En mi caso, la irregularidad menstrual comenzó a los 17 años. Consulté a mi ginecóloga en 2023; descartó patologías. Cambios de peso drásticos influyeron, lo confirmé. Aún así, la irregularidad persiste.

¿Qué pasa cuando a una mujer se le quita la regla?

¡Ay, Dios mío! Recuerdo perfectamente el año pasado, a mis 48 años, la cosa fue… rara. Unos cambios bruscos, como si mi cuerpo decidiera jugar al escondite con mis hormonas. ¡El calor! ¡De repente, sofocos infernales! Sentía que me quemaba por dentro, una ola de calor que me inundaba, sudando a mares. Era horrible.

El sueño… ¡Uf! Un desastre. Dormía mal, muy mal. Me despertaba varias veces durante la noche, con la piel pegajosa. A veces sentía taquicardias. El cansancio se apoderaba de mí, una pesadez tremenda.

La regla…desapareció. Simplemente se fue. Al principio, fue un alivio. ¡Adiós a los dolores menstruales! Pero después… me di cuenta de que la ausencia era síntoma de algo más. Una transición. No una enfermedad, pero sí un cambio grande.

La menopausia me golpeó fuerte.

• Sofocos intensos
• Insomnio
• Cansancio
• Cambios de humor, ¡terrible!
• Sequedad vaginal, ¡que incomodidad!

Aterradora, al principio, pero ya me estoy adaptando. Con ayuda de mi ginecóloga, claro. Ella me explicó todo con paciencia, ¡qué alivio! Me recetó terapia hormonal sustitutiva para controlar los síntomas. Ahora, sigo controlando todo. Espero que la próxima fase sea más llevadera. ¡Qué rabia que todo esto llegue a esta edad! Y no, no estoy contenta, pero lo estoy sobrellevando.

La menopausia es el cese de la menstruación, una etapa natural que implica la disminución de estrógenos y progesterona, causando diferentes síntomas. A veces, la baja producción de estrógenos puede causar osteoporosis a largo plazo, por eso, es importante un chequeo médico. Mi madre tuvo problemas con eso, así que estoy alerta.

Es una época de cambios, físicos y emocionales.

¿Qué enfermedades provocan que no te baje la regla?

¡Ay, Dios mío! 2023 ha sido un año loco con mi regla, o más bien, con su ausencia. Empezó en mayo, un retraso de una semana que me puso nerviosa. Siempre he sido bastante regular, así que me hice un test de embarazo, negativo. Luego, dos semanas más… el pánico se instaló. Me sentía fatal, con un cansancio brutal, ¡como si me hubieran atropellado un camión!.

Llegué a urgencias, un desastre. Tres horas esperando, con el estómago hecho un nudo. El médico, después de un montón de preguntas, una ecografía que me dolió un montón, me dijo que parecía poliquistosis ovárica. Me mandó a hacer más pruebas. ¡Uf!, qué angustia.

Más análisis, más esperas. Finalmente, la confirmación: Síndrome de ovario poliquístico (SOP). Me explicó que es hormonal, que puede causar irregularidades menstruales, ¡incluso ausencia total! También me habló de otros posibles causantes, como problemas de tiroides; la verdad, no entendí mucho, pero anoté esto:

• Fármacos: Quimioterapia, antipsicóticos.
• Trastornos hormonales: Tiroides hiperactiva, tumores en la hipófisis.
• Problemas ováricos: Insuficiencia, fallo prematuro. Ya estaba en la lista, por el SOP.

Me recetó unos medicamentos para regular mi ciclo y controlar los síntomas. Ahora estoy mejor, pero el susto fue enorme. La incertidumbre, el miedo… todo eso. Sigo con el tratamiento y voy al ginecólogo con regularidad. Por cierto, casi me olvido; ¡el SOP también puede provocar aumento de peso! Eso sí que me preocupa…

La espera en urgencias, esa ecografía, ¡todo es un recuerdo horrible! El cansancio tremendo de esos días, la sensación de que algo iba mal… Ni te cuento. Ahora, aunque sigo con controles, me siento más tranquila, ya sé qué tengo y puedo gestionarlo. Pero sigo teniendo miedo a esos retrasos, a esa sensación horrible de incertidumbre y a esa mala racha que empezó en Mayo y terminó con ese diagnóstico que me dejó patidifusa.